jueves, mayo 24, 2007

El Tahuantinsuyo Fashion

Por: Hugo Supo

¿Y a donde viajas “broder”?, me interrogó el taxista, como para romper el silencio del viaje. Voy a Juliaca, en realidad un poco más allá, pero el de allí es el aeropuerto más cercano, conteste.

Luego cruzamos un par de ideas mas, cosas como si tenía cambio de un cheque de cien soles con el que le cancelé el servicio hasta el aeropuerto de Lima, o cuando me recomendó ajustarme el cinturón de seguridad –no por preocuparle yo, sino por evitar la multa de los policías-.

Mientras el auto caldina de color amarillo se deslizaba lo más rápido que podía por las calles de la capital por mi prisa; pensaba yo, en las primeras palabras del hombre del volante: “Broder”.

“Broder” me dijo, cuando pudo decirme hermano. Los peruanos hemos alienado nuestro idioma y por ende nuestras vidas en demasía; Lima es un ejemplo claro sobre el tema. Hasta una cuña publicitaria de Radio Studio 92 (grupo RPP) decía: “La mitad de tu vida ya esta en ingles, completala en tal instituto…”, claro el “spot” reflejaba parte de la realidad con sus ejemplos de los nuevos códigos que especialmente la gente joven va creando para comunicarse.

El extranjerismo en el que nos comportamos, nos lleva a pensar, hacia donde nos conducimos como cultura. Por momentos, hasta podría darle razón a esos artículos norteamericanos y chilenos que califican a nuestro país y otros de la zona andina como inviables y pronostican nuestra desaparición en pocos años.

Hablamos en una especie de “inglesñol”, charlamos, declaramos nuestro amor, protestamos contra el sistema, y aclamamos la vuelta del Tahuantinsuyo en jerga extranjerizada, pero paralelamente, refutamos a la cultura alienígena de los “yanquis”. El taxista de esta historia leía Antauro, y había pegado banderillas del Tahuantinsuyo en el interior de su móvil, pero me dijo “Broder”, y si mal no recuerdo esa lengua alienada se repitió hasta el final: “Gracias ‘causa’”, se despidió.

Los medios de comunicación –todos sin excepción- han contribuido para llegar a esta situación, por tanto, será labor de estos revertir el proceso. Si por ejemplo, los locutores dejaran de poner empeño en imitar la voz de la calle –entiendase jerga vulgar- y en lugar de ello enseñarnos un habla del correcto castellano, seria signo de avance.

Todo ese fenómeno hace suponer falta de un estudio sociológico o minimamente sentido común en los productores, antes de emitir un programa de radio, televisión o escribir un articulo para prensa plana. Es hora que los medios lideren la recuperación de la identidad, o la conquista, pues quizás nunca hemos definido una verdadera identidad después de la invasión española.

Esa es nuestra cultura. Una mezcolanza que no define un rumbo claro, y que no hace sino reflejar que gran parte de nuestros jóvenes se sentirían mejor si hubieran nacido un poco mas al norte que el Perú. Unas ansias de abandonar estas tierras que tan pocas oportunidades nos brindan, es lo que encontramos disfrazado en este mundo. ¿Podrá cambiar esta realidad? ¿De quien depende?. ¿O realmente restauraremos un imperio Tahuantinsuyo “fashion”?.