Por: Hugo Supo
Como el gobernador Walter Aduviri
Calisaya se ha comprometido a la lucha anticorrupción durante su
gestión, queremos creer que los tropiezos iniciales que está
teniendo respecto a la designación de funcionarios para el manejo de
la cosa pública responde a la poca preparación de un equipo de
gobierno en el movimiento Mi Región.
Allí, un reducido grupo de técnicos
se limitó a plantear el “Plan Collasuyo” y no avanzó en el
proceso de estructurar la burocracia que iba a acompañar a la
autoridad.
Los ejemplos más visibles de tal
desazón son los dos gerentes que están pasando en poco más de una
semana de gobierno.
Por un lado, el renunciante Jhenry
Sonco no había trajinado en asuntos administrativos. Lo habíamos
advertido la semana pasada, su experiencia era mediana en gestión
social, consultorias y ONG, pero aún estaba lejos de ser el hombre
orquesta que Aduviri necesita en el GORE Puno.
Su dimisión es motivo de diversos
comentarios: desde un accidente con su familiar, pasando por asuntos
de salud y hasta presiones en el entorno del gobernador aimara. Más
allá de temas personales, lo cierto es que Sonco ha minado en su génesis a este gobierno, y ha dejado un dudoso precedente para su
propia carrera.
Decimos que ha minado a la gestión de Aduviri,
porque ha precipitado la designación de Dione Pacoticona; un
economista, cuya experiencia es apenas una breve práctica
profesional en la UGEL Lampa y alguito más.
Además, Pacoticona es confeso seguidor
de Pedro Pablo Kuczynski, lo que quiere decir que, al menos
ideológicamente, el nuevo gerente parece estar tan extraviado como
el propio Aduviri de las últimas horas.
Lo más preocupante, es que Dione
Pacoticona sí tiene experiencia en transacciones con el Estado. En
el Registro Nacional de Proveedores aparece por haber cerrado un
negocio redondo por casi dos millones de soles con la Municipalidad
Distrital de Taraco en la cuestionada gestión del exalcalde Edgar
Rosendo Puma Yucra. ¿Gato en la despensa?