jueves, octubre 09, 2008

A 40 años de la muerte del Che


Por: Hugo Supo

Más que un paradigma político, el Che ha dejado al mundo y a América Latina en especial, un ejemplo de hombre. Un líder que ha sabido calar en la profundidad de las conciencias y que además supo mantener la confianza de sus seguidores.

El Che es un icono de un mundo mejor, una sociedad más justa y solidaria, un planeta que todos soñamos. Por ello, su ideología es vigente en nuestra sociedad, pues aquí y allá queremos que esta sociedad sea como él o Bolívar, o Hugo Garabito (q.p.d..d.g.) lo soñaron.

Los grupos juveniles que se inician en política –generalmente en las universidades- utilizan la imagen de Ernesto, para identificarse y quizás “vender” la ideología de él, acercase a ella, incluso sin conocerla a profundidad.

Esa clásica mirada al horizonte, con la barba crecida, y con la boina puesta en la cabeza, es hoy, después de 40 años de su muerte, un horizonte a seguir para los jóvenes del mundo. Todos los utilizan en sus bambalinas de identificación.

No obstante, esos mismos grupos de jóvenes, han olvidado esta importante fecha, el nueve de octubre ya no está en sus memorias. En Puno, por ejemplo, ninguno de los muchos que dicen identificarse con El Che han organizado por lo menos una rememoración de este líder latinoamericano, menos claro, se reflexiona sobre sus enseñanzas.

Y precisamente hoy, cuando la clase política del Perú, no da los peores ejemplos de comportamiento ético, me pregunto ¿Qué hubiera sido del mundo si el Che siguiera con nosotros, si ese nueve de octubre no lo hubieran asesinado?.