martes, julio 29, 2008

Necesitamos un mea culpa integral


Por: Hugo Supo

Ya todos han dicho lo suyo para las fiestas patrias. Algunos han optado por analizar minuciosamente el mensaje de Alan García, otros –sobre todo la Tv- se han fijado más en parodiar los entretelones de la elección de la nueva Mesa Directiva del Congreso, los del 28 de julio, y hasta los ocurridos en la Parada Militar.

Mientras que otro sector de analistas políticos –sobre todo en provincias andinas- se han dedicado a desmenuzar la historia del país, tratando de hacer entender la existencia de un “falso civismo” para las mayorías desatendidas por los gobiernos.

Es así que he leído muchos artículos relacionados a reflexionar si realmente el Perú es “Libre e Independiente”, o qué tan libres somos después de 187 años de haberse declarado por San Martín esta gesta; incluso en la edición de Los Andes (28/07/08) se analiza el himno nacional y se insinúa un cambio de este símbolo pues no tendría representativitad histórica.

Muchos de estos articulistas les echan la culpa a los “criollos” hijos de españoles nacidos en el Perú de nuestras desgracias. Señalan que el grito libertario fue para un minúsculo grupo de familias adineradas que logrando la coalición con las fuerzas militares comandadas por San Martín y Bolívar consiguieron despojarse del yugo español y consolidarse hasta hoy como únicos dominantes de estas tierras.

En fin, las referencias las pueden encontrar en la edición de fiestas patrias de Los Andes, y sobre todo en la boga de exponer argumentos –me parece- demasiados románticos a favor de la Cultura Andina (que al final nos hace mal).

Si bien es cierto que los andinos seguimos siendo los menos favorecidos con la gesta libertaria y en realidad con casi todas las gestas, me parece que es un error presentarnos como eternas victimas del salvajismo capitalista y colonial.

A aquellos quienes piensan que la responsabilidad es de los “ricos” que siempre abusaron de los derechos indígenas; les digo que tampoco es bueno irse para los extremos, pues eso nos hará parecer (a los indígenas) en el curso de la historia como unos inútiles inocentes que siempre estuvieron a disposición de las clases adineradas.

Por ejemplo, se habla de que el 28 de julio de 1821 en realidad no se proclama la independencia del Perú, sino se consolida un “pacto” entre San Martín y los favorecidos por la colonia. Aquí como siempre los excluidos han sido nuestros antepasados andinos.

No creo que toda la responsabilidad sea de los abusivos españoles y la de sus hijos, puesto que si nuestra raza no hubiera reconocido también una esperanza de libertad aquel 28 de julio, seguramente las revoluciones “incas” hubieran continuado incluso el mismo año 1821, pero entiendo que no fue así. ¿Entonces que es lo que pasó? ¿Cuál es nuestro nivel de responsabilidad?.

Es preciso hacer reflexiones completas respecto a nuestra situación actual e historia; es cierto, sabemos que la historia oficial nos ha excluido de protagonismos en los momentos más importantes de la lucha por la libertad, pero eso no implica vendarnos los ojos con argumentos –reitero- románticos que nada bien nos hace como sociedad andina.

Es más, esos análisis que nos incitan a desconocer la bandera roja y blanca, el himno y nos señalan que en realidad no somos libres, nos lleva a tener argumentos extremos que lo único que hacen ver, es que no hemos servido para nada y nos presenta como victimas casi eternas del sistema. Y así seguimos quejándonos por nuestra mala suerte y por la malicia de los foráneos.

Reconozco la necesidad de sincerar nuestros orígenes e historia, empero creo que es ineludible también abrir el debate de cuánta responsabilidad tenemos los indígenas por no haber luchado por nuestra propia libertad, aquella que ahora reclamamos, y que quizás en determinado momento de la historia no supimos consolidar sin el consenso de los grupos de poder existentes desde siempre en nuestro país. Es necesario un mea culpa completo en estas cuestiones.