domingo, abril 05, 2009

LA QUINUA

Por: Hugo Supo

La quinua es un grano natural de la cuenca lacustre peruana-boliviana, cultivada por nuestros antepasados y actuales campesinos, muchos de ellos, sin la conciencia de que en sus tierras crecen los granos más alimenticios del planeta. Gracias a los investigadores particulares, la quinua ha ido posicionándose en el extranjero como un producto bandera de Puno y del Perú, pero aún falta mucho por trabajar, evitar por ejemplo que las transnacionales se aprovechen de este producto como lo intenta hacer Francia. A continuación, el investigador puneño Ángel Mujica Sánchez, nos habla del grano y de sus potencialidades.

Usted es investigador de la universidad, ha trabajado muchos años en el tema quinua, ¿Qué falta ahondar en este tema?
La quinua es uno de los granos andinos que tiene una importancia muy grande para la nutrición humana, debido a que tiene un balance de aminoácidos, tiene múltiples usos en la alimentación, en la transformación. Actualmente, se obtiene más de 35 productos transformados, siendo el producto estrella que tiene nuestro país, el famoso kiwigen que produce Inka Sur y que tiene mucha acogida en el extranjero, el kiwigen se produce en base a quinua a kiwicha y también a maca, de tal manera que es uno de los alimentos más completos y este producto realmente enorgullece a los peruanos en el exterior.

¿Razón por la que los franceses quieren patentarla?
Efectivamente, la quinua es el mejor alimento del mundo, tiene muchas características nutritivas y también curativas, por ello existe la ambición de empresas extranjeras de querer patentar algunos productos que obtienen de la quinua. Un ejemplo, Estados Unidos patentó la angloesterilidad citoplasmática de la quinua pelada de Bolivia, afortunadamente todos los investigadores andinos hemos hecho pronunciamientos muy fuertes y felizmente ya no han vuelto a renovar esta patente. Ahora ocurre lo mismo con una empresa francesa, pero para uso de cosméticos. No estamos de acuerdo porque esos usos ya son conocidos por el campesino altiplánico, realmente nos estarían robando un conocimiento que está ampliamente difundido en las comunidades quechuas y aymaras.

¿Qué ocurre?, el Estado no protege nuestros productos?
Yo creo que si, nuestros gobiernos no han puesto el interés para preservar la diversidad en dar normas y reglas para evitar este tipo de biopirateria, pero afortunadamente ya tenemos un ejemplo muy contundente en Puno, el gobierno regional ha sacado una ordenanza, protegiendo la biodiversidad de estos saberes y protege a sus parientes silvestres. El año pasado Cusco ha sacado otra ordenanza regional que prohíbe el ingreso de transgénicos a Cusco, prohíbe patentar los conocimientos andinos, en esas dos legislaciones nos estamos basando para contrarrestar los intentos de patente.

La quinua con su potencial, ¿está posicionada como producto bandera del Perú?
Claro, hay mucha demanda y nuestro principal comprador son los Estados Unidos, Holanda, Inglaterra, nos compra Israel, debido a qué (la Quinua) tiene características esenciales para la alimentación infantil. Se le ha encontrado que tiene alta licina, es un aminoácido que permite el desarrollo de las células cerebrales. Mientras que la quinua negra (que hoy) tiene mucha demanda, han encontrado litio que combate el estrés, entonces tenemos muchas potencialidades, si seguimos viendo con más cuidado las variedades que tiene la quinua, como los estrógenos que evitan problemas de la menopausia y del cáncer. Por eso nuestras mujeres campesinas no tienen cáncer al seno, igualmente no hay personas con estrés en el campo, todo es porque a través de su alimentación realmente se están medicando. Ahora el mundo moderno le ha llamado a eso, productos nutraceuticos.

¿Podríamos sostener que la quinua es el futuro para el altiplano?
Realmente la quinua y otros productos andinos deberían ser la base para el desarrollo armónico de nuestra región, el dinero que requerimos debe salir de esos productos, la industria debería florecer en base a esto. No esperemos de que vengan otras empresas a poder utilizar estas ventajas que tienen.

¿Cuál es la experiencia más reciente sobre el progreso de la quinua?
Bueno, esta empresa Inka Sur es peruana que se dedica a transformar los cultivos andinos, revalora la alimentación, busca el valor agregado en el Perú, sus empleados son peruanos y además prestigia en el extranjero vendiendo un alimento completo y nutritivo. Yo quiero resaltar lo siguiente, esta empresa apoya la investigación, actualmente yo recibo apoyo económico y también de su planta transformadora. Una de las investigaciones importantes es el famoso “Snack Crocante Kispiño” que pronto va a salir al mercado. Eso es parte de una alianza que hace la empresa con los investigadores de la universidad.

¿Y de qué se trata ese producto?
Es un snack sabroso a base de quinua con aroma específico a kispiño y además es crocante, sirve como bocadillo para mayores y niños, algo importante es nutritivo, no tiene comparación con los otros snack que son productos chatarra, nosotros estamos incorporando un alimento y una golosina para los niños.

¿Qué falta para promover un mayor cultivo de la quinua?
No solamente la quinua, sino para otros cultivos, tienen que apoyar la investigación, país que no hace investigación es un país dependiente de tecnología y conocimientos que vienen de afuera, fortalecer y apoyar a las instituciones que se dedican a la investigación. ¿Cómo es posible que tengamos un INIA en austeridad?, si ahora estamos en competencia mundial, quién inventa algo, quien descubre alguna transformación. Luego, fortalecer legalmente a la quinua, no tenemos por ejemplo declaratoria del origen de la quinua. El Gobierno debería estar preocupado por lo menos en conseguir la declaratoria de origen, solamente tenemos declaratoria de origen del pisco, del maíz blanco de Urubamba y últimamente del Shachainchi. Nosotros estamos promoviendo que también tengamos nuestra declaratoria de origen, que todos sepan que la quinua es originaria del altiplano, que aquí se hace, que aquí se transforma. (publicado en http://www.losandes.com.pes/)

La Defensoría del Pobre


Por: Hugo Supo

La justicia hoy en día, es sinónimo de dinero, y eso lo saben muy bien los que han afrontado algún proceso en el Poder Judicial. Se podría concluir entonces, que la justicia no es para los pobres, sino que está restringida para los que más dinero poseen. Esto convierte a los procesos en injusticia o una justicia injusta adaptada a los intereses del poder económico. Y es que en nuestra sociedad, la mayoría de los “buscadores de justicia” han sido cegados por otros intereses, la mayoría, pero no todos. Este es el caso de la Defensoría del Pobre.

A pocos metros de la Plaza de Armas de Puno, para ser precisos en el jirón Ayacucho Nº 626, un letrero pegado en parte exterior de una oficina llama la atención, “Defensoría del Pobre” reza el texto. Es un estudio jurídico donde atienden dos abogados y siete estudiantes de derecho, pero a diferencia de cualquier otro, este es un estudio que no cobra a sus clientes, un gracias es suficiente recompensa al momento de cumplir su misión de búsqueda de justicia.

Allí encontramos a Carlos Ramírez Atencio, un joven jurista que junto a su compañero (Moisés Luna Pajuelo) y estudiantes se dedican a hacer un verdadero servicio a la comunidad. “Aquí no cobramos por nada, nosotros mismos tenemos que comprar los papeles y esas cosas necesarias para todo despacho”, nos señala al inicio de la entrevista.

Este despacho lleva unos cincuenta casos en diferentes instancias y de diversa índole, algunos de ellos –seguro está Carlos Ramírez- marcarán jurisprudencia para futuros procesos.

“Por ponerte un ejemplo, ahora estamos siguiendo un caso de una profesora a la que se le ha pagado sólo cien soles después de 25 años de servicio, cuando en realidad le corresponde llevarse unos dos sueldos de los que ganaba cuando estaba en servicio activo”, comenta.

El trabajo de la Defensoría del Pobre se ha centrado en los años anteriores a atender casos laborales, administrativos y civiles, pero a partir del 2009, sus promotores se han fijado la meta de entrar a temas penales, un poco más difíciles, donde también más gente requiere ayuda.

Carlos Ramírez nos explica que una experiencia ganada es en el ámbito laboral, donde se han presentado quejas, incluso de ONGs, de gente que no paga a sus trabajadores, por lo que a pedido de los afectados han tenido que intervenir.

“Lo que pasa es que la gente que no tiene dinero para sus juicios, no tiene dónde acudir, un proceso minimamente debe salir unos mil soles sólo para trámites”, avisa Ramírez Atencio.

A propósito que el pasado 02 de abril se recordó el Día del Abogado, invitamos al doctor Carlos a reflexionar sobre el rol que tienen que cumplir los hombres del derecho. “La mayoría ha perdido su sensibilidad social”, es lo primero que nos indica, y notamos que tiene razón cuando refuerza su idea, “hay estudios que hasta de una consulta te cobran, entonces estamos hablando de colegas que solamente se fijan en dinero”, dice.

Es por ello que en la Defensoría del Pobre prefieren dar la oportunidad a entusiastas jóvenes que estudian la jurisprudencia, ellos no están enceguecidos por el dinero que se saca del negocio “justiciero” y su vocación por el servicio está muy latente.

Es decir, que en la Defensoría del Pobre no solamente se atiende casos sociales en forma gratuita, también se permite a los jóvenes incursionar al mundo de la abogacía, llevando primero el ejemplo de que la justicia para los pobres está ante todo.