Por: Hugo Supo
Como habíamos adelantado en una
columna anterior, el Poder Judicial tiene alta capacidad de
influencia en el proceso electoral para el Gobierno Regional de Puno.
Eso es porque uno de los candidatos con
mayor aceptación, como es Walter Aduviri Calisaya, tiene condena de
siete años de prisión en dos instancias por el conocido caso
Aimarazo, pero su caso tiene que, finalmente, decidirse en casación
que concluye este 5 de octubre.
Más allá de los argumentos legales,
solo dos caminos quedan para Aduviri producto de la lectura del fallo
de casación, puede ejercer sus derechos electorales en libertad o
no, así de simple.
En caso de que lo liberen, tiene altas
posibilidades de crecer para la campaña de segunda vuelta electoral
e incluso ganarla, pues podrá mostrarse ante sus electores y
confirmar que sí podrá dirigir un gobierno personalmente; no como
ahora que hace campaña a control remoto.
Si le ratifican la sentencia
condenatoria en cambio, su futuro es sombrío. Su ausencia confirmada
de la campaña y de la pretendida gestión regional desalentará a
sus propias bases, pues una segunda vuelta siempre es apostar a
ganador.
Quien secunde a Aduviri en los comicios
del domingo 7 de octubre, también está esperando el segundo
escenario, una victoria es más probable con un aimara disminuido y
ausente en la campaña final.
Algo peor para los aduviristas sería
si el Jurado Electoral Especial de Puno decide excluir a su candidato
principal. Recordemos que el organismo electoral tiene esa potestad
hasta un día antes de las elecciones y, sacando cuentas, si el fallo
es desfavorable a Aduviri sus rivales más próximos serán los
principales impulsores de una eventual exclusión.
Respecto a los segundones, en esta
última semana los actores parecen haberse achicado a dos con mayores
posibilidades: Alexander Flores y Richard Hancco; por eso se entiende
la guerra sucia entre ambos bandos. (Publicado en Correo Puno Juliaca
4/10/18 Foto: Revista Memorias)