miércoles, abril 22, 2020

Fracturas históricas


Por: Hugo Supo 

Mientras el país debate la conveniencia o no de ampliar el Estado de Emergencia para frenar el avance del coronavirus, a cada rato se muestran evidencias de las fracturas históricas que carga el Perú:
Viajes humanitarios A (avión), viajes humanitarios B (buses) y la caminata de los descamisados que buscan volver al terruño.
Excarcelación humanitaria A (vean a los políticos amigos del régimen), excarcelación humanitaria B (pocos presos por alimentos) y las víctimas del lerdo sistema de justicia peruano que siguen esperando una sentencia en medio de hacinamiento.
Préstamos A (BCR a bancos), préstamos B (bancos a empresarios) y la agonía de los emprendedores informales que por más economía que generen, son invisibles para el Estado formal.
Hospitales de campaña A (en Lima), hospitales de campaña B (nosocomios semiabandonados en regiones) y los establecimientos de salud en comunidades y centros poblados, donde solo hay puertas cerradas.
Educación virtual A (tecnología 4G), educación virtual B (radio y televisión) y los hijos del pobre y anónimo peruano que para el Estado solo es un número de DNI.
Subisidio económico A (sueldos, ¿AFP y CTS?), subsidio económico B (bonos y canastas) y el doloroso silencio de quienes ni siquiera tienen los medios para reclamar, los que son inexistentes hasta en los mapas de pobreza.
Y así, en algún momento, nos hemos creído el cuento de “país de primer mundo”, el crecimiento económico, la reconciliación nacional, el Acuerdo Nacional y el Perú bicentenarista.
Que esta pandemia valga la pena. Parafraseando al autor de una reciente carta, la crisis no debe hacernos pensar en “sobrevivir” para regresar a esa nefasta normalidad de antes, la crisis implica “reinventarse” para cerrar, de una vez por todas, las fracturas de nuestro país. Si no es ahora, cuándo. (Correo Puno Juliaca 23/04/20 Foto: Difusión)