lunes, abril 06, 2015

Nuevo estatuto universitario

Por: Hugo Supo

Conceptos e ideas como autonomía universitaria, cogobierno, extensión universitaria, libertad de cátedra, cátedra paralela y cátedra libre, entre otros, están en el imaginario colectivo desde inicios del siglo pasado, pero consolidados en 1918, tras el Grito de Córdoba.
La Reforma Universitaria ha sido una gran corriente mundial que, sin duda, ha contribuido a la mejora de la sociedad, la democratización de la enseñanza universitaria nos ha legado grandes líderes y ese ha sido el logro reformista de aquella revolución universitaria.
No obstante, en sociedades como las nuestras, esta suerte de “autonomia” también ha provocado que la universidad se convierta en una isla, desligada casi por completo de la sociedad y por ende bastante cuestionada.
Una autonomía no solamente debería significar “dame plata y yo sabré cómo lo malgasto” como ha ocurrido durante los últimos tiempos, debería, por el contrario, implicar el uso correcto y responsable de los recursos del Estado para lograr mayor autonomía, incluso en aspectos presupuestales. Y es que pareciera que los líderes universitarios no han terminado por comprender que la universidad también tiene que ser productiva, aún más que otros sectores, como ocurre en las casas de estudio e investigación de Europa y Asia. Los avances en investigación han permitido millonarias patentes a las universidades del Viejo Continente, razón que les ha permitido equipar megalaboratorios con la más alta tecnología y remunerar mucho mejor que el Estado a sus catedráticos-investigadores.
El Estado no debe ser una mamadera de la que hay que chupar cada vez que se reparte presupuesto; aquí en cambio se ha tergiversado la autonomía con la idea de que la fiscalización y control ciudadano no debe llegar a las universidades.
De manera que si las universidades van a reclamar presupuestos públicos, es bueno que se enteren que están sujetos a las normas de control, pues es urgente su impulso y mejora para la sociedad. No podrían salvarse las universidades privadas por cierto, pues no solo se trata de presupuesto, hay que tener en cuenta que la educación es un bien público con impacto social e histórico, lo que las hace igualmente fiscalizables. En todo este marco, vamos a desearle éxitos a la UNA Puno que esta semana promulga su nuevo estatuto, que ese documento sea el reinicio de una nueva reforma universitaria. (Publicado en Correo 06/04/15 Foto: Internet)


No hay comentarios.: