Por: Hugo Supo
Lamentablemente,
la provincia de Huancané -que cumple su 193 aniversario este 19 de
setiembre- permanece postergada.
Su población, mayoritariamente
rural, pareciera estar condenada al olvido o la migración, puesto
que la agricultura y ganadería (sus actividades principales) son las
últimas ruedas del coche de todos los niveles del Gobierno.
Recién
para 2021, a tanto reclamo de los tenientes y comuneros, se anuncia
el inicio de la Irrigación Solitario, un proyecto que debe
garantizar agua para nueve comunidades del distrito de Vilquechico y
articularse con otras inversiones para que Solitario se convierta,
próximamente, en cuenca ganadera.
Añadido a Taraco, Vilquechico
debe ser, pues, la otra locomotora para el desarrollo pecuario en
Huancané.
Aunque no es lo único pendiente en esta provincia,
también se requiere de carreteras para interconectar los distritos y
una autopista que la integre a Juliaca y la gran Interoceánica. Allí
están los mercados para la producción local, la tecnología, los
nuevos conocimientos y hasta el turismo.
La cercanía del
bicentenario huancaneño es la oportunidad para generar consensos en
una sociedad difícil (quechuas, aimaras y castellanos en habla),
pero con enorme potencial.
Es tiempo, huancaneños del mundo, de
generar una agenda integral para sacar del atraso a nuestras
comunidades campesinas y poblaciones urbanas.
Solo una agenda
legítima y construida por el pueblo evitará las desviaciones a las
que puedan llevarnos los caudillismos locales.
¿Por qué no? Es
tiempo de que Huancané tenga un gran foro para delimitar su
sendero.
Que se no se abandonen los ideales perseguidos por el
presidente Carlos Condorena Yujra y por esa generación de líderes
indígenas que hicieron de Wancho Lima una revolución diferente.
(Correo Puno Juliaca 17/09/20 Foto. Difusión)
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