domingo, abril 14, 2013

Del hospital EsSalud y sus consecuencias


La disputa entre “puneños” y “juliaqueños” por una aún inexistente obra, como es el hospital Altiplano Nivel IV de Essalud, destapa uno de los más grandes problemas que tenemos como sociedad altiplánica: el chavonismo tonto. ¿Cómo nos verán los foráneos cuando nos observan?, debemos causar esa mueca cachacienta que pone la gente que se compadece de los ignorantes, esos que se burlan por dentro y saben que andamos mal, pero no corrigen y se limitan a mirarnos con pena, como si no tuvieramos remedio.
Lo tenemos bien merecido; solo eso puede provocar que personas de los mismos orígenes y con destinos comunes estemos discutiendo por la ubicación de una obra que ni siquiera la tenemos garantizada. Y parece un escenario perenne, como si alguna antigua maldición nos condenara a estas situaciones. Ocurrió hace poco con la famosa ZEEDEPUNO, de la que no se tiene ni rastros, y mucho antes con el aeropuerto, carreteras y cualquier cosita que se podía ganar en favor de estos localismos.
Dicen los psicólogos que el chavonismo o chauvinismo es una actitud de un sistema delirante que esconde un sentimiento neurótico de inferioridad en forma paranoica, puesto que tenemos manifestaciones de delirio de grandeza; por tanto miramos por encima del hombro y creemos que nos corresponde todo y al vecino nada. Está claro que eso nos sucede.
Desde lo pequeño hasta lo grande, somos una sociedad acomplejada, sin visión, apenas alzamos la vista hasta mirar nuestras propias bajezas y nos hace felices el fracaso del semejante, medimos nuestro gozo en un ranking de frustraciones. “Si el otro está jodido, soy feliz, qué importa si también lo estoy”.
Cuando Puno y Juliaca ponen en el centro del debate la ubicación de este sanatorio, se observan las distancias entre una y otra zona, nos pasamos la vida mirándonos como distintos; en cambio nunca hubo una campaña conjunta para lograr algo grande, somos miopes para observar lo que nos une y muy videntes para lo que nos desarticula.
Hoy por la tarde se reunirán los congresistas, alcaldes, consejeros y algunos funcionarios más con la presidenta ejecutiva de Essalud en Lima para avanzar sobre este proyecto y posiblemente confirmen la construcción en Alto Puno o Mucra. Roguemos a Dios para el raciocinio se imponga en nuestras autoridades.
Y a partir de ahora, el único discurso válido debe ser que la obra se haga en la región, la necesitamos, qué duda cabe, pero de la ubicación que se encarguen los técnicos. Después sigamos arrancando más proyectos, aquí no hay más lugar para la piconería.
Si el proyecto Altiplano se gana en buena hora, serán 120 millones de soles que beneficiarán a los asegurados de la región. Mejorará la infraestructura, la atención y por fin podremos tratarnos de enfermedades sin necesidad de acudir a Arequipa o Lima.
Es por eso que los políticos deben ser cautelosos, abstenerse de opinar sobre asuntos que les competen a los especialistas. Sus puntos de vista cargados de intereses personales y localismos nos hacen daño, distraen y exacerban los ánimos.
Los psicólogos sociales añaden que el chavonismo va acompañado de manías persecutorias consistentes en culpar de los males propios a otros países, regiones, pueblos o razas. Que esta sea la ocasión para diagnosticarnos, es un gran reto, que es necesario superar para iniciar a andar por la senda del desarrollo. (Publicado en Correo Puno- 15/04/2013)

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