Por: Hugo Supo
La figura de la sociedad civil, como hoy la conocemos,
empezó a empoderarse tras la crisis de partidos políticos que nuestra historia
escribió en los noventa del siglo XX. Fue una respuesta, precisamente, a la
debilidad organizacional que presentaron los desprestigiados partidos
tradicionales y gremios. Quedaron inclusive, en determinado momento, los medios
de comunicación como los únicos canales para llevar las necesidades del pueblo
ante el Gobierno.
Surge entonces la pregunta, ¿quiénes conforman la sociedad
civil? En el contexto nuestro y hasta hace poco, la idea de sociedad civil
había sido copada por las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), pero esto
está muy lejos de la realidad.
Las ONG tuvieron su auge en paralelo a la crisis de los
últimos gobiernos, en ocasiones hasta reemplazaron al Estado e hicieron
competencia en el uso de recursos, todo parecido, con la pequeña diferencia de
que no tenían que rendirle cuentas a nadie.
Bien se podría decir que las ONG crearon su propia
burocracia y con el cuento de ayudar a combatir la pobreza, lo que en realidad
hacían era proteger los puestos laborales de sus miembros y financiamiento.
No, señores, las ONG no son la sociedad civil, su misma
organización, del tipo antidemocrática, las descalifica para irrogarse la
representación de los intereses de toda una población.
La sociedad civil, es pues, nuestro pueblo organizado, aquel
que deseoso de hacer política construye institucionalidad con el objetivo de
encauzar las necesidades de la mayoría hacia proyectos viables que deben ser
ejecutados por los gobernantes.
Son parte de la sociedad civil los gremios de trabajadores,
las asociaciones de comerciantes, de barrios, centros poblados, transportistas,
gremios de profesionales, de empresarios, universidades, entre otros. Estos son
los obligados hoy, por ejemplo, para guiar a la región Puno a lograr ahora (en
este gobierno y en este contrato) el Gasoducto Sur Peruano para el altiplano.
Las organizaciones políticas, que ahora luchan por ser parte
del Gobierno, y las ONG deben sumarse a la empresa nacida desde la sociedad
civil, por el bien de Puno eviten deslegitimarla. (Publicado en Correo Puno 11/08/14,
Foto: Internet)
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