Por: Hugo Supo
El rol de la única vicepresidenta y dos vicepresidentes
regionales en Puno ha sido decepcionante. Sonia Frisancho, Mauro Justo y Saúl
Bermejo no han apoyado ningún proyecto político verdadero, o diríamos, más
bien, que sus respectivos presidentes no los han convocado por esa razón.
En el trajín de proclamar a los candidatos no se ven
procesos políticos, lo que allí interesa en nuestro adolescente quehacer
electoral son los intereses particulares. Tanto así que Frisancho fue la
financista juliaqueña de David Jiménez, Justo era el equilibrio aimara y sumiso
de Hernán Fuentes, lo mismo que Bermejo para Mauricio Rodríguez.
Ya en el poder y con el paso del tiempo, esas coaliciones
coyunturales se fracturan a la par que las ambiciones de cada quien crecen.
Hasta resulta ocioso recordar las disputas entre presidente y vicepresidente
que hemos tenido que soportar en nuestra historia reciente.
Viendo las tendencias de los posibles candidatos con mayor
aceptación para llegar a la segunda vuelta en Puno, advertimos que la suerte
que les tocará a los personajes que tientan la vicepresidencia es la misma.
Juan Luque lleva al misti Héctor Estrada, con él quiere
copar el espacio de representación profesional y apitucado con el que tiene
problemas, es cuestión de equilibrio nomás.
Walter Aduviri ha optado por el quechua Jaime Núñez
Huahuasoncco, un profesor irreverente que solo complementa al aimara por tener
raices quechuas, más no en el resto. Solo basta mirar un poco de la trayectoria
de autonombrado “Yawar” para saber que sería el primer enemigo de quien ahora
dice ser su líder.
En el caso de Lucio Ávila parece haber hecho una especie de
trueque con su candidato provincial Iván Flores, pues el hermano de este,
Víctor Samuel Quispe, acompaña al exrector, aparentemente, bajo condición de
asegurar el arrastre del postulante provincial; otro intento de complemento
entre quechuas y aimaras.
Ninguna de las parejas mencionadas podría considerarse
producto de un proceso político serio y coherente que nos garantice una gestión
correcta. Nada de eso, aquí lo que se nota es la junta de los intereses
mesiánicos de los postulantes a presidente y la oculta ambición de algún día
mandarlos a la banca de quienes los secundan. Postulando con el enemigo, dirían
los literatos. (Publicado en Correo Puno 15/09/14 Foto: La República)
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