Por: Hugo Supo
El 26 de mayo pasado, un grupo de
ministros, encabezados por el mismo Premier Pedro Cateriano, llegó a
la capital de la región Puno con el objetivo de sofocar el paro de
48 horas que amenazaba extenderse en el altiplano bajo la única
agenda de solidaridad con los opositores al proyecto minero Tía
María (Arequipa).
El Premier eligió entrevistarse con el
gobernador, Juan Luque Mamani, y luego lanzó su invocación a no
paralizar. Fracasó por supuesto. Puno acató mayoritariamente el
paro de 48 horas previsto para los días 27 y 28 de mayo.
En la improvisada cita entre Cateriano
y Luque, el gobernador puneño presentó cuatro proyectos viales para
ejecutarse en esta jurisdicción, puede que solo haya tenido eso a la
mano, pero la ocasión debió ser más provechosa, ¿no creen?
La falta de iniciativas del movimiento
político que gobierna esta región y, peor aún, la de los
dirigentes de la sociedad civil ha sido graficada en forma ejemplar
con esa visita infructuosa, tanto para Puno como para el Gobierno
central.
Sucede que ni el gobernador ni los
dirigentes tienen claro el norte nuestro, el primero prefiere
acomodarse en la miopía del pragmatismo administrativo y los otros
son soñadores románticos que gustan de la solidaridad sometida a
agendas macro.
Estamos, por cierto, ad portas de ser
la sede del Consejo Binacional de Ministros entre Perú y Bolivia a
realizarse el 23 de junio y el panorama parece repetirse.
¿Qué planteará la región en esta
cita? Pues es un misterio.
En este punto es necesario anotar que
nuestros líderes no deberían conformarse con asuntos que vendrán
por inercia, como la descontaminación del Titicaca y sus cuencas
solamente, requerimos de una agenda que nos acerque a La Paz, por
ejemplo la zona de tratamiento especial para el intercambio
comercial, la llegada del gas natural, la industrialización del
altiplano peruano-boliviano, entre otros puntos. Es ahora o nunca.
(Correo Puno-Juliaca 04/06/15 Foto: Internet)
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