Por: Hugo Supo
Uno de los grandes traumas que
arrastramos en el altiplano es el pesimismo, producto de la mirada
colérica que nuestros estudiosos le han dado a la llegada de la
cultura occidental.
De allí que ahora nace la nueva
palabreja: “descolonización”.
El gobierno de Evo Morales Ayma, que es
el que inspira a los descolonizadores locales, ha instalado incluso
un Viceministerio de Descolonización, cuya tarea se ha orienta por
momentos a arengar contra el capitalismo y en otros a juntar los
esfuerzos gubernamentales por promocionar los modos de vida indígena.
Hay -en estos lares- quienes
preferirían imitar la fórmula del gobierno boliviano antes que
trabajar verdaderamente por fortalecer las culturas locales. Este
cronista prefiere pensar que solo se trata de nomenclaturas entre
descolonización o rescate identitario, pero debe aclararse lo
siguiente:
No se requiere mucho debate para
sostener con meridiana claridad que una descolonización cultural es
inviable para nuestros pueblos, sería preguntarse hasta qué punto
requerimos descolonizarnos y quién podrá ese límite.
Asimismo, aprobar una idea así sería
tanto como negar la existencia de las culturas andinas, tomando en
cuenta su construcción panteísta desde tiempos inmemoriales; la
religión andina es la muestra más palpable del sincretismo como
forma de vida en los Andes.
Esta forma de pensar panteísta (la
totalidad del universo es el único Dios; que la naturaleza y Dios
son lo mismo) nos hace convivir en comunidad entre todos los mundos,
no solo entre hombres sino también con las divinidades.
El panteísmo andino no excluye, por el
contrario incluye, absorbe y sincretiza.
La llegada del occidentalismo no es la
primera para nuestros pueblos, hubo antes diversos choques
culturales, los hay hoy en día y seguirá repitiéndose.
De manera que damas y caballeros, ¿de
qué hablamos cuando pedimos descolonización?, si por poner un
ejemplo del silencioso triunfo de lo andino sobre lo occidental,
podemos decir que nuestro ya explicado panteísmo altiplánico ha
transformado al Cristianismo en algo distinto y nuevo. Solo falta
enfocarlo mejor. Tarea pendiente en la academia. (Correo Puno-Juliaca 03/09/15 Foto: Internet)
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