Por: Hugo Supo
Un 14 de setiembre como hoy, pero en el
año 2000, el entonces congresista Fernando Olivera le dio un certero
golpe al cuestionado régimen de Alberto Fujimori. En una conferencia
mostró un video donde el asesor presidencial, Vladimiro Montesinos,
aparecía sobornando al congresista opositor, Luis Alberto Kouri,
para pasarse al oficialismo.
Días después, Fujimori en mensaje a
la Nación convocó a elecciones y anunció que no se presentaría.
El escándalo llevó a la caída de ese gobierno manchado por la
corrupción.
La reflexión va por el siguiente
sentido: ¿se obtuvo de manera lícita la prueba contra la
corrupción? Pues no. Luego se supo que Olivera tuvo que pagar US$
100 mil por el famoso video.
En tiempos más recientes, el fundador
del sitio WikiLeaks, Julian Assange, reveló los secretos mejor
guardados por el gobierno de los Estados Unidos gracias a acciones
ilícitas, ¿y estuvo mal?
Las negadas agendas de Nadine Heredia
tampoco han llegado a los ojos públicos por la vía legal, y
teniendo en cuenta la adolescente institucionalidad peruana, quizás
esos cuadernos no signifiquen nada para el Poder Judicial.
Así está ocurriendo por ejemplo con
el caso “Petroaudios” que al finalizar la semana pasada -se supo-
fueron declarados “ilegales” y, por ende, calificados como
“pruebas ilícitas”, a pesar de que las grabaciones, reveladas en
el 2008, evidenciaron presuntos actos de corrupción en el marco de
la licitación de lotes petroleros en el país.
Sin embargo, ¿han dejado de ser prueba
fáctica esos audios? La opinión pública sabe hoy -más allá de la
sentencia que en algún momento vaya a leer un juez- que las
concesiones se han manejado para beneficiar a pequeños grupos
mercantilistas y eso, damas y caballeros, ya es historia escrita.
Como son historia escrita también la
corrupción fujimorista, las estrategias norteamericanas en el mundo,
el financiamiento ilegal a los partidos que participan en campaña y
más.
Que este 14 de setiembre nos haga
reflexionar, en ocasiones es necesario saltarnos el legalismo en
favor de la trascendencia de la información que se aporta ante la
opinión pública, a veces hay que correr ese riesgo por el bien
mayoritario, a veces...
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