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viernes, julio 08, 2016

Agenda de unidad

Por: Hugo Supo

Las generaciones que hoy dirigen los pueblos altiplánicos han heredado algunas taras que es necesario deshechar si lo que queremos es avanzar como región.
Por ejemplo los localismos (puneño y jualiqueño) que no benefician a nadie, solo a los políticos que de campaña en campaña suelen encender la pradera con discursos radicales sobre praxis de geopolítica.
Es cierto que el mismo centralismo del que los provincianos renegamos para con Lima se ha replicado con la capital departamental, pero es un hecho que ha quedado en el pasado y es obligación de los líderes contemporáneos corregir el rumbo.
No es necesaria gran intelectualidad para deducir las ciudades motores del altiplano peruano.
Destacan, por supuesto, Juliaca y Puno, por su capacidad comercial e industrial en la primera y el potencial cultural en la segunda.
De manera que tampoco hay que hacer gran esfuerzo para saber que nuestros pueblos pueden complementarse y no, como en ocasiones pasa, repelerse mutuamente hasta quedar como pequeñeces frente al empuje de otras urbes en el Perú.
Es urgente plantear y luego ejecutar una agenda de unidad entre Puno y Juliaca, pues aunque las autoridades no lo quieran ver, ambos pueblos están destinados a ser uno solo en algunos años más.
Si pretendemos hacer una lista con las diferencias entre ambas localidades, es casi seguro que nos faltará espacio para escribir; pero si lo que buscamos es rescatar las similitudes, lo que nos une, vamos a tener que cavilar con detenimiento.
¿Qué nos une? He ahí la primera tarea que debemos de empezar a discutir.
Y en el camino de construir una agenda de unidad tendremos que citar todo lo posible, como la autopista Puno-Juliaca que dinamizará el transporte, la Zona Franca Industrial intermedia, un proyecto integral para el abastecimiento de agua potable y proyectos similares que nos unan, que no nos distancien. (Correo Puno- Juliaca 07/07/16 Foto: Difusión)

jueves, abril 21, 2016

Industria en el altiplano

Por: Hugo Supo

Aspirar a la industrialización del altiplano no es quimera alguna; por el contrario, se trata de una justa aspiración de esta región, que por décadas ha tenido que soportar el olvido, discriminación y limosnas de este centralismo republicano que está a punto de cumplir 200 años.
Y conocemos los puneños que la industria no es un milagro de las circunstancias, sino consecuencia del empuje de ciertas políticas gubernamentales en combinación con emprendimiento local, que aquí en el altiplano hay de sobra.
Que entiendan los aspirantes al Gobierno, que regiones como Puno piden solamente una oportunidad, esa misma que, por ejemplo, impulsó la industria arequipeña con la dación del Decreto Supremo 95H/del año 1964, que conllevó a crear el actual Parque Industrial inaugurado a finales de 1966.
Antes de que el Gobierno decrete las líneas de desgravación impositiva para radicación de industrias de preferente interés en el Parque Industrial de Arequipa, este departamento solo tenía industria incipiente, artesanal y productora de bienes de consumo.
Recordemos que la decisión política a favor de tierra characata, ejecutada en los sesenta por el regimen de Fernando Benaunde Terry, fue tras la ocurrencia del terremoto ocurrido en aquella tierra en 1960. Es decir, los gobernantes de turno sintieron que había una deuda que saldar con Arequipa, ahí se impulsó la actual industrialización.
Ejemplo similar es la Ley de la Amazonía que el Gobierno peruano ha decretado para los departamentos selváticos, dándoles grandes facilidades tributarias para desarrollar empresa por esos lares.
Otra vez, no han sido las circunstancias sino la voluntad política de los gobernantes que se comprometen con el pueblo.
¿Puno está equivocado al reclamar su propio norte de progreso mediante la industria? Claro que no.
El altiplano requiere urgentemente, energía barata, seguridad hídrica, una zona franca, etcétera, para empezar a trabajar hacia la industria.
No a la carta blanca. Esperemos que Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski alineen sus mensajes e intenciones hacia estos temas. (Correo Puno- Juliaca 21/04/16 Foto: Internet)


lunes, abril 18, 2016

No a la carta blanca II

Por: Hugo Supo

Entre los años 70 y 80 del siglo pasado, las generaciones de entonces lograron que la posición puneña –respecto a los requisitos para alzarse al progreso- se enmarquen en dos megaproyectos: hidroeléctrica de San Gabán y la carretera Transoceánica (hoy Interoceánica).
Alberto Fujimori encaminó la primera parte de San Gabán, aunque con una deuda que se ha cargado por muchos años. En el caso de la Interoceánica, Alejandro Toledo tomó la decisión política para hacerlo realidad.
Pero, ambos proyectos estuvieron –y están- cargados de ene problemas, ya que no han tenido aterrizaje para que podamos emprender un norte de desarrollo. De manera que aparte de foquitos en las casas y mejor oferta en transporte entre localidades de la sierra y selva, no hemos logrado mayor cosa.
El problema –según concluye este cronista tras consecutivas tertulias con periodistas y técnicos regionalistas- es que los puneños de final de siglo, no han sabido articular los proyectos que ambicionamos.
Al inicio del presente siglo, ha surgido la siguiente bandera de lucha: ¡zona franca! El Gobierno ha respondido con un proyecto a medias (ZeedePuno), pues nos ofrece industria sin otros requisitos esenciales como energía barata.
Agregado a ello, el tonto conflicto de los localismos puneño y juliaqueño, la ineptitud de los gobernantes para gestionar inversión y la ausencia de presión social, la zona franca resulta un ensarte.
Sin embargo, somos conscientes de la necesidad de industrializar el altiplano, así podríamos acceder a empleos dignos y emprendimiento regional que garanticen el desarrollo de nuestra gente, para no estirar la mano al populismo centralista que solo se acuerda de Puno en tiempos de elecciones.
Puneñas, puneños: retomemos, pues, nuestro norte. Exijamos la industrialización con sus previos requisitos de seguridad energética e hídrica en un solo margo legal -que según proponen- podría ser una Ley del Altiplano. La segunda vuelta es una oportunidad que no podemos perder. (Correo Puno-Juliaca 18/04/16 Foto: Internet)