viernes, enero 26, 2007

Crónica de una guerra santa en el Sur Andino - Puno


Por: Hugo Supo

Cada vez que un cristiano de a pie ingresa a un templo católico, no imagina qué misterios encierran esas paredes, esas estatuas de hombres, santos y santas, no sabemos qué hay debajo de esas sotanas blancas con las que se visten, los que se hacen aclamar como ministros de dios en la tierra.

Quién entre nosotros, imaginaria que una de las instituciones más sólidas de todos los tiempos en el planeta, pudiera tener tantas divisiones en su interior. La aparentemente maciza iglesia católica, resulta ser ahora y desde siempre una compleja malla de pensamientos, intereses, creencias, caminos e ideologías.

Conforme pasa el tiempo, la católica, es una de las religiones del que más miembros o seguidores se apartan, quizás atraídos por otras corrientes de pensamiento cristiano, como las protestantes. Por ese motivo, es también una de las más flexibles, en toda su historia ha venido cambiando de estrategias para impedir la fuga de adeptos.

La Teología de la Liberación

Una de las últimas revoluciones se da con el Concilio Vaticano II, convocado por el papa Juan XXIII. El evento de mayor trascendencia en el siglo pasado constó de cuatro sesiones, siendo la primera de ellas presidida por el mismo Papa Juan en el otoño de 1962. Él no pudo concluir este concilio ya que falleció un año después, el tres de junio de 1963. Las otras tres etapas fueron convocadas y presididas por su sucesor, el Papa Pablo VI, hasta su clausura en 1965.

Allí nace la Teología de la Liberación, que es una corriente teológica que comenzó en Ibero América, ratificada en la Conferencia de Medellín (Colombia, 1968). Sus ideólogos más destacados son los sacerdotes Gustavo Gutiérrez Merino, (peruano), quien en 1973 editaría el primer libro sobre el tema Historia, Política y Salvación de Una Teología de Liberación, y Leonardo Boff (brasileño), este último, excomulgado por el papa Juan Pablo II.

Con la Teología de la Liberación, además nacen nuevos conceptos, se empieza a hablar de justicia social, del hombre como ser integral, lucha contra la pobreza, no sólo espiritual, sino también económica. Cuando el papa Juan Pablo II, llegó al Perú, dijo en Villa El Salvador: “Este pueblo tiene hambre de pan y tiene hambre de dios”, quien sabe, atraído por esta teología.

Imitar a Jesús, es la premisa de los seguidores de esta corriente, por ello, llegan desde Europa, principalmente a Latinoamérica, misioneros de varios países, no para trabajar, sino, para convivir con los excluidos, los necesitados. Entiéndase que son los liberales de la iglesia.

Los conservadores

En realidad, la institución católica fue desde tiempos inmemoriales conservadora, nunca antes se había involucrado, por lo menos así lo predicaban, en temas políticos o similares, pero el ya referido Concilio Vaticano II, permitió a muchos abrirse a la realidad del mundo. No obstante, otros optaron por continuar como siempre fue, a ellos se les denomina conservadores.

La iglesia se construye ligada a un poder económico mundial, como en todo aspecto, hay religiosos que acompañan a ese poder, van muy de cerca. Hijos de terratenientes, empresarios o burócratas, son curas, muchos de ellos, prefieren conservar ese poder.

Conforme la Teología de la Liberación fue creciendo en el mundo, también los grupos “derechistas”, por llamarlos así. Un hecho concreto, fue cuando lograron rodear al papa Juan Pablo II, quien canoniza a Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del llamado Opus Dei, uno de los grupos más radicalizados al conservadurismo de la iglesia católica.

De ahí avanzaron, con la muerte de Juan Pablo II, y con la posterior elección de Benedicto XVI, logran el nombramiento de innumerable cantidad de obispos de la misma corriente a nivel mundial. El Perú no fue ajeno a ello. También aparecen más organizaciones con esa misma tendencia.

En el Perú

Hablar del catolicismo en nuestro país, es hablar igualmente de la Teología de la Liberación, y hablar de ello, implica a uno de los principales lideres de esta corriente. El padre Gustavo Gutiérrez.

Mientras los liberales avanzaron en su acercamiento a los pobres, los conservadores se acercaron más al poder del Vaticano. Siempre hubo problemas, pero, se intensificó en los años ochenta.

Sobre todo con relación a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que desde 1981 dirigía el cardenal Ratzinger (Benedicto XVI). Gutiérrez tuvo que defenderse (en Roma y en Lima) de las acusaciones de ser marxista y de haber reducido la fe a la política.

La iglesia del Sur Andino

La revolución de la iglesia se da en Puno, allá por 1962, muy coincidente con los acuerdos del Concilio Vaticano II, su líder en esas épocas fue, el obispo Julio Gonzáles Ruiz.

Él inicia con los cambios en la estructura. Si antes se creía que la iglesia eran los obispos, los curas y monjas, después se incluye a los laicos en forma activa, los agentes pastorales y la iglesia como pueblo.

Digamos que la iglesia del Sur Andino, tiene su apogeo en los años ‘70 y ’80, ya con la presencia del recordado obispo de Puno, Jesús Mateo Calderón Barrueto y otros obispos amigos con el que forman el IPA (Instituto de Pastoral Andina) con sede en Cuzco, el cinco de julio de 1969.

Desde allí, las prelaturas de Puno, Juli, Ayaviri, Sicuani y Cuzco, se unen en la tarea de evangelización, acorde con la Teología de la Liberación. Grandes retos han de venir para ellos, sobre todo por la etapa que nuestro país atravesó en esos años.

La reforma agraria en el Sur Andino

Una de las primeras muestras de la Teología de la Liberación en Puno y en el Sur Andino, fue que la iglesia de aquellos tiempos, se sometió a la política emprendida en los años ’70 por el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado.

Entre las medidas en las que participaron, fue la Reforma Agraria (la tierra es para quien la trabaja), despojándose de las propiedades que ostentaban en diversos lugares. En Salcedo, por ejemplo, donde la congregación de Salecianos, tenía grandes extensiones de tierra.

El terrorismo

La Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) formada por en el gobierno de Valentín Paniagua y reforzada por Alejandro Toledo, nos da una muestra de cuál fue la función de la iglesia del Sur Andino durante el conflicto interno que vivió el Perú en los años ‘80.

Predicar con la Teología de la Liberación, seguramente fue difícil. Por un lado, el informe final de la CVR dice: “A la Iglesia, el PCP-SL la considera una institución enemiga, parte de lo que ellos llaman «el viejo estado» que tratan de destruir; además, SL ataca cualquier proyecto de asistencia o de desarrollo bajo la consigna maoísta de romper toda dependencia del exterior y obligar al pueblo a vivir de sus propios medios, chocando allí también con la pastoral social de la Iglesia”.

Por otro lado, el sector más conservador del gobierno y de la propia iglesia, no dejaron de acusarlos de promover más que evangelio, ideologías en la población, tanto así que los involucran con movimientos marxistas.

En el mismo informe de la CVR, se registra por lo menos 28 hechos en los que la iglesia del Sur Andino, en varios casos, por que sus miembros fueron perseguidos, atentados, amenazados o tuvieron que huir por el peligro que corrían.

El inicio del ocaso

Con la debilitada salud del obispo de Puno, Jesús Mateo Calderón, el Vaticano nombra al nuevo pastor Jorge Carrión Pavlich (Opus Dei). Ya antes, el obispo de Cuzco Luís Vallejos Anthony, había decidido apartarse del Sur Andino.

Entonces la iglesia del Sur Andino, queda con los obispos Albano Kuin (Sicuani) que luego también es reemplazado, el obispo Raymundo Revoredo Ruiz y luego Elio Alevi Pérez (Juli), y el obispo Juan Godayol Colom (Ayaviri).

Ya cerca a nuestro tiempo, el Vaticano, nombra al obispo Kay Martín Schmalhausen Panizo en la prelatura de Ayaviri (Sodalitium Christianae Vital), con lo que el Sur Andino queda más debilitado.

Un poco después, también se nombra a monseñor José Maria Ortega (Opus Dei) como obispo de Juli, siendo para el Sur Andino, una suerte de final de una forma de hacer iglesia que se mantuvo por casi 30 años en el altiplano.

Y ahora qué

Ya desaparecida la iglesia del Sur Andino a nivel de los obispados, se registran signos de enfrentamientos al interior de esta institución. Religiosos de tendencia a la Teología de la Liberación protestan en contra de los llamados conservadores.

Hechos

A finales del año pasado, los reverendos padres Marcos Degen Dublín, Juan Gnaldi Codeschi, Luís Edmundo Zambrano Rojas, Luís Jesús López Rivera, y Manuel Antonio Vassallo Pastor, renuncian al Seminario Nuestra Señora de Guadalupe de Chuchito, explican el acto, como protesta por el nuevo rumbo de esa institución.

El P. Luís Humberto Béjar Assaf, (argentino) director del preseminario “Casa San José”, se sintió forzado a retirarse por las condiciones impuestas por el obispo de Ayaviri y el 14 de Julio de este año abandonó la prelatura.

El P. Otto Brun, (Suizo) párroco de la parroquia San Francisco de Ayaviri, fue trasladado a la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Crucero, una parroquia geográficamente difícil para un sacerdote de 68 años; por lo que a solicitud de los sacerdotes fue trasladado a la parroquia Santa Cruz de Orurillo

Al P. Francisco Fritsch, (Francés) párroco de la parroquia Santa Catalina de Antauta, le rescindió el contrato a pesar de que él deseaba continuar prestando sus servicios sacerdotales y a pesar de necesidad de sacerdotes en la prelatura. A este sacerdote con 33 años de servicio a la prelatura, el 29 de Junio el obispo le entrega la carta fechada el siete de Junio y le da un plazo de tres meses para abandonar la prelatura. En la carta se afirma que esta decisión es tomada en acuerdo con Mons. Doré, obispo del P. Francisco en Francia, lo que según el P. Francisco no es verdad.

A nadie nos toca juzgar los caminos que pueda adoptar la iglesia, pero, es deber nuestro, como laicos, creyentes, o simples ateos, conocer las realidades de esa misteriosa institución llamada, Iglesia Católica.

Los obispos del Sur Andino
Puno
Julio Gonzáles Ruiz
Jesús Mateo Calderón Barrueto
Juli
Alberto Kenesknet
Raymundo Revoredo Ruiz
Elio Alevi Pérez Tapia
Ayaviri
Luís Dalle
Francisco Dalteroche
Juan Godayol Colom
Sicuani
Albano Kuin


Los actuales obispos
Jorge Carrión Pavlich: (Opus Dei) Es inevitable recordarlo más, que por su labor pastoral, por el escándalo de las cartas falsas con Fernando Olivera. En la fiesta de la Virgen de la Candelaria, llamó diabólicas a las costumbres de la tradicional entrada de k’aphos.

Kay Martín Schmalhausen Panizo: (Sodalitium Christianae Vital). Este obispo, de 41 años, es actualmente el más joven del Perú y de Sudamérica. El Sodalicium, orden a la que pertenece es, algo así, como la versión peruana del Opus Dei liderada por Cipriani en el Perú. Sin embargo, existen versiones que durante su permanencia en la prelatura ha mostrado acercamiento y gran carisma. Últimamente criticado por los hechos de Macusani.

José Maria Ortega Trinidad: (Opus Dei) Otro Obispo que ha sido designado para la Prelatura de Juli, también salieron volantes en contra suya, en pocas ocasiones se le acusa de alejarse de la gente.