miércoles, abril 29, 2020

¿Y cómo aporta la universidad?


Por: Hugo Supo 

“Todo falta, maldición” ha dicho la jefa del Comando Nacional COVID-19, Pilar Mazzetti, haciendo alusión a la crítica realidad peruana frente a la pandemia por el coronavirus.
Y es verdad. Todo falta. Desde tecnología, infraestructura, personal, liderazgo político, empatía, responsabilidad, hasta conciencia ciudadana.
La crisis es peor en regiones (o lo será), donde las autoridades se limitan a seguir recetas del centralismo y la sociedad ha caido en miedo e incertidumbre.
¡Todo falta! Sobre todo ideas desarrolladas que nos ayuden a contener la pandemia y, luego, a superar las otras crisis que vendrán (económica, social, política).
¿A dónde deberíamos de ir cuando faltan ideas? Pues, a la universidad, cuya razón de ser es la investigación y generación de nuevo conocimiento.
Resulta que en el Registro Nacional de Ciencia, Tecnología y de Innovación Tecnológica (Renacyt), que orgullosamente muestran los rectores cuando hablan de acreditaciones y licenciamientos, existen 61 nombres de investigadores ligados directamente a cuatro universidades puneñas.
La mayor cantidad son de la Universidad Nacional del Altiplano (56 en total), quienes deberían hacer fluir ideas y proyectos para ayudar a las autoridades, pero guardan misterioso silencio.
La pregunta cae de madura: ¿qué están aportando las universidades en esta crisis?
En Bolivia han desarrollado investigaciones sobre el uso del eucalipto y otros saberes ancestrales para mitigar la COVID-19, en otros lares han abordado lo referido a la radiación solar y sus posibles consecuencias contra el virus.
En el Perú, Concytec ha convocado a un millonario concurso de investigaciones referidas al coronavirus (SARScov-2), se han presentado proyectos de sistemas de información, respiradores artificiales y hasta una posible vacuna. ¿Y Puno? (Correo Puno Juliaca 30/04/20 Foto: Difusión)


miércoles, abril 22, 2020

Fracturas históricas


Por: Hugo Supo 

Mientras el país debate la conveniencia o no de ampliar el Estado de Emergencia para frenar el avance del coronavirus, a cada rato se muestran evidencias de las fracturas históricas que carga el Perú:
Viajes humanitarios A (avión), viajes humanitarios B (buses) y la caminata de los descamisados que buscan volver al terruño.
Excarcelación humanitaria A (vean a los políticos amigos del régimen), excarcelación humanitaria B (pocos presos por alimentos) y las víctimas del lerdo sistema de justicia peruano que siguen esperando una sentencia en medio de hacinamiento.
Préstamos A (BCR a bancos), préstamos B (bancos a empresarios) y la agonía de los emprendedores informales que por más economía que generen, son invisibles para el Estado formal.
Hospitales de campaña A (en Lima), hospitales de campaña B (nosocomios semiabandonados en regiones) y los establecimientos de salud en comunidades y centros poblados, donde solo hay puertas cerradas.
Educación virtual A (tecnología 4G), educación virtual B (radio y televisión) y los hijos del pobre y anónimo peruano que para el Estado solo es un número de DNI.
Subisidio económico A (sueldos, ¿AFP y CTS?), subsidio económico B (bonos y canastas) y el doloroso silencio de quienes ni siquiera tienen los medios para reclamar, los que son inexistentes hasta en los mapas de pobreza.
Y así, en algún momento, nos hemos creído el cuento de “país de primer mundo”, el crecimiento económico, la reconciliación nacional, el Acuerdo Nacional y el Perú bicentenarista.
Que esta pandemia valga la pena. Parafraseando al autor de una reciente carta, la crisis no debe hacernos pensar en “sobrevivir” para regresar a esa nefasta normalidad de antes, la crisis implica “reinventarse” para cerrar, de una vez por todas, las fracturas de nuestro país. Si no es ahora, cuándo. (Correo Puno Juliaca 23/04/20 Foto: Difusión)


miércoles, abril 15, 2020

Más prohibición, más desacato


Por: Hugo Supo

1. Desde inicios de década está vigente el DS 040-2010-MTC, que dispone sanciones a peatones que cometan faltas muy graves con una multa de 3% de una UIT. ¡Una década y la norma duerme el sueño de los justos! ¿A quién se le habrá ocurrido en el Gobierno apelar a las multas para mejorar el aislamiento social?

2. Quedó más que demostrado que las prohibiciones para determinados grupos poblacionales y restricciones en horarios genera mayor desorden, como la ya derogada salida por géneros. ¿Cómo se les ocurre a las autoridades ediles restringir los horarios y días de atención en mercados? Lo que se tiene que hacer es descentralizar las ventas, ordenar el distanciamiento, organización vecinal y poner puntos ambulantes para desinfección.

3. El cierre de fronteras es un cuento. No solo porque generaría desabastecimiento y especulación en los mercados de alimentos, sino porque a nuestra gente le encanta sacarle la vuelta a las prohibiciones. Por eso tanto viajero por rutas alternativas; es mejor tener el control y reforzar los seguimientos.

4. Sobre los sitios de cuarentena para los puneños que quieran retornar, según MINCETUR, la región Puno tiene 19 mil camas en 902 establecimientos de hospedaje. Solo en la provincia de Puno se cuenta con 5400 camas. O sea, sí hay sitios disponibles para alojarlos por 14 días, el GORE debe negociar y lograr precios humanitarios, lo que además daría liquidez a las empresas. ¡Ha llegado su momento, hoteleros!

5. Es urgente que el Comando Regional COVID-19 se asesore por científicos sociales para la crisis. Se trata, pues, de un aislamiento social, en el que los profesionales que estudian la sociedad están ausentes. Y la estrategia comunicacional debe mejorar, es trascendental comunicar bien para evitar pánico y fobias. (Correo Puno Juliaca 16/04/20 Foto: Difusión)


miércoles, abril 08, 2020

Coronavirus en la región Puno


Por: Hugo Supo 

La pasividad de las autoridades subnacionales para afrontar la coyuntura causada por el coronavirus es irritante.
El virus no solamente ha desnudado las deficiencias en nuestras instituciones sino la nula capacidad de liderazgo del gobernador puneño y varios alcaldes.
A tres semanas de haberse declarado el Estado de Emergencia, el reemplazante de Walter Aduviri no tiene idea de dónde instalar un hospital de campaña para los infectados que irán apareciendo.
El director de Salud, Jorge Montesinos, recita, cada que puede, que están evaluando los nosocomios de Puno, Juliaca, Putina, Macusani, UNA Puno y el inconcluso Materno Infantil para dicho objetivo. No hay efectividad en la toma de decisiones.
Ni qué decir de la gestión para obtener pruebas rápidas y, en el mejor de los casos, instalar un laboratorio molecular en el altiplano.
Tuvo que ser el gobernador de Tacna, quien a nombre de la Macro Sur, haya empezado a presionar al INS con el objetivo (sí o sí) de poner en funcionamiento los laboratorios que ya están listos en las regiones. Ojalá tenga frutos.
Respecto a Puno, se está hablando sobre el cierre de fronteras interdepartamentales con la confirmación del primer caso positivo.
Lamentablemente no es posible un cierre al 100%, y no lo será, mientras nuestros mercados dependan de la agricultura foránea.
Recuerden que frutas, verduras y muchos granos vienen de la costa, incluso mucha papa llega desde Andahuaylas y tantos productos más.
En este aspecto también se requiere el liderazgo de las autoridades para promover mercados con la producción local, pero ni siquiera manejamos una buena data para saber qué alimentos compramos de fuera y qué de adentro.
Es trascendental mantener la estabilidad de los mercados, impedir la especulación de precios y escasez. Si no lo hacemos, empezaremos a perder la batalla. (Correo Puno Juliaca 09/04/20 Foto: Difusión)


miércoles, abril 01, 2020

Servicio a la Patria


Por: Hugo Supo 

La pandemia por el coronavirus ha develado varios puntos críticos de la sociedad peruana. Desde la educación, salud y producción (de lo que hemos escrito en anterior entrega) hasta el escaso personal en las Fuerzas Armadas, sobre todo para una población a la que parece gustarle la “mano dura” para disciplinarse en tiempos de emergencia nacional.
El Gobierno se ha visto en la necesidad de hacer un llamamiento excepcional a los reservistas para cubrir la falta del personal militar.
Alertados por la coyuntura, los congresistas afines a Antauro Humala (R. Ramos, J. Mamani y M. Bartolo) presentaron el proyecto de Ley N° 4959/2020-CR, donde se propone modificar la Constitución Política e incorporar a las FF. AA. en tareas de seguridad ciudadana en apoyo a la PNP (merece debate aparte).
Asimismo, proyectan la obligatoriedad del servicio militar para todo peruano a partir de los 18 años, como lo fue hasta antes del fujimorato.
No habría que dejarse llevar por las emociones, es verdad que las FF. AA. necesitan refuerzo, pero también requieren ser atractivas para el joven peruano, una oportunidad y no una molesta valla para sus propósitos.
El Estado debe velar por la profesionalización de las FF.AA. y crear espacios únicos para la formación de nuestros jóvenes. Hay que dejar de lado la idea de que al Ejército se va para ranear y hacer planchas.
Además, los congresistas podrían mejorar su propuesta. El servicio no tiene por qué ser necesariamente militar, en otros países existe el servicio social, mediante el cual, la juventud hace méritos para acceder a becas y oportunidades profesionales.
Repensemos la idea del “servicio a la Patria”, hay mil maneras de prestar dicho servicio al país, abramos las puertas también para los que quieren asistir en orfanatos, albergues, cárceles, escuelas y todo tipo de organizaciones humanitarias. (Correo Puno Juliaca 02/04/20 Foto: Difusión)