lunes, marzo 14, 2016

Posdata




Por: Ramón Melendi

Él te coserá mentiras.
Yo improvisaré verdades.
Él brilla solo en tus ojos.
Los míos, aunque ahora rojos, claros como manantiales
Él se acostará en la huida.
Yo lo haré siempre a tu lado.
Él despistará tus dudas con terciopelo espinado.
Y cuando llegue al final de su verano ansioso.
Febril y bisiesto de Madrid.
Yo seré el setiembre imprudente que todo lo barre.
El que abrace el último rayo del agosto que ya no respira
Seré tu luna nueva.
Y quiero serlo.
Lo seré de todas formas.
Pero aún nos queda verano.

Donde la luna y las noches todavía son muy cortas.


Madrugadora polarización

Por: Hugo Supo

La salida de Julio Guzmán y César Acuña de la presente campaña electoral ha acelerado la ya tradicional polarización del país que parecía estar reservada para la segunda vuelta.
En las últimas horas, el gran tema de discusión política vuelve a ser la “inmoralidad para gobernar”, dejando atrás asuntos varios que también tienen que ver con la agenda nacional, como educación, salud, economía, descentralización, etcétera.
La seguidilla de marchas antifujimoristas y el grito de fraude ha acallado incluso a los otros candidatos que se disputan el segundo lugar para competir en una eventual campaña presidencial después del 10 de abril.
O mejor dicho, los postulantes que mayor posibilidad de crecimiento tienen (Alfredo Barnechea y Verónika Mendoza) se han unido al coro de cuestionamientos contra la candidata de Fuerza Popular, heredera de los pro y contra del encarcelado Alberto Fujimori.
Pero, como dijimos al inicio de esta entrega, la polarización anti y profujimorismo es una tradición en los comicios posteriores a la década de los 90, así que no debería de llamar mayor atención, salvo que encontremos algún otro ingrediente que de verdad encienda el botón de alarma.
¿Existe tal ingrediente? Efectivamente. La toma de calles convocada desde las redes virtuales es un elemento adicional que nos pone ante un panorama complicado en las próximas semanas.
Tal como va este asunto, todo parece indicar que el clímax antifujimorista se vivirá el 5 de abril (recordado por el autogolpe de 1992), a poco menos de una semana del día en que los ciudadanos acudiremos a las urnas.
Peligrosa resulta tal convocatoria, cuando los ánimos están caldeados, en un país tan emocional, con fuerzas políticas muy sensibles e instituciones demasiado débiles para garantizar la continuidad de la democracia. Cuidado que esto podría terminar mal.
¿A quién le conviene patear el tablero de las elecciones?, ¿quién está detrás de esta madrugadora polarización? Buscamos respuestas. (Correo Puno Juliaca 14/03/16 Foto: Internet)