Por: Hugo Supo
Un sonriente Mauricio Rodríguez,
presidente regional de Puno, irrumpió la tarde del sábado en la
reunión de los presidentes de conjuntos pertenecientes a la
Federación Regional de Folklore y Cultura (FRFC). El motivo era
mostrar la resolución gerencial que da luz verde al inicio de una
obra complementaria en el asfaltado de la avenida Simón Bolívar,
aquella que permitirá retirar la berma central para convertirla en
una gran vía por donde los miles de danzarines de la Festividad de
la Virgen de la Candelaria pasarían desde febrero próximo.
El monto del proyecto para quitar la
berma asciende a más de 2.5 millones de nuevos soles, sumados estos
a los anteriores 8 millones, no se trata precisamente de una obra a
precio ganga.
La avenida Simón Bolívar se inició
en octubre del 2012 y tenía como plazo de ejecución 330 días,
incluso el mismo Rodríguez ordenó al ingeniero residente acelerar
los trabajos para entregar el proyecto en seis meses. Ha pasado más
de un año y nadie le hizo caso.
La última decisión del Gobierno
Regional nos grafica la improvisación con la que se está
trabajando, se siente también el tufillo político y las ansias por
figurar para la campaña electoral del 2014.
Ciertamente, se requiere ordenar los
pasacalles que se hacen por la Festividad de la Virgen de la
Candelaria, ¿pero acaso no se sabía eso cuando se trabajó el
proyecto inicial? No, no lo pensaron. Los planificadores de esta
institución responden al cálculo político de Rodríguez y del
aspirante a alcalde provincial de Puno Javier Ponce Roque, actual
presidente de la FRFC.
Es tal la improvisación que resulta
justificada la protesta de los vecinos que se oponen a la tala de los
más de 100 arbolitos en la zona. ¿Era tan difícil incluir en este
proyecto un plan de mitigación para reponer las plantas? No, no es
difícil, pero el proyecto político AQUI no está pensando en ello,
ellos quieren la reelección de Rodríguez y reafirmar un trato
electoral con Javier Ponce.
Por otro lado, lo que este columnista
sabe a priori es que -en caso de terminarse la obra Simón
Bolívar- la parada de veneración a la Virgen Candelaria empezaría
a la altura de Chanu Chanu y concluiría en el cruce con el jirón
Carabaya, los jueces calificarían hasta allí. No se sabe si la
imagen de la virgen será llevada hasta esa parte.
Pongamos el caso de que la iglesia se
oponga a la salida de la imagen, entonces los danzarines querrán
llegar hasta el santuario del parque Pino, solo que a diferencia de
antes lo harían sin control alguno, sin jueces ni calificación que
los regule. Será un caos.
Los organizadores de la fiesta deben
pensar mejor estas cuestiones, los cálculos deben ser fríos y no
obedecer a la calentura coyuntural, no vaya a ser que el tiro les
salga por la culata. (Publicado en Correo Puno 16/12/13)