miércoles, marzo 26, 2008

Lo que faltaba: Un país en el mundo ya importa basura


Por: Hugo Supo

Leo El País de España, y me imagino al ministro de Asuntos Ambientales de Ginebra (algo así debe denominársele) llegando a la siempre soñada Ilatia, para concretar una de sus últimas transacciones comerciales más exitosas y rentables. E imagino, al ministro de Relaciones Exteriores (insisto que no tengo idea de cuál es el nombre del cargo) de Ilatia, recibiendo en una ceremonia protocolar a su homólogo ginebrino, si, con acompañamiento marcial de las fuerzas armadas incluido.

Entonces, luego de una visita guiada por los más grandes campos de concentración de residuos orgánicos e inorgánicos (basura), el ginebrino dice con una sonrisa en los labios:

- Trato hecho colega.
- No se arrepentirá, es lo mejor que hemos podido acopiar, responde el paisano de Benito Mussolini.

Y entonces el representante de Suiza, ordena el depósito del dinero pactado a las cuentas italianas, luego dispone cargar a los containers toda la cochinada, se despide y emprende nuevamente un largo viaje a su natal Ginebra, contento por la exitosa operación.

Sucede que según El País, Ginebra comprará en los próximos cuatro años alrededor de 300 mil toneladas de basura, solamente para no dejar sin trabajo a 50 operarios de uno de los tres hornos para tratamiento de residuos, implementados en el 2002 por iniciativa del Estado suizo.

Y no dejo de quedarme perplejo por la inusual noticia. Entonces, me pregunto como ustedes seguramente ¿Cuál es la necesidad de Suiza para importar basura? ¿Es que acaso no la tiene? ¿Qué sucede?. La respuesta es simple: Ginebra ha desarrollado tanto la conciencia recicladora en sus ciudadanos, que sin quererlo, ahora han ocasionado otro problema para las autoridades.

Pero, el tema no queda ahí, pues según la publicación española, hace buen tiempo Ginebra ya ha estado importando basura de Alemania, para cubrir la capacidad de los tres hornos de tratamiento de residuos que han instalado en su país.

Que curioso resulta ser el mundo, cuando en Europa, algunos países están importando basura para la supervivencia de 50 empleados, y aquí, a este lado del Pacífico, carecemos de respuestas para deshacernos de ella.

Por poner un ejemplo, en el caso de las ciudades de Puno y Juliaca, se calcula que solamente ambas producen alrededor de 200 toneladas de deshechos en forma diaria, la misma que termina en botaderos que se han convertido en focos infecciosos de enfermedades mortales como la rabia.

Pero, el problema aquí es claro, no se trata de tener un mejor sistema de acopio de basura (que tampoco estaría mal), sino, que todo reside en la simple política personal y familiar de volver a utilizar lo que aún se puede hacer o rehacer. De eso, poco sabemos los peruanos.

Por eso es necesario que los profesores de inicial o primaria, implementen esos famosos cursos de manualidades, en los que nuestros niños podrían aprender a reutilizar los objetos que compran o que aparentemente ya no sirven. Digo yo, podría ser un camino a seguir, incluso me atrevo a sugerir el nombre del curso: “Reciclalogia”, o algún derivado de esa palabreja.

Bueno ya, tampoco hay que exagerar, debemos tener mejor conciencia ecológica es cierto, pero, quizás seria mejor avanzar con paso lento en este tema, no vaya a ser que nos pase como a los ginebrinos, que no saben qué hacer sin su propia basura, pues no la tienen. Cosas que pasan sólo en nuestro mundo.