Por: Hugo Supo
El presidente de la República, Martín
Vizcarra Cornejo, anunció la reforma del sistema de justicia
peruano. Para ello – ha dicho- conformará “de manera inmediata
la comisión de reforma para la que se convocará a un equipo de
honorables expertos en la materia, reconocidos no solo por su
trayectoria profesional, sino por su ética, a fin de recibir sus
recomendaciones que nos permitan llevar adelante esta reforma que
será integral”.
La propuesta debe hacerse pública el
28 de julio cuando Vizcarra pronuncie el Mensaje a la Nación con
motivo del aniversario patrio.
¿Cómo podría hacerse realidad una
reforma integral del sistema de justicia?, ¿se trata solamente de
cambiar personas en el Consejo Nacional de la Magistratura?, ¿debería
seguir existiendo el CNM como tal?
¿Es posible introducir una elección
popular de magistrados?, ¿se tomará en cuenta los modelos vecinos
donde es el Presidente quien designa al magistrado de mayor
jerarquía?, ¿debería el Estado tercerizar con agencias
internacionales la selección de los jueces y fiscales?, ¿de qué
habla Vizcarra cuando dice “reforma”?
Tal como se ha mostrado este
Presidente, suponemos que el dichoso proceso será poner algunos
parches a ese deslegitimado CNM y nada más.
Lo decimos por una simple razón:
Vizcarra responde al mismo juego de intereses de ese establishment
capitalino que hará todo lo posible para mantener el statu quo en
nombre de sus intereses. Así lo ha decidido Vizcarra desde su
asunción al poder.
Él ha tenido la inmensa oportunidad de
marcar un antes y un después en el proceso de construir un
Estado-nación, pero ha dicho que no, que no hay que hacer tanto
escándalo, que la tormenta calmará bajo su capitaneo.
Por cierto, ¿no es este mismo Vizcarra
que en junio pasado anunció nombrar otra comisión para cobrar los
millonarios impuestos que deben algunas corporaciones al Estado
peruano?, ¿resultados? Cuidado que la comisionitis es una estrategia
que termina hartando a la gente. (Correo Puno Juliaca 12/07/18 Foto:
Difusión)