Por: Hugo Supo
Hay que reconocer en Eduardo Galeano su sinceridad al
momento de admitir que erró y que no soportaría volver a leer su propio libro
“Las venas abiertas de América Latina”; pocos autodenominados izquierdistas de
nuestro contexto podrían tener tal coraje, por no decir nadie.
Este texto, que ha sido resumido por los autores de “Manual
del perfecto idiota latinoamericano” (Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto
Montaner y Álvaro Vargas Llosa) con la frase: “Somos pobres; es culpa de
ellos”, ya no es más la biblia de los “antis”.
A la tesis adolescente de Galeano le debemos algunas
maravillas que hoy nos toca soportar, está por ejemplo esa retórica basada en
la “teoría de la conspiración” que culpa al resto de nuestras desgracias, o los
fundamentos de los hoy ambientalistas, antimineros, luchadores sociales,
indigenistas y similares vendedores de sebo de culebra.
En cierta ocasión este columnista platicaba con un
catedrático de la Universidad Nacional del Altiplano (UNA) de Puno, quien
increíblemente -a sus casi 60 años- aún fantaseaba con aquello de que Estados
Unidos estaba saboteando la educación peruana.
Resulta hasta ridículo cavilar una hipótesis así. Entonces
había que refutarle: “Pongámonos en el rol de vecinos, si yo tengo mejores
ingresos económicos, mayores posibilidades de acceso al desarrollo y asuntos
así, no me convendría tener un vecino poco educado al costado, sabiendo que su
incultura podría causar perjuicios en mi modo de vida. Y no es que esté
pensando en cómo robarle sus recursos, sino en mi propia seguridad, por eso,
más que sabotearle me convendría ayudarle a mejorar”, le había comentado. El
profesor quedó un tanto perplejo de escuchar aquel argumento.
Lamentablemente, el culpar a otros de nuestros males se ha
manifestado, aunque no lo crean, en casi toda la formación de “ciudadanía” en
las últimas décadas, tenemos generaciones de gente perdida en ese sentido.
¿O es acaso falso que las ONG, en las escuelas, los gremios
y casi todos nos hemos fijado solamente en reclamar nuestros derechos sin percatarnos
si cumplimos los deberes que nos corresponden? Son esas las herencias de la
fenecida biblia de los falsos izquierdistas de nuestra América. (Publicado en
Correo Puno 09/06/14, FOTO: Internet)