Por: Hugo Supo
Pésimo es el mensaje del Poder Judicial frente al accionar de los ronderos de Carabaya. Pero
no estamos hablando solamente de esa respuesta timorata vertida ayer por el
presidente de la Corte Superior de Justicia de Puno, Percy Lozada Cueva, al
quitarle la confianza a la señora Eliana Mamani Arias, sino de todo el
antecedente a esta humillación.
Quienes hemos estado siguiendo el tema sabemos que el
castigo dado por las rondas no fue porque se les ocurrió en ese momento.
Incluso ya habíamos advertido de la necesidad de una acción urgente desde la
corte, ello fue inmediatamente después de enterarnos que doña Eliana había
dictaminado por evitar el encarcelamiento de una persona acusada de violación
en Macusani.
Más allá de los argumentos que puedan poner los abogados,
jueces y fiscales, la opinión pública entiende la administración de justicia de
la siguiente manera: si alguien confiesa el delito, está la víctima y las
pruebas tienden a ser contundentes, los jueces deben de encargarse de castigar
a quien se lo merece. No hay más.
La hoy destituida jueza supernumeraria de Macusani pudo
errar en su decisión, quizá nunca tuvo la capacidad ni experiencia necesaria
para afrontar el cargo, pero ¿acaso la institución del Poder Judicial tuvo que
desentenderse del problema?
No pretendemos insinuar con esto una intromisión en la
autonomía de los magistrados, pero un poder del Estado no debería descuidar su
imagen y mensaje a la ciudadanía, sobretodo el recuperar esa confianza que no
dejan de perder día a día.
Pueda que el señor Percy Lozada considere esto un asunto
ínfimo, pueda que él se sienta muy bien por ahora en su cómodo despacho, pueda
que las consecuencias no afecten su carrera personal, empero dice muchísimo de
la institución para la cual trabaja.
Los ronderos no han puesto de rodillas a una jueza
solamente, lo han hecho con todo el sistema de justicia peruano, sumemos a esto
lo acontecido en el distrito de Zepita hace pocas semanas, donde un grupo de
comuneros decidió quemar a un abigeo y luego evitar por la fuerza el ingreso de
las autoridades para evitar investigaciones. ¿Les suena todo esto a algo así
como anarquía? (Publicado en Correo Puno 17/07/14)