Por: Hugo Supo
Sería bueno tener una fotografía
-tipo encuesta- de lo que pasa en la regiones con la intención de
voto y aceptación hacia cada uno de los aspirantes a la Presidencia
de la República.
Pero tenemos que conformarnos con lo
que las encuestadoras han publicado hasta el momento, unos
conglomerados norte, centro y sur, que no hacen otra cosa que
ratificar las tendencias generales vistas desde Lima.
Por ejemplo Keiko Fujimori, César
Acuña, PPK y otros que van en la lista se mantienen en ese mismo
orden en casi todas las zonas del país, lo que hace suponer que en
el caso específico de las regiones la inclinación es similar.
Si la cosa va por ese lado, Puno no
tendrá ese protagonismo radical y contestatario de las elecciones
anteriores. Recordemos que en estas tierras casi siempre pegan los
discursos renegados, lo que obligaba a los candidatos a adaptar sus
mensajes para lo que el auditorio está ansioso de escuchar.
¿Eso es bueno o malo? Pues, desde el
punto de vista regionalista, el comportamiento de nuestro electorado
(imitación a la tendencia general) podría conducirnos a un
escenario de incertidumbre respecto a los principales proyectos que
tenemos en el altiplano.
Algunos candidatos han llegado hasta
Puno (García, Mendoza, Acuña, Toledo), pero nos han hablado solo de
generalidades que nada aportan a solucionar los problemas
estructurales que padecemos.
No necesitamos de generalidades,
queremos escuchar compromisos concretos en asuntos de economía,
tierra, territorio, agua, ordenamiento territorial, educación,
cultura, salud, etcétera.
Y para lamentar de todos, quienes están
siendo voceados como postulantes futuros al Congreso de la República
tampoco aportan en estos temas para sus respectivos partidos
políticos, así que la incertidumbre aumenta.
Con temor -y ojalá nos equivoquemos-
podemos afirmar que las elecciones de abril no significarán un
quiebre a favor de las regiones, Puno entre ellas, perderá más que
ganar algo real en el próximo quinquenio. (Correo Puno-Juliaca
18/01/16 Foto: Internet)
