lunes, marzo 05, 2012

Tenemos corresponsal en el cielo

Por: Hugo Supo


Algunos simplemente nos quedamos cortos cuando de hablar de la muerte se trata, ¿qué podemos decir de la tirana? ¿Con qué palabras podemos consolarnos? ¿Cuántas lágrimas debemos soltar para desahogar la amargura de una pérdida? El fallecimiento de la joven Aurora Melo Rojas a bordo de un bus de Julsa en la vía Moquegua-Tacna nos enluta y es difícil describir lo que nos toca vivir.


Quienes conocimos y vivimos el día a día con ella sabemos de su entusiasmo con la vida, de su afán aventurero, su amor por el Perú de adentro, sus sueños truncos, sus nostalgias por las noches limeñas, su admiración por el azul Titicaca, su pasión por el periodismo y el compromiso para con los suyos.


Aurora es una puneña que no nació aquí, pero que cierto día llegó, no tuvo arrepentimientos y se enamoró de esta tierra. Luego se quedó con nosotros; en Puno hizo empresa, política, vida social, periodismo y tantas otras más.

Y fue el periodismo lo que más le apasionó, una prueba es que su lamentable muerte llegó cuando viajaba a Tacna para cumplir tareas periodísticas.


Aurora no hubiese querido ser protagonista de la noticia, ella prefería ser espectadora, testigo o narradora, sobre todo portadora de buenas nuevas y en ese afán la vamos a recordar.


De 27 años, soltera, saludable, entusiasta y de una sonrisa contagiante, Aurora Melo Rojas participó en la radiodifusión puneña colaborando con Pachamama Radio desde el año 2010, en esta emisora tuvo a su cargo la producción y la co-conducción de los programas Impacto Regional y Valgan Verdades.


En la televisión su participación estuvo marcada por su aparición frente a las cámaras de InfoTv (canal 45) conduciendo el noticiero del medio día, además de que paralelamente producia el programa de análisis político Pulso.


Esas fueron sus principales familias periodísticas, pero también fue colaboradora de otros medios de comunicación, integrándose incluso a la Red de Periodistas Intercultural Bilingüe de Puno donde fue reconocida junto a otros talentos de la prensa regional en octubre del 2011.


En fin, fue pues una periodista a carta cabal; más que socióloga, más que empresaria, más que política, más que todo fue mujer de prensa. Incomprendida, rebelde e independiente, toda una periodista apasionada como solo los que vivimos en el mundo de la prensa sabemos.


El sábado por la madrugada un irresponsable chofer definió el fin de su vida, pues alcoholizado y retador a la muerte quiso jugar, cegando el promisorio futuro de nuestra amiga.


Pero la tristeza no tiene por qué embargarnos, Aurora nos ha enseñado que la vida tiene que continuar, eso no significa que la vamos a echar al olvido, por el contrario bien podríamos decir ahora que tenemos una corresponsal en el cielo. Hasta siempre Aurora.