domingo, septiembre 22, 2013

Paremos esta racha

Por: Hugo Supo 

Los cronistas del día a día no deberíamos estar escribiendo esto. No queremos hacerlo. Bien podría esta columna dedicarse a analizar cómo vamos en temas de desarrollo, la reciente Convención Minera de Arequipa y su impacto en el sur, la quinua y su próxima exposición en la ciudad de Lima, la implicancia de la carretera Villa Pajcha-Moho, ese veto a los estudiantes de medicina de la universidad Andina por parte del Minsa y Essalud o cosas por el estilo.
Sin embargo, el luto regresa y obliga a mirar una cruda realidad. Nuestras carreteras se han convertido en cementerios, en el destino fatal de los viajeros que nunca podrán volver a casa, nuestras pistas son esas tumbas errantes, son aquello de lo que no quisiéramos hablar pero lo estamos haciendo.
12 familias maldicen -mientras estas líneas se escriben- el viaje que sus seres queridos emprendieron la madrugada de ayer en la vía Juliaca-Huancané, otras 6 familias siguen llorando por similar destino que les tocó entre el viernes y el sábado. 18 muertos es demasiado.
Pero no vamos a lamentarlo simplemente, hoy vamos a parar la agenda para exigir un alto a estas desgracias. ¿Quiénes son los responsables? Todos. Empezando por la Dirección Regional de Circulación Terrestre, que resulta siendo un fiasco con estos resultados, pasando por las empresas que contratan choferes irresponsables, y, cómo no, hasta los usuarios que pedimos al conductor pisar el acelerador hasta el fondo. Todos llevamos un poco de esta carga.
También es culpa de los gobernantes, que ni se preocupan por mejorar las destartaladas pistas, y de la Policía Nacional, que controla solo lo que le conviene. Admitámoslo. No somos una sociedad civilizada. No, si nos vamos a matar de esa manera. No, si seguimos repitiendo la historia. No, si no ponemos el freno.
Empecemos por ejemplo por cuestionar la circulación de estas unidades minivan, las que por obra y gracia del Poder Judicial, que aceptó un recurso de amparo, matan a diestro y siniestro, sin pasar revisiones técnicas, sin licencias de circulación y con la complicidad de la Dirección de Circulación Terrestre, que no puede imponer la ley.
Que hable ahora el presidente regional o alguno de sus funcionarios, que expongan cuáles son las políticas para el servicio de transporte, que justifiquen estas defunciones, que le digan algo a las familias dolientes.
Que se hable del por qué están pasando estas muertes, del cómo vamos a parar esta racha, que no se laven las manos como Poncio Pilato. (Publicado en Correo Puno 23/09/13)