domingo, diciembre 01, 2013

Variar el menú no es la solución

Por: Hugo Supo 

La chacanista María del Carmen Omonte Durand acaba de presentar un nuevo proyecto de Ley para modificar la Ley de Elecciones Regionales. A decir de la parlamentaria, se debe flexibilizar el tiempo de residencia para los candidatos a autoridades regionales de tres a un solo año.
La actual valla exige una residencia mínima coherente en la jurisdicción a la que el aspirante quiera postular, se pretende así alejarnos de candidaturas improvisadas, lejanas y foráneas.
En cambio, con la iniciativa de Omonte lo que se hace es abrir la posibilidad a tener mayor variedad en candidaturas; como lo vemos, se trata de una invitación abierta a vivir lejos de donde se quiere gobernar, regresar y/o ponerse a residir solamente para la campaña electoral.
No es una solución, por supuesto, al problema actual de las candidaturas -mal llamadas- regionales, el hecho de no tener cuadros locales no implica necesariamente buscarlos a diestro y siniestro en la capital de la República u otras zonas, como parece orientarse el proyecto de la toledista.
Y no se trata de chavonismos, sino de simple evaluación del costo-beneficio político y social de este proyecto de ley para departamentos como Puno, donde de tiempo en tiempo nos vemos obligados a soportar parloteos caudillistas sin programas de gobierno ni cuadros técnicos, para ahora vernos invadidos de aventureros que buscan ganarse los votos de la gente, quién sabe con qué intenciones.
El camino a mejorar no pasa por variarnos el menú de candidaturas, los destinos de las gestiones regionales tienen que ver claramente con aspectos más técnicos, no va por incentivar la competencia entre discursos electorales locales con los de afuera, sino de lograr eficiencia en las administraciones inyectándoles -como un cronista de esta casa editora decía- de proyectólogos y presupuestólogos.
Al final, sea quien fuere el presidente regional, los grandes proyectos públicos y privados están anotados en los cuchucientos planes de desarrollo que nos han hecho las ONG y las millonarias consultorías pagadas por los gobernantes, ¿o no?
Está claro, entonces, que los congresistas deberían estar buscando maneras de ayudar a potenciar la capacidad administrativa y no escudriñar en la norma para cachear chamba para los caudillos de otro lado, con los nuestros es más que suficiente. (Publicado en Correo Puno 2/12/13)