miércoles, febrero 25, 2009

Comando H2O en acción


Por: Hugo Supo

¡Atención! Un comando se ha activado en las calles de Puno. En realidad es un ejército del que se desconoce su número de integrantes y el tipo de entrenamiento que han recibido. Dizque la improvisación a la hora de actuar es su mayor talento, las víctimas podríamos ser cualquiera, todos estamos al asecho del “Comando H2O”.

Es cierto, un regimiento de gente está en las calles, fueron contagiados por los carnavales 2009. Y es que ha llegado el momento de “salir del closet”, es hora de dejar de lado las caras largas y atreverse a darle un baldazo de agua fría a un amigo(a) que veamos pasar por la calle. Esa es la lógica de este Comando.

Desde hace días, las calles adyacentes al estadio Enrique Torres Belón, el barrio Bellavista, la avenida Floral y en general toda la ciudad se ha convertido en el escenario de los juegos carnavalescos que le dan alegría a la fiesta de febrero.

Son niños, jóvenes, señoritas, señoras y caballeros que dejan de lado la rutina diaria para jugar un momento. Sacan agua de casa o lo consiguen de donde puedan, para darle un chapuzón a algún(a) incauto(a). Algunos utilizan globos llenos de agua con el que afinan su puntería desde los tejados, otros tienen talco en las manos, casi todo se vale a la hora de matar el aburrimiento.

Sin embargo, en los últimos años estos juegos han ido bajando en su número de adeptos, ya muchos no se logran contagiar, olvidan que dentro siempre se lleva algo de cuando fueron niños. Una de las razones fueron las prohibiciones que hicieron las municipalidades, por que en un tiempo los juegos se exageraron hasta el punto de las agresiones mutuas.

Empero, el Comando H2O no fue eliminado, ahora se muestran un poco más responsables, ya no juegan con gente que no lo quiere hacer o con aquellos que no están aptos para hacerlo en ese momento. Eso es digno de resaltar y es mejor animarlo.

Los juegos carnavalescos en el altiplano durarán hasta después del Domingo de Amargura. El Comando se desactivará por un año y luego volverán a operar. A estar atentos, que un globazo de agua podría sorprendernos mientras caminamos bajo el imperante sol serrano, todos estamos en la mira.

domingo, febrero 22, 2009

Carnaval a orillas del Titicaca


Por: Hugo Supo

Cuando la euforia de la Festividad de la Virgen de la Candelaria se ha terminado en Puno, empieza otra fiesta de facciones distintas, más tradicional, menos agitada, pero igual de contagiosa. Los carnavales a orillas del lago Titicaca.

A diferencia de Juliaca, donde el Carnaval se hace con actividades similares a la de Oruro (Bolivia); en la Ciudad Lacustre la fiesta la hacen los conjuntos de pandillas, tarqadas, pinquilladas y chacalladas.

Una variedad de danzas tradicionales recorren toda la ciudad, suben al cerrito Huajsapata, y luego bajan por las principales calles, demostrando una vez más, el ¿por qué? Puno es Capital del Folklore Peruano.

El jueves de comadres (conocido así por las tradicionales visitas de comadres en la zona rural), previo al domingo de anata y al miércoles de ceniza, se presentó en la Municipalidad Provincial de Puno, el programa oficial de la fiesta carnavalesca y los afiches más representativos de esta tradición.

Lo hicieron los representantes de los conjuntos pandilleros y también los grupos de tarqadas, pinquilladas y chacalladas. Lo que pasa es que la fiesta ha estado creciendo y ahora son muchos más, cada vez más gente vive la esencia de los carnavales.

Todos han invitado al público a sumarse a las alegrías carnestolendas, y en realidad, las actividades oficiales ya iniciaron el miércoles de esta semana, con la elección de la Señorita Folklore del Carnaval, y claro, con los juegos de agua de la juventud.

El viernes próximo es como un día central de los carnavales, en esa jornada se podrá apreciar a todos los participantes que bajarán del Huajsapata, en el caso de las pandillas, mostrando la elegancia de sus pasos y cantando con las estudiantinas. Con las tarqadas, pinquilladas y chacalladas, igualmente gozando de su alegría.

Cuando Puno danza en febrero


Por: Hugo Supo


Es casi la media noche y los diablos de Bellavista no se han cansado de saltar, ensayan los pasos que demostrarán el domingo de la Octava en el estadio Enrique Torres Belón y el día de la veneración a la Mamita Candelaria, quieren ser campeones, por eso saltan con ganas, por eso bailan con entusiasmo.

- ¡Salta diablo!, ¡salta…! se escucha en medio de la algarabía de los ensayos que se repiten casi a diario en la avenida Floral de la ciudad de Puno.

Dicen que serán más de mil los que bailen esos días, en los últimos años han consolidado la hinchada que los acompaña y los aplaude, no sólo por la tradición de Bellavista sino también por su vistosidad y fabulosidad (como ellos mismos se califican).

- ¿Por qué no te animas a bailar?, me pregunta José que hace años participa de la comparsa.
- Quizás, es cuestión de tiempo, le respondo.
- ¡Anímate!, y sigue ensayando en medio de su cansancio.

Ya hace ocho años que vivo en Puno observando la misma experiencia en el mes de febrero, no es solamente en el barrio Bellavista, los ensayos son así en toda la ciudad, más de 50 conjuntos de danzas (sólo de Puno ciudad) repiten esta experiencia antes de la Octava de la Festividad Virgen de la Candelaria.

No se con exactitud, en qué parte de la historia se inicia con la festividad, conozco que los conjuntos más tradicionales son los sikuris de Mañazo y Juventud Obrera; las Morenadas Orkapata, Laycacota, Bellavista, Independencia; las diabladas Amigos de la PNP, Bellavista, Azoguine; los doctorcitos que últimamente están de barrio en barrio y muchos más.

A ESPERAR A LAS BANDAS

Falta pocas horas para llegar al clímax de la catarsis masiva que se vive en el altiplano, y mientras yo escribo estas líneas, los alferados están en medio de sus propios ajetreos, de especial manera los encargados de recibir a las bandas de música que amenizarán a sus respectivos conjuntos.

Ya la historia ha cambiado, ya los danzarines no bailan con una sola banda, ya todos compiten por tener a las mejores y sobre todo a las más competitivas, hoy por hoy, en la Candelaria se baila con un mínimo de tres bandas, los conjuntos más tradicionales y más grandes lo hacen hasta con cinco.

Sacando las cuentas, cada alferado recibe -el viernes anterior al domingo del concurso con trajes de luces- a un promedio de quinientos músicos, ellos tienen que garantizar el hospedaje, la comida y la cerveza para todos. Un fricasé bien servido no cae nada mal para los hombres encargados de musicalizar con sus instrumentos de bronce.

HAY QUE SACAR LA COREOGRAFIA

El último sábado antes del concurso dominical de la Octava, la ciudad de Puno cambia de rostro, un silencio casi ilógico se apodera de sus calles, de pronto el bullicio de los ensayos desaparece, se traslada a otros lados diría mas bien.

Sí, la algarabía de cada conjunto se esconde del resto, es como guardar en el más íntimo secreto que utilizarás para imponerte a tus competidores, literalmente ocurre eso en las horas previas a la fiesta de la Octava, cada presidente del conjunto decide escapar a otros escenarios, ajenos a la ciudad, para afinar la coreografía que presentarán en el concurso.

He sabido de grupos que se van a las pampas de Paucarcolla, a Chucuito, a Salcedo, a Jayllihuaya, allí se gritonean si es necesario para pulir su presentación. Claro, estos ensayos ya son con sus respetivas bandas de músicos, la última práctica debe ser la mejor.

Esa misma noche, especialmente las damas, dan lo mejor de ellas en cuanto a costura se refiere para dar los retoques necesarios a los trajes que lucirán al día siguiente, siempre hay algún detalle que no ajustó el confeccionista, a apurar se ha dicho.

DOMINGO DE FIESTA

El día del concurso, los danzarines se despiertan un poco más temprano que de costumbre, lo hacen con ansias de irse al estadio, saben que de su esfuerzo dependerá la presentación de su comparsa.

Igualmente he visto madrugar a la gente ese día, forman inmensas “colas” para comprar las entradas al monumental estadio de Puno, hay familias enteras que llegan desde muy temprano para no perderse detalle alguno.

La puntualidad es un factor importante en este concurso, si existe algún conjunto que se debe presentar en calidad de exhibición debe hacerlo antes de las siete de la mañana. Los jueces son estrictos en la hora, los primeros concursantes deben presentarse a las siete.

- La hora es la hora, ni modo. Solía decir un danzarín al que le tocó participar en el primer conjunto en el año 2008.


EL CLIMAX DE LA FESTIVIDAD

El cansancio no parece sentirse el lunes de la parada, la fiesta no ha terminado, el domingo del concurso se baila hasta tarde, se liba también –para que lo vamos a ocultar- y las ganas continúan siendo el ingrediente principal para este día de veneración.

La ciudad es una fiesta completa, los negocios están a la orden del día, si hay lluvia sale los plásticos y paraguas, y si hay sol se vende viseras, comida, refresco y todo lo que pudiera ser consumido por los espectadores que toman las calles principales.

Ese día se baila hasta el final, se danza hasta más no poder, se bebe cerveza y se piensa en la Mamita Candelaria, así la iglesia diga que no, hay una fe expresada en el movimiento, la música y el folklore desde hace mucho. Y así seguirá en los años que vienen.

ES TIEMPO DE MÚSICA

Pero ahí no termina todo, la fiesta puneña apenas ha llegado a su climax, debe quedar fuerzas para el martes siguiente y aunque ya no bailarán como en la veneración, los músicos pueden exponer lo mejor de ellos en el Encuentro de Bandas de Músicos que se organiza en forma tradicional en la Plaza de Armas de Puno.

Es una magia construida a base de las melodías logradas con los instrumentos de bronce, con los platillos, los bombos y las tarolas. Aquí se miden la calidad de los grupos peruanos y bolivianos, pero más allá de la disputa, es el público que disfruta de las composiciones.

Los más experimentados directivos toman los mejores sitios para observar a las bandas en este día, quieren asegurarse a cuál de ellas contratarán para el año. Ni bien termina la fiesta, ya se piensa en la siguiente.

Y es que la Festividad de la Virgen de la Candelaria ha dejado desde hace mucho tiempo de ser estrictamente religiosa, ahora la fe se combina con toda una forma de vivir, con una forma de contagiarse de alegría y entusiasmo. Así es la catarsis de febrero.

lunes, febrero 16, 2009

¡Fuerza Ruth!

Por: Hugo Supo

Ruth ha vivido los últimos 158 días de su vida sin saber ¿qué es lo que exactamente pasó aquel 11 de septiembre del 2008?, sólo sabe que fue de madrugada, se quedó dormida en el bus que la traía de regreso de Moquegua; se ha enterado por rumores que habría sido el exceso de velocidad o la imprudencia de algún chofer cuyo nombre desconoce, lo que originó el accidente de tránsito que marcó su vida. Ruth sabe poco de lo que pasó aquella mañana, a ella no le explicaron, quizás ya no importa que lo hagan, pues ahora tiene que enfrentar la prueba más importante que le ha puesto Dios.

Su nombre completo es Ruth Juana Quispe Gutiérrez, esta puneña ha cumplido 35 años el pasado ocho de febrero, vive en Lima –diríamos más bien, está obligada a vivir allí- porque tiene que seguir un tratamiento especializado para mejorar su salud. Ella fue una de las víctimas del accidente que tuvo un bus de la empresa JULSA, ocurrido en la carretera Moquegua- Puno, el pasado 11 de septiembre.

El caso de Ruth es dramático, en adelante tiene que vivir sin sus miembros inferiores que han sido amputados y sin tres dedos de su mano izquierda que también los ha perdido en el accidente. El reto es grande.

Pese a los esfuerzos, la familia de esta dama ya no tiene dinero para ayudarla en su intención de volver a caminar, a trabajar y a ser nuevamente la emprendedora y animosa que siempre lo fue.

En Lima está postrada en una cama, vive con sus padres e hija –sus mayores soportes en los momentos más tristes que le tocó pasar-, es por ellos que no ha perdido la esperanza.

- Claro que tengo que bailar, soy muy bailarina. Nos dice, mientras esboza en su rostro una sonrisa que termina por emocionarnos.

No necesita una fortuna, sólo quiere la bondad de algún empresario o el apoyo de manos solidarias que la ayuden a recaudar fondos para comprar una silla de ruedas y en el mejor de los casos, conseguir las prótesis que requiere para caminar. Del resto se encargará ella misma.

Ruth no maldice a nadie, por el contrario agradece por la ayuda que hasta el momento ha recibido. El SOAT ha cubierto con alrededor de 17 mil soles para sus primeras atenciones, la empresa para la que trabaja (Corporación Americana de Desarrollo) también aportó mucho y más aun le garantiza un puesto de trabajo para después de su recuperación.

Sin embargo, eso no es todo lo que requiere, el tratamiento es largo y ya no hay de dónde sacar dinero. Ahora, de su buen corazón, señor lector, dependerá el camino de Ruth. Es hora de ayudar. Informaciones: ugosupo@hotmail.com

sábado, febrero 07, 2009

La caperucita negra


Por: Hugo Supo

Esta tarde estuve cerca de la muerte, la maldita se acercó tanto que sentí en mi aliento el suyo, el éxtasis de la velocidad fue su cómplice, creo que el chofer medio dormido que conducía la combi en la que viajaba lo fue en mayor medida.

La esquelética eligió sorprenderme en la Curva del Diablo, una parte complicada de la maltrecha carretera Puno-Juliaca, se asomó por el retrovisor, me miró mostrando su maléfica sonrisa. Vestía como siempre de luto y se apoyaba en un gran bastón con terminación de hoz. Era la caperucita negra en persona.

Nosotros, los asustados pasajeros, no pudimos abrir la boca mas que para sorprendernos de la titánica maniobra que hizo el conductor para salvarnos. Un vaciado de frenos en el vehículo nos condujo al precipicio, íbamos como a cien por hora, yo tenía al chofer a mi costado, pero nada podía hacer para evitar la inminente desgracia. Durante unos segundos me resigné, abracé fuerte a mi hijo y me puse dispuesto a ser recogido por la dama de luto.

No sé en que momento reaccionó don Abrahán –que así resultó llamarse el conductor- pero, fue como despertar de un sueño maligno y aliviarse de que lo que viste sólo fue parte de eso: un sueño.

Don Abrahán dobló el timón hacia el lado opuesto del abismo, lo hizo de tal manera que los quince pasajeros que viajábamos fuimos sacudidos ferozmente, los neumáticos de un lado de la combi se levantaron y el otro par sacó chispas en la pista. La acción tuvo como consecuencia un choque frontal con la ladera del cerro, fue ese montón de tierra y roca que nos detuvo y permitió que respirásemos más tranquilos.

- ¡Mierda!, de la que nos salvamos. Dijo el chofer en medio de su aturdimiento.
- Es cierto, de la que nos salvamos. Pensé para mi mismo, abrazando a mi retoño.

Tenía razón, pocos han logrado escapar de la muerte en ese lugar, casi todos los que se accidentaron por equis motivos han perecido. Es como si los que murieron antes quisieran llevarse a los vivos a su sub mundo, una especie de imán atrae a los incautos, los consume, los destruye y los recluta para ser parte del batallón de muertos que comanda la esquelética muerte.

Cierta vez, mi padre me comentó que la culpa era de los chóferes, son ellos que se han olvidado de sus rituales, son ellos los que obvian a los que alguna vez murieron en esa parte.

Luego del susto me fijé que había algo de cierto en la creencia de papá, las pequeñas capillitas que se construyeron en ese lugar –cada una simbolizando a una victima- lucían desoladas, ya nadie les prendía una vela y pocos se persignaban al pasar a su frente.

Ya nada es como antes, cuando los hombres del volante paraban en cada zona conocida de peligrosa y con antecedentes de alojar a la muerte, ya los chóferes se han olvidado que los muertos odian el olvido, ya no saben que las almas son las dueñas de las vías, que son las cuidantes o las que pueden llevarnos en el momento menos esperado. Por ahora me he librado de la negra, la conozco de cerca y se que me espera en el mismo lugar.