miércoles, diciembre 11, 2019

Reforma Electoral centralista


Por: Hugo Supo 

La Reforma Política impulsada por el presidente Martín Vizcarra y aprobada por el disuelto Congreso de la República incorpora algunas novedades para las elecciones de los años 2021 y 2022.
El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) acaba de concluir el Reglamento del Registro de Organizaciones Políticas (ROP) que regula la inscripción de partidos políticos, movimientos regionales y alianzas electorales, así como la fusión, suspensión y cancelación de inscripción de estas agrupaciones, entre otros importantes procedimientos. Esta reforma está contemplada en la Ley N° 30995.
En suma, se ha cambiado las reglas de juego para la inscripción de nuevas organizaciones políticas, y aunque sus intenciones parecen buenas, tiene mucha vocación centralista y de carcomer a los partidos regionales.
Ahora ya no se harán inscripciones en base a la firma de adherentes (que eran en mayor porcentaje), sino al número de afiliados de cada organización; el porcentaje varia en cada caso, se trate de partidos nacionales, movimientos o jurisdicciones regionales.
Según se ha precisado en la Resolución 0345-2019-JNE, el número mínimo de afiliados para la inscripción de un partido político no debe ser menor al 0,1% de los ciudadanos que están habilitados para sufragar.
Es así que, al ser las personas hábiles para votar 24′799.384 en Perú, la cantidad mínima de afiliados para los partidos políticos es de 24.800. Muy bien.
El problema es con los partidos regionales donde se ha impuesto barreras fortísimas; el JNE estableció que se requiere el 1% de la cantidad de electores hábiles en cada departamento.
Es decir, por ejemplo, que se necesitan 11005 afiliados en Arequipa, 9815 en Cusco, 1038 en Madre de Dios, 1407 en Moquegua, 2698 en Tacna y 9015 en Puno.
La ley está orientada para asfixiar a las organizaciones regionales, porque a esto hay que sumar las vallas del 4% (elecciones internas-primarias) y 8% (elecciones regionales y municipales) que deben pasar para seguir vigentes.
Toda una odisea para las organizaciones regionales, mientras que los partidos nacionales gozan de flexibilidad sospechosa. (Correo Sur 12/12/19 Foto: Difusión)