lunes, marzo 02, 2015

El reto de la sociedad peruana

Por: Hugo Supo

Este cronista se ha encargado en los días previos a marzo de narrar algunos detalles del caso más sonado de asesinatos en serie ocurridos en Juliaca, protagonizado por una banda de cuatro delincuentes y siete mototaxistas víctimas.
A todos nos ha impactado la saña de los “Malditos del costal”, su sadismo para asesinar y lo implacable que fueron en cada homicidio. Sin embargo, el cuartero que en estos días enfrenta a la justicia también tiene su historia.
Willy Pacha Huanca, Juan Jesús Córdova Quispe, Wilson Quispe Arque y Leonardo Mormontoy Cazasola son hijos, en algunos casos padres, hermanos y amigos de alguna otra persona; esta gente resulta siendo solamente la punta del iceberg, del fenómeno de la cruda problemática nacional.
Y es que hay que tener frialdad para matar, algo que lo han aprendido en las calles, bajo el auspicio de unos padres que han descuidado su principal labor: dejar al país ciudadanos honorables.
Cualquier diagnóstico para intentar saber las motivaciones de estos homicidios nos llevarán por el sendero de la educación. Pero, no se trata de aquello que recibimos en la escuela o los medios de comunicación, sino de una educación que nos heredan los progenitores.
Esta semana y la siguiente volverá a la coyuntura una reivindicación feminista que a nuestro modo de ver ha tergiversado aquello de la igualdad entre varones y mujeres. Con el argumento de que las damas son tan capaces como los hombres, lo que se ha hecho es alejar a la mujer del hogar.
Con ello no queremos decir que las mujeres deben pasarse la vida como amas de casa, lo ideal, en todo caso, sería que tanto el varón como ella, retornen a sus obligaciones en el hogar, allí es donde falta garantizar nuestra mayor herencia: ciudadanos responsables. 
Esta vil competencia entre varones y mujeres nos ha llevado a escenarios absurdos, queriendo demostrar que tal o cual género es mejor que el otro, hemos ido olvidando que nuestras diferencias nos hacen complementarios, gran sabiduría andina que el mundo se ha negado a escuchar por tanto tiempo.
Requerimos políticas claras desde el Estado para incentivar el retorno de la mujer y el varón al hogar, a la formación de los hijos. Así por ejemplo, tendremos menos gente quejándose de la televisión basura, curiosamente a la que le hemos confiado la educación de los nuestros. (Publicado en Correo 02/03/15 Foto: Internet)