jueves, diciembre 08, 2011

Para que no nos metan cuentos

Por: Hugo Supo

Hay ciertas cosas de la realidad peruana que conviene aclarar para entender mejor lo que está pasando con el gobierno del presidente Ollanta Humala Tasso, sus opositores, Cajamarca, Gregorio Santos, inversionistas, los frentes de defensa, las mineras, el Estado de Emergencia, etcétera.

En principio, ciertamente hay mucho descontento del pueblo para con este Estado, contra los empresarios, los políticos, las dirigencias y todo tipo de institucionalidad; la desconfianza es generalizada y no solamente contra autoridades, pues la situación actual –por más que nos cueste admitirlo- es a causa de un proceso histórico del que todos tenemos responsabilidad y que se curará en otro proceso, no pidamos resultados de noche a la mañana.

Luego, no se trata de izquierdas ni de derechas, la totalidad de partidos políticos han decepcionado por su inconsecuencia, por no ser capaces de organizarse y menos canalizar las necesidades de la gente; por el contrario se han convertido en bandas cuasi delincuenciales y funcionan sin ninguna línea ni ideológica política, buscando el usufructo y la ganancia fácil en las instituciones del Estado. Eso ha ocurrido con toda la clase política y quizás por eso la aplicación de la senda pragmática por el que anda Humala.

Además, los liberales no son los cucos de la sociedad, no todo aquel empresario o adinerado –en muchísimos casos ganado a sudor de frente- es vendepatria, mercantilista, imperialista o derechista. Créanlo, hay muchos que manejando el discurso izquierdista viven como aburguesados y otros que se declaran liberales están en condiciones contrarias; es decir que la cantidad de dinero que tienes no te define la ideología política.

Tampoco todos los que manejan discursos izquierdistas son los buenos de la película, o sino revisemos un poco la reciente historia regional; los expresidentes David Jiménez y Hernán Fuentes que tanto pregonaban su línea zurda son ahora prominentes empresarios, peor aún, todos conocemos algún vivaracho que funge de dirigente popular y vive a costa de ello una eternidad.

Dejemos también de pensar que todas las empresas son malas, no todo inversionista es extranjero; tampoco el Estado es lo peor; ahora está muy de moda las asociaciones “público-privadas”, y hay oportunidades interesantísimas que pueden revisar en la página web de ProInversión. Más allá de que Conga vaya o no, realmente es preocupante cómo hay una suerte de lucha política contra todo lo que es inversión privada, y eso es peligroso.

Y ahora que está de moda reclamarle a Ollanta Humala por su cambio de discurso, durante las últimas elecciones (en realidad en casi toda la historia política del Perú republicano) no es que los llamados líderes izquierdistas hayan apoyado voluntariosamente al militar en su carrera a la Presidencia de la República; las cosas claras pues: lo único que ha hecho esta gente es acomodarse a la corriente ganadora, como lo hubieran hecho con cualquier otro que apuntaba tener la victoria electoral y que más o menos respondiera a sus apetitos, ese ha sido su comportamiento de siempre, pues casi nunca han asumido liderazgos verdaderos, y por ejemplo, cada vez que hay pre elecciones para candidatos en sus organizaciones se pelean como perros hambrientos por el último trozo de carroña.

Por tanto, mal hacen muchos de estos “socialistas”, “comunistas”, “etnocaceristas”, “proambientalistas” “Movadef” o como quieran llamarse, en reclamar al Presidente de la República para que responda a sus agendas grupales, ya se ha demostrado que carecen de representatividad, son minoría; y bien hace el gobierno en no hacer caso de todo lo que estos elementos quieren imponer. Recuerden los resultados electorales de la segunda vuelta 2011 (OH=50.08%, KF= 49.91), hasta hace poco todos decíamos que el reto del líder nacionalista era reconciliar al país.

Finalmente, como ciudadanía estamos obligados a diferenciar esto que hemos aprendido a costa de muchas decepciones: no hay candidato que cuando asuma el poder se comporte tal cual pensó o prometió en sus discursos de campaña, lamentablemente eso es una utopía ¿por qué?, pues porque cuando alguien gobierna, no lo hace para su grupo electoral, sino para todos, incluso para aquellos que no votaron por éste. (Publicado en Correo 08/12/2011)