sábado, febrero 28, 2015

#ExpedienteMalditosDelCostal: Epílogo

Por: Hugo Supo

El fiscal Omar Alberto Quispe Vargas quedó impactado por los titulares de los periódicos informando sobre la muerte del mototaxista Juan Carlos Uturunco ocurrido la noche del 19 de enero del 2015. La ola de asesinatos se había hecho incontenible, era el runrún diario en la Juliaca pre-carnavalesca.
A pesar de la serie de homicidios ocurridos desde el año 2014, el Ministerio Público especializado en crimen organizado recién abrió la investigación formal tras haberse hallado el cuerpo de Juan Carlos en la salida a Puno.
Entonces, mototaxistas movilizados y prensa reclamando resultados provocaron respuestas. Un equipo policial especializado se instaló en Juliaca. Había llegado la hora de conocer a los “Malditos del costal”.

ESPIADOS. Mientras Willy Pacha Huanca y Juan Jesús Córdova Quispe preparaban el homicidio de Luis Eduardo Apaza Apaza, su séptima víctima, los agentes de la policía vigilaban el movimiento de un personaje clave: Leornardo Mormontoy Cazasola.
Fue él quien compró el equipo celular y la bateria de moto, perteneciente al muchacho Juan Carlos Uturunco.
El final de esta historia empezó a las 18:21 horas del 20 de enero, a esa hora Leonardo Mormontoy insertó el chip con el número 951155555 al equipo codificado con el número 351648060598990 sin saber que estaba siendo monitoreado por la policía. La caída de los malditos era cuestión de días.
EL PRIMERO. Leonardo Mormontoy fue detenido a las 20:45 horas del 11 de febrero cuando pretendía viajar a Puerto Maldonado desde el terminal terrestre de Juliaca. No había escapatoria, tuvo que hablar todo lo que sabía mientras un secretario anotaba cada una de sus palabras en la oficina de Seincri Juliaca.

FINALMENTE. Esa misma noche, en el grifo San Román, en el cuartucho de la muerte, los psicópatas ni siquiera sospechaban que serían detenidos en los siguientes minutos, roncaban hasta que escucharon unos pasos fuera de la habitación. Habían caído.

CONFESARON. Willy Pacha Huanca y Juan Jesús Córdova Quispe fueron sometidos a extensos interrogatorios. Se esforzaron por negar todo al principio, cayeron en contradicciones y ya les fue imposible disimular.
El último de los asesinos, Wilson Quispe Arque, que estaba en Tacna, decidió entregarse en aquella localidad.  

#ExpedienteMalditosDelCostal: Asesinato de Luis Apaza (7)

Por: Hugo Supo 

Es lunes en la ciudad de Juliaca, las calles están abarrotadas, compradores van, vendedores vienen, el ajetreo automatiza a la gente.
En la esquina formada por los jirones Cahuide con Ramón Castilla se puede apreciar la silueta de dos varones, el contraluz provocado por el sol mañanero, apenas refleja las características de sus rostros, uno de ellos estira la mano, quiere el servicio de una mototaxi, extender la mano hacia adelante es el código universal para pedir transporte.
Ante el llamado, Luis Eduardo Apaza Apaza (22) detiene su unidad móvil modelo “Torito”, los sujetos le piden una carrera al grifo San Román -debía recorrer unos seis kilómetros más o menos en un viaje de ida y vuelta, acepta sin saber que es abordado por los socios de la muerte.

EL PLAN. Un día antes, en el cuartucho de guardianía del grifo San Román, platicaban Willy Pacha Huanca y Juan Jesús Córdova Quispe:

- Vamos a traer a un mototaxista, ¿qué dices? Propuso Juan Jesús.
- Ya no quiero involucrarme más chocherita. Respondió Willy.
- Ya pe, esta más y paramos, solo uno más.
- No, nos pueden atrapar...

Willy se opuso a seguir matando, su conciencia se había encargado de atormentarlo durante las noches, de cuando en cuando, mientras intentaba dormir, su memoria le enrostraba su crueldad. Las súplicas de las víctimas, el llanto de la impotencia, los golpes descargados en cada cuerpo, la sangre brotando de las bocas de los mototaxistas, los costales, las soguillas, los periódicos mostrando fotografías de sus asesinatos, el miedo de ser atrapado...Willy no podía estar en paz.
Fue Juan Jesús el que insistió hasta convencer a su cómplice, por eso a la mañana siguiente, el lunes 2 de febrero, se dirigieron a la esquina Cahuide con Ramón Castilla.
Mientras viajaban en la parte trasera de la mototaxi de Luis Eduardo, los asesinos ratificaron para sus adentros: “Este más y no volvemos a hacerlo”.

LA MUERTE. Al llegar al servicentro, Juan Jesús redundó la historieta, como en los anteriores casos, pidió ayuda a Luis Eduardo para recoger unos paquetes dentro del cuarto, fue él mismo quien guió al mototaxista, el maldito del costal ingresó delante del muchacho, mientras Willy disimulaba apartarse hacia la oficina de atención al cliente.
Al interior de la casita, Luis Eduardo fue atacado por Juan Jesús, sabía que debía cogotearlo para desvanecerlo, lo atacó con fuerza esperando no tener respuesta, pero se equivocó.
A diferencia de los otros, Luis Eduardo era más fornido, esa fuerza le permitió dar pelea, al sentirse en peligro lanzó de un empujón a Juan Jesús, este fue levantado al aire causándo desesperación en los asesinos porque todo se salía de control.
Tuvo que intervenir Willy Pacha para frenar la defensa.“La pelea habrá durado unos ocho minutos”, confesaron los homicidas luego de su captura. Ciertamente, Luis Eduardo fue el que más resistencia puso ante los “Malditos del costal”.
Willy se había abalanzado contra Luis Eduardo hasta tenerlo contra la pared, sus gruesos brazos lo abrazaban por la cintura, luego lo cogió del cuello e hizo que el propio peso del joven sirviera para tumbarlo. Juan Jesús ayudó jalándolo de los pies hasta hacerlo caer, le metió varios puntapiés para amarrarle de sus extremidades inferiores.

- ¡Pon tus manos en la espalda carajo!, gritó eufórico Juan Jesús.
- Soy pobre, no me hagan nada, llévense la moto, suplicó la víctima.

No hubo respuesta a los ruegos, o diríamos más bien que la respuesta fue una ráfaga de patadas sobre el estómago del caído, Luis Eduardo no tuvo más remedio que obedecer, puso sus manos en la espalda y allí fue maniatado.
Al verlo indefenso, Juan Jesús cogió la soguilla de siempre y lo puso en el cuello del mototaxista, Willy hizo su trabajo inmediatamente y jaló con todas sus fuerzas hasta que sintió la muerte en sus pies.

EL CUERPO. Cuando encostalaron el cadáver, Juan Jesús propuso dejarlo en la salida a Puno, Willy no estuvo de acuerdo.

- Si vamos a llevarlo en la mototaxi es un peligro porque hay muchos operativos.

Entonces definieron dejar el costal de yute en el quiosco del grifo, solo serían horas, hasta la madrugada, cuando debían deshacerse del cuerpo en complicidad de la noche.
Aquel día, la mototaxi de Luis Eduardo fue empeñada en una casa del parque El Cholo, el prestamista le dio a Juan Jesús S/. 2000 nuevos soles por el vehículo.
En la madrugada del 3 de febrero, Willy no quería correr riesgos, ya no tenían la mototaxi para transportar el cadáver y optó por dejarlo a pocos metros del terrorífico grifo. Apenas cargaron unos metros para adelante, hasta alcanzar un pontón sobre la vía Juliaca-Arequipa.
Cuatro días después, el cuerpo de Luis Eduardo fue hallado en medio del agua, en un saco color cartón, al frente del grifo San Román, el mismo Willy Pacha observaba el levantamiento en medio de los curiosos. (Continuará)

jueves, febrero 26, 2015

Autorregulación

Por: Hugo Supo

Quienes impulsaron desde las redes sociales las movilizaciones contra la derogada Ley Laboral Juvenil, ahora ambicionan incidir en el Gobierno para imponer contenidos en la televisión nacional. Pero cuidado, no vaya ser que el remedio resulte peor que la enfermedad.
Para ser claros vamos a ir al ejemplo de Ecuador, allí por segunda vez en un año, el diario con mayor tiraje, "El Universo", fue sancionado por la superintendencia de comunicación, creada por el gobierno de Rafael Correa. El periódico se vio obligado a pedir disculpas y a pagar una multa, tras haber publicado una caricatura del dibujante Bonil, juzgada como discriminatoria.
Todo esto está reglamentado en este país en base a la polémica ley de comunicación, que desde el 2013 aumentó el control sobre los medios y sigue siendo denunciada por las organizaciones periodísticas, como la UNP , la Unión Nacional de Periodistas (UNP), que a través de su presidente, Vicente Ordóñez, explicó a Radio Francia Internacional la presión y la censura que el gobierno está ejerciendo en este gremio.
Este cronista está complementamente de acuerdo en que los contenidos de los medios de comunicación deben mejorar, no podríamos encontrar persona alguna que discrepe de esa petición.
No obstante, es una nuestra labor advertir que estas marchas – como la de mañana viernes- encajan como anillo al dedo para gobernantes como el exmilitar que asume la Presidencia de la República en nuestros días.
Con las calles pidiendo la regulación de contenidos mediáticos, el panorama resulta ideal para los portavoces del intervencionismo gubernamental, no vaya a salir algún congresista – tipo Lescano- que le guste legislar de acuerdo al temperamento de las masas.
En el Perú existe la Ley de Autorregulación desde el gobierno de Alejandro Toledo, no hay vacíos legales, no se requieren leyes intervencionistas, menos dirigidos desde este Gobierno que hace tiempo ha perdido legitimidad.
Muchachos que van a marchar, antes de hacerlo, sería bueno darle una lectura a la actual ley, revisar la historia peruana del periodismo y luego actuar. (Publicado en Correo Puno 26/02/15 Foto: Internet)


#ExpedienteMalditosDelCostal: Asesinato de Juan Carlos Uturunco (6)

Por: Hugo Supo

Con seguridad, el asesinato de Juan Carlos Uturunco Arosquipa (21) es el que más han lamentado los “Malditos del costal”, los criminales que tienen en su haber la muerte de siete mototaxistas en la altiplánica Juliaca.
El homicidio de Juan Carlos fue un yerro, no debió pasar, jamás debieron levantar el brazo para detenerlo en la esquina de los jirones Tumbes con San Martín.
Willy Pacha Huanca, Juan Jesús Córdova Quispe, Wilson Mamani Arque y Leonardo Mormontoy Cazasola, integrantes de la banda de psicópatas, lo lamentan ahora desde la cárcel, su líder Willy ha tenido que pedir perdón a todas las familias que han enlutado, mientras un flash back lo trasladaba al lunes 19 de enero del 2015.

SIN REMORDIMIENTO. A las 15:00 horas de aquel inicio de semana, estaban Willy y Juan Jesús en la casa del terror, las lúgubres paredes de la casucha insinuaban espantosos recuerdos, los rayos del sol apenas se dejaban notar en el interior, lo que daba un aspecto aún más tenebroso, el silencio era evitado toda costa, cualquier falta de ruido parecía provocar, en un eco, el llanto de los que allí perecieron estrangulados.
A Willy y Juan Jesús poco les importó el remordimiento, el dinero faltaba en sus bolsillos y su nueva dedicación se había convertido, de pronto, en una especie de rutina que los deshumanizaba cada día más.
Se dirigieron al centro de Juliaca para traer al siguiente mototaxista, mientras se acercaban al jirón Tumbes por el jirón San Martín, ambos miraron los periódicos en un quiosco, las noticias anunciaban un paro de mototaxistas exigía que atrapen a los “Malditos del costal”. Tampoco les importó, nada les había pasado antes, solo sus conciencias sabían de aquellas fechorías. Había que actuar otra vez.
Precisamente en la esquina Tumbes con San Martín pararon la mototaxi de Juan Carlos. Era Juan Jesús el experto en trazar la ruta de la carrera, “al grifo San Román”, le dijo al joven conductor fingiendo espontaneidad.

CASA DEL TERROR. El viento de los Andes traía un poco de frío aquel atardecer en el grifo San Román, era la última vez que Juan Carlos Uturunco vería el mundo.
El mototaxista fue escoltado por Juan Jesús, en el interior el ataque provino, como fue su costumbre por el cuello, de Juan Jesús. Willy también se le abalanzó y lo cogió de los pies hasta tumbarlo en el suelo.
Ya vencido, Juan Carlos fue maniatado por el guardián Willy Pacha, este solía dejar una soguilla en la mesa para amarrar a sus víctimas, a este mototaxista lo hizo de los pies, de manos y luego lo arrojó a un rincón.

ALGO FALLÓ. Antes de matarlo, Willy quiso cerciorarse que todo iba bien con la mototaxi que prendarían en alguna casa prestamista, salió del cuarto, rebuscó en la unidad de Juan Carlos y descubrió que no todo ajustaba al plan. Regresó.

- ¿Dónde están los documentos de la mototaxi?, inquirió a su víctima.
- No lo tengo, la moto es prestada de un amigo.

La respuesta de Juan Carlos enfureció aún más a los homicidas, Willy apresuró el ritual: Puso otra soguilla en el cuello del joven y jaló hacía arriba mientras su compinche le pisaba el cuello hasta que se dejara de mover.

MAL PASO. Este asesinato no era igual a de los otros, fue en realidad -como se verá en adelante- el inicio del final de los “Malditos del costal”. Fue la primera vez que Willy y Juan José no se pusieron de acuerdo en el procedimiento. La mototaxi no tenía documentos, ¿qué iban a hacer con ella?

- Juan si no hay los documentos ya nos fregamos, mejor metemos el cuerpo dentro de la moto y lo abandonamos por ahí, propuso Willy Pacha.

- Yo no me hago responsable de esa moto, es por tu cuenta, si tienes amigos con cochera guárdalo...

ABANDONADO. Estaba anocheciendo. Debían de pensar rápido. Por eso decidieron abortar el plan original. Cuando era aproximadamente las siete de la noche, el cuerpo de Juan Carlos fue abandonado en el interior de su mototaxi, los asesinos tuvieron que conducir hasta la urbanización San Román, en la salida a Puno, para deshacerse del cuerpo del delito.
Cometieron un error antes de irse, Willy Pacha y Juan Jesús se llevaron la batería de la unidad móvil y el celular de la víctima, así sintieron que al menos ganarían algún sencillo por esta muerte.
Al día siguiente, casualmente pasó por el grifo San Román un nuevo integrante de la banda y clave para las labores policiales posteriores. Leonardo Mormontoy Cazasola fue el comprador de la batería y celular de Juan Carlos, a la larga, este personaje conduciría a prisión a los criminales, aunque antes ocurrirá un último asesinato.

miércoles, febrero 25, 2015

#ExpedienteMalditosDelCostal: Asesinato de Edson Oré Chávez (5)

Por: Hugo Supo 

¿Qué es la muerte? Esta definición ha sido, desde siempre, problemática. Hay quien dice que muerte es cuando el tun tun del corazón se interrumpe, o cuando la nariz deja de inhalar oxígeno y en consecuencia se deja de respirar. La muerte puede ser la huida de la vida, el apagón eterno, la transformación de materia en energía, el retorno del alma al paraíso y quién sabe qué cosas más. Solo algo es seguro, la muerte es antónimo de vida.
¿Pero en qué momento ocurre?, ¿cuándo estamos muertos?, ¿cuál es el preciso instante en que dejamos de vivir?
Diversos estudios han permitido establecer que realmente la muerte es un proceso, el cual en determinado momento se torna irreversible.  Los médicos tienen protocolos clínicos que permiten establecer con certeza el instante  de la muerte, es decir, el momento que se haya cumplido la condición suficiente para la irreversabilidad del proceso de dejar la vida.

QUINTA VÍCTIMA. En manos de los “Malditos del costal”, la muerte para el mototaxista Edson Oré Chávez (23) había ocurrido mucho antes de ser estrangulado en el cuartucho de calamina del grifo de San Román de la ciudad de Juliaca.
La tirana encapuchada y con rostro de calavera se hizo cargo de este joven justamente cuando su vehículo fue abordado por Willy Pacha Huanca y Juan Jesús Córdova Quispe, aquella tarde del 6 de enero del 2015, mientras buscaba pasajeros en la esquina de los jirones Tumbes con San Martín.

EL DUETO. Tras el asesinato de Rony Condori Tinta, el tercer integrante de la banda criminal -Wilson Quispe Arque- decidió viajar a Tacna. Los registros fiscales elaborados con la confesión de esta gente señalan que el quinto crimen fue cometido solamente por la dupla Willy-Juan Jesús.
Para los homicidas, la Bajada de Reyes fue otra fecha precisa para desatar su salvajismo. El radiante sol del cielo juliaqueño, ya inclinado hacia el oeste, indicaba que el mediodía había pasado. Debió ser las 14:00 horas, según cálculos posteriores, cuando Willy y Juan Jesús decidieron ir por su  mototaxista.
Tras abordar la unidad del joven ayacuchado Edson Oré, repitieron la fórmula ya bastante ensayada. Mientras el conductor iba con destino al grifo San Román, mientras la muerte ya lo había tocado por la espalda, una inscripción pegada en stiker al costado de su retrovisor sentenciaba su próxima partida: “Si un día no vuelvo a casa es porque me fui con Dios”.

- Tengo unas cajitas para sacarlas del cuarto, ayúdame; repitió Juan Jesús a modo de estribillo cuando llegó al frontis de la habitación.

Las paredes de ese cuarto, la puerta, la falsa carga, la soguilla en la mesa que esperaba al siguiente, el costal de yute color cartón... a este punto de sus acciones, el par de psicópatas ya había aprendido el proceso de la muerte, ya sabían que Edson era un difunto desde que lo eligieron, que solo le darían un  empujón, la locura los hacía imaginarse eficaces instrumentos de la maldita.

EL ATAQUE. Edson se agachó para recoger la carga. Juan Jesús lo atacó por la espalda. Lo sostuvo del cuello. Willy se sumó. Edson luchó. No valió la pena. Los asesinos tumbaron a su víctima. Willy cogió una soguilla. Ató los pies de Edson. Willy volvió a coger otra soguilla. Lo puso en el cuello del joven. Jaló. Juan Jesús apretó el cogote de Edson son sus pies. Tras cuatro minutos de resistencia inútil, el mototaxista se desvaneció. ¿Era acaso otro Deja vu? No. Es la pura realidad.

EL CADÁVER. El ritual de los asesinos se completaba con el cambio de las características externas de la mototaxi, la parte posterior del grifo fue testigo de esta operación en todas las ocasiones.
El siguiente paso era deshacerse del cadáver, eligieron el sitio en las afueras de Juliaca; caída la tarde del 6 de enero Willy y Juan Jesús viajaban sobre la carretera Juliaca-Arequipa hasta llegar al sector de Yocará. Allí, junto a un charco, arrojaron el saco con el cuerpo del ayacuchano.
¿Cuánto ganaron? Ese mismo día, pero más tarde, en una casa de empeño ubicada entre la avenida Circunvalación y Tacna, Juan Jesús ensayaba su ya acostumbrada teatralización para prendar el vehículo.
Logró S/. 2500 nuevos soles, no le gustó, pero no había remedio, ya no podían darse el lujo de buscar más opciones, mientras ellos cobraban su botín, la esposa y familia de Edson  lo buscaban y denunciaban su desaparición. (Continuará)

martes, febrero 24, 2015

#ExpedienteMalditosDelCostal: El asesinato de Rony Condori Tinta (4)

Por: Hugo Supo

En el año 1809, el psiquiatría Philipe Pinel usó por primera vez el término manie sans délire, que en castellano sería una manía sin delirio. Describió así el trastorno mental de naturaleza emocional, el cual se caracteriza por la ausencia completa de restricciones en la conducta y por una falta de remordimientos.
¿Acaso con tal concepto podríamos calificar a los “Malditos del costal”? Los asesinatos de los mototaxistas José Luis Calla, Vily Mamani y Bladimir Ramos, la manera desalmada como  fueron ultimados en el lúgubre cuartucho del guardián Willy Pacha Huanca, en el grifo San Román de Juliaca, nos dice que sí.
A los psicópatas de los que ahora nos estamos ocupando les gustaba escoger fechas especiales para ejecutar sus macabros planes: José Luis fue asesinado en medio de una protesta general, Vily Mamani tras el feriado largo de Todos los Santos y Bladimir Ramos previo a las elecciones regionales del 2014. Con la cuarta víctima no fue la excepción.
Faltaba un día para la Nochebuena del 2014, el ajetreo de la gente regresó por esos días a la ciudad, los centros comerciales atendían a todo vapor, cientos de compradores se movilizaban en las calles, jaloneando sus bolsas, cual robots fabricados para ser esclavos de un sistema mercantil y despiadado.

EL CUARTO GOLPE. A todo esto, en el grifo San Román de la salida a Arequipa, el mundo giraba en base a una obsesión: la muerte.
Ese 23 de diciembre volvieron a reunirse Willy Pacha, Juan Jesús Córdova y Wilson Mamani. Cavilaron sobre sus actos anteriores y se definieron como invencibles, ya habían victimado a tres personas y nada parecía ocurrirles.
Pasado el mediodía, Willy y Juan Jesús se dirigieron al centro de Juliaca para captar a otro transportista, caminaron un tanto, estudiaron a algunos, descartaron a otros y finalmente apareció el elegido: Rony Condori Tinta (19).
Al regresar al servicentro, Wilson ya estaba esperando a sus compinches.
Rony se estacionó en el frontis del cuartito con techo de calamina y el ritual volvió. El mismo cuento de la carguita pesada, los mismos pasos, las muecas cómplices en los rostros de los asesinos, el tufillo a muerte.
Rony se agachó, Juan Jesús lo atacó por el cuello, Wilson del estómago, Willy de los pies hasta tumbarlo. Era un Deja Vu o quizás el perfeccionamiento del proceso, un crimen que se asemejaba a un acto teatral muy bien ensayado.
Todo el sadismo redundó, la soguilla en el cuello de Rony, el pie de Juan José en su espalda, las patadas en el cuerpo de la víctima, la violencia extrema descargada en la humanidad de este joven mototaxista.
El saco negro, el cuerpo dentro, el viaje a velocidad, todo estaba perfectamente planificado.

EL CADÁVER. Esa misma tarde, el cadáver de Rony Condori fue abandonado en la urbanización Saul Cantoral, por La Rinconada, una casa a medio construir fue el escenario de su velatorio a cargo de las lejanas estrellas.
Los asesinos empeñaron esta vez la mototaxi por S/.2500 nuevos soles en la urbanización Cancollani. (Continuará)

lunes, febrero 23, 2015

La mentira en la política

Por: Hugo Supo

El acto de mentir está en contra de los cánones morales de las sociedades, asimismo, está específicamente prohibido como pecado en muchas religiones, y en general, aunque algunos filósofos hayan tenido diferencias sobre si el mentir podría estar permitido en ocasiones, lo que menos espera una persona, hoy en día, es enterarse que le han mentido.
En la particularidad del Perú, la sociedad está sumida en desconfianza generalizada, las instituciones son débiles, las autoridades no ejercen autoridad y los ciudadanos estamos  desorganizados. ¿Por qué?
Vamos a ensayar una de las respuestas: la mentira.
El problema de la pérdida de confianza es que en alguna ocasión se ha registrado falta de verdad entre las partes, es decir, entre la élite encargada de manejar las instituciones y el pueblo.
Aquí el problema han sido sobre todo los políticos que han mentido en demasía y han cosechado la repulsión de varias generaciones. Así andamos en el país de nuestros días, todos mienten y todos esperan que el otro mienta.
Ahora bien, si alguien es el llamado a liderar el proceso de lograr una nueva confianza ciudadana, un nuevo pacto que nos haga superar la tara de la desconfianza, es precisamente el político con vocación de servicio social.
No obstante, este es un tema que no ha sido comprendido aún por nuestros líderes, ni en Lima ni en provincias, no muchos son los que toman consciencia de incluir la verdad como requisito indispensable en el quehacer político.
Como hemos dicho, lo peor es que los mismos ciudadanos no exigimos el cumplimiento de esta condición, completando así el círculo vicioso, solemos esperar con naturalidad que los políticos nos engañen y ni siquiera inmutarnos por ello.
No sorprende por tanto, que el presidente regional Juan Luque Mamani, se burle de los puneños anunciando haber separado a su asesor Rolando Paucara sin ser eso cierto, y si somos capaces de aceptar tal mofa, seguramente tampoco nos indignaremos cuando nos enteremos que nos han metido cuentos peores. (Publicado en Correo Puno 23/02/15 Foto: Internet)

#ExpedienteMalditosDelCostal: Asesinato de Bladimir Ramos Acro (3)

Por: Hugo Supo

La fiebre electoral era intensa aquella semana previa al 7 de diciembre del 2014, era un periodo crucial para los candidatos a presidente regional de Puno, tanto Juan Luque como Walter Aduviri jugaban sus últimas cartas en los sucesivos cierres de campaña.
La opinión pública estaba centrada en las elecciones aquellos días, pero para los “Malditos del costal” era, en realidad, una gran cortina de humo para atacar.
En Juliaca, se había corrido la noticia de unos locos que estaban asesinando mototaxistas, lo fácil de suponer era que -quienes fueran- actuaban de noche, el temor provocó mucha desconfianza hacia los pasajeros y una buena parte de transportistas decidió trabajar solamente a la luz del sol.
En alguna ocasión el joven Bladimir Lenin Ramos Acro (22) había escuchado comentar entre colegas que había que tener cuidado, quién iba a sospechar que los homicidas estaban tan cerca.

CAPTADO. El martes 2 de diciembre, Bladimir había estacionado su móvil en la esquina de los jirones 8 de Noviembre con San Martín. El tráfico era intenso en esta zona, en medio de ese gentío, el que iba a morir en los próximos minutos fue abordado por los asesinos Willy Pacha Huanca y Juan Jesús Córdova Quispe.
La ruta de la muerte que los “Malditos del costal” diseñaron era siempre la misma. “Un ida y vuelta al grifo San Román, en la salida a Arequipa”, era la orden. Bladimir negoció el precio y se puso en marcha aquel mediodía.
En este tercer caso regresó a escena Wilson Mamani Arque. Mientras Willy y Juan Jesús traían a su víctima, él había decidido montar guardia en el servicentro. Wilson ya estaba extasiado, el reloj marcaba las 13:00 horas cuando notó llegar a la mototaxi.
 Juan Jesús bajó de la moto, por el otro lado lo hizo Willy, ambos pusieron lo mejor de sí para armar el teatro que estaban acostumbrados a hacer.

- Tengo unos bultitos aquí adentro, hay que cargarlos, dijo Juan Jesús al mototaxista.

Bladimir entró a la habitación seguido de Juan Jesús, apenas se agachó para recoger la carga cuando sintió a uno de sus asesinos saltarle por la espalda para cogerlo del cuello.
Para eso, Wilson, que  se había escondido tras la puerta, también atacó, lo agarró por la espalda y con la ayuda de Willy lograron poner al suelo al muchacho.
Ya vencido, el tocayo del líder ruso fue atado de pies y manos con unas soguillas que solía poner en la mesa de la habitación. No había remedio, su muerte era cuestión de minutos.

LA MUERTE. El sanguinario Willy fue el encargado de coger otra soguilla que colgaba de un clavo, lo puso alrededor del cuello del mototaxista y le dio la posta a Wilson para que complete el proceso.
Era como si el maestro diera oportunidad a su alumno para experimentar con el tiro de gracia. Wilson jaló lo más que pudo, Juan Jesús colaboró manteniendo sus pies en el cuello de Bladimir y fue el mismo Willy quien de un puntapié en el estómago hizo saber al moribundo que no estaban jugando.

EL COSTAL. Para este día, el trío había preparado un costal de yute, a su interior fue a parar el ensangrentado cuerpo del mototaxista. Willy, que ya parecía experto en esos menesteres, aseguró el saco con un cable de energía y lo puso listo para botarlo.
El siguiente paso era modificar las características de la mototaxi, a pesar de la campaña electoral que distraía, la cosa estaba difícil en las calles, así que era mejor prevenir.
Pasados unos minutos, con semblante nuevo, esta misma unidad sirvió para surcar la ciudad de Juliaca, Willy y Juan Jesús llevaron el cuerpo hasta la salida a Puno, allí dejaron el saco entre unos canchones de bloquetas.

EL BOTÍN. El mismo 2 de diciembre por la tarde, la mototaxi fue empeñada en una tienda de la salida al Cusco por Juan Jesús, en esta ocasión solo pudo conseguir S/. 3000 nuevos soles, aunque eso ya no importaba mucho, ahora los criminales habían descubierto que el matar los llenaba de cierto gozo, reían sádicamente.
Tras repartirse el botín en el grifo San Román, los psicópatas ya pensaban en el siguiente elegido, la nueva víctima sería Rony Condori Tinta (19) en los días de Navidad. (Continuará)

domingo, febrero 22, 2015

#ExpedienteMalditosDelCostal: Asesinato de Vily Mamani Paco (2)

Por: Hugo Supo

La segunda víctima de “Los malditos del costal” se llamaba Vily Mamani Paco. A sus 22 años estaba formando su propia familia cuando fue asesinado. Vily era de Juli, pero decidió emprender, a fuerza de mototaxista, su camino hacia el progreso en otros lares. Llegó a Juliaca en el 2014 junto a su joven pareja, su plan era trabajar, ahorrar, invertir y superarse. Llaman a Juliaca la ciudad de los emprendedores, pues bien, Vily quería saber si eso era cierto.
El reloj daba las 13:00 horas aquel sábado 8 de noviembre, Willy Pacha Huanca alzó la vista y reconoció a su compañero Juan Jesús Córdova Quispe, había que ejecutar el plan que ambos conversaron durante la mañana. Willy observó cuidadosamente al elegido, en sus briosos ojos se reflejaba el sol altiplánico, una rara emoción le invadió.
Para Vily Mamani era demasiado tarde, cayó en la misma treta que los criminales habían diseñado para todas las víctimas. Juan Jesús se bajó de la mototaxi estacionada en la puerta del cuartucho con techo de calamina, allá en el grifo San Román, y pronunció:

- Tengo un carguita pesada en este cuarto, ayúdame.

Vily ingresó a la habitación cual mosquito que cae en la telaraña de algún hambriento arácnido. Willy y Juan Jesús no querían saciar su sed de dinero, sino de sadismo que les exigía una violencia desmedida.
En el cuarto de Willy, el mototaxista se agachó para cargar aquellas “cajitas pesadas”, ese descuido era la seña de su muerte, Juan Jesús lo atacó por la espalda, lo cogió por el cuello y ya no quiso soltarlo más. Mientras tanto, en un abrir y cerrar de ojos Willy abrió la puerta, la cerró y se abalanzó sobre el joven, lo cogió de los pies y lo tumbó al suelo.
Ante la Policía, los psicópatas declararon que Vily luchó por su vida, fueron cinco minutos largos para la víctima, Vily se esforzó, quiso gritar un socorro que lo rescatara de la muerte. Un puntapié con el zapatos con punta de acero de Juan Jesús lo ahogó.
De pronto, ese cuartucho se convirtió en el escenario de un salvajismo inhumano, Vily había sido finalmente doblegado, sus manos y pies fueron atados con unas soguillas, le cubrieron la cabeza con un polo para no verle la mirada.
El éxtasis recorría los cuerpos de Willy y Juan Jesús, este último llenó de patadas al muchacho, no hubo compasión, fue como si se vengaran por algún lejano trauma que no los dejaba vivir tranquilos.
Ya vencido, el mototaxista recibió dos certeros palazos en la cabeza, la sangre salpicó, Vily agonizaba.
Al verlo patalear, Willy cogió una soguilla, la puso en el cuello de Vily y jaló para arriba, su cómplice, Juan Jesús presionó con el pie el cuello del veinteañero y solo lo quitó cuando estuvo seguro de que ya no respiraba. Jadeante, Juan Jesús quitó el polo de la cabeza del cadáver y lo reemplazó con una bolsa de plástico.
El apelativo de “Los Malditos del costal” se lo ganaron en ese instante. Los asesinos habían preparado un saco negro para Vily, lo introdujeron, lo aseguraron y transformaron ese ser humano en un bulto que a los pocos minutos sería dejado en lote vacío de la comunidad Esquen Tariachi, cerca del cementerio La Capilla, en las afueras de la ciudad.
Willy Pacha condujo lo más rápido que pudo desde Esquen Tariachi esa tarde, tuvo que cruzar media ciudad para llegar a una casa de empeño, por inmediaciones del colegio JAE, en este lugar Juan Jesús pactó empeñar la mototaxi por S/. 4500 nuevos soles. Celebraron.
Más o menos a esa hora, en otra zona de Juliaca, el mototaxista Bladimir Lenin Ramos Acro (22) trabajaba contento aquel día, jamás imaginaría ser el siguiente asesinado en los inicios de diciembre. (Continuará)

sábado, febrero 21, 2015

#ExpedienteMalditosDelCostal: Asesinato de José Luis Calla (1)

Por: Hugo Supo

En el 2014, la mañana del 25 de octubre, Juliaca apenas recuperaba su semblante de pequeña metrópoli andina tras haberse recordado el día anterior su 88 aniversario. No hubo fiesta, serenata ni el acostumbrado mensaje del alcalde David Mamani. Fue un cumpleaños agrio, la muchedumbre descontenta con su autoridad frustró todo tipo de alegrías aquel 24 de octubre. Y, entonces, ese sábado era como si la resaca de una frustración atontara un poco a la ciudad y a su gente.

“El reloj de nuestra cabina está marcando las diez de la mañana y nosotros les seguimos acompañando con la mejor música...”, se escuchó decir al locutor radial mientras José Luis Calla Calloapaza aceleraba su mototaxi.

Su rumbo era hacia el grifo San Román de la salida a Arequipa, el día parecía sonreírle, pues otro joven -como él- le había pedido hacer un servicio de ida y vuelta. La competencia casi siempre es jodida en las calles y ganar pasajeros es una bendición del Señor. José Luis lo sabía, por eso se apuró en llevar a Wilson Mamani Arque, hasta el lugar donde sería asesinado.
En los archivos fiscales se ha anotado que entre las diez y once de la mañana de ese día los homicidas ya estaban preparados para su primer golpe en el grifo San Román. El sitio era perversamente perfecto, el servicentro está ubicado en las afueras de la ciudad, su fácil acceso lo hacía ver confiable y, lo mejor para los maleantes, estaba prácticamente abandonado por sus propietarios.
El cuidante del grifo Willy Pacha Huanca y su compinche Juan Jesús Córdova Quispe platicaban medio nerviosos cuando vieron aproximarse a la mototaxi de José Luis Calla. La pequeña unidad de modelo “Torito” se estacionó a pocos metros de la oficina de atención al cliente, en la puerta de un cuartucho que estaba asignado para Willy.

- Es por acá, ayúdame a sacar unos bultos, se dirigió Wilson Mamani al mototaxista.

José Luis, de apenas 18 años, hizo caso. Entró en la habitación de techo de calamina y fue atacado por el mismo Wilson cuando recogía la supuesta carga.
Wilson Mamani lo atrapó por el cuello mientras se sumaban sus cómplices, como un rayo ingresó Juan Jesús Córdova, sujetó a José Luis del abdomen y lo tumbó al suelo. Casi al mismo tiempo entró en escena Willy Pacha, él tampoco tuvo piedad, propinó violencia y odio en el cuerpo del transportista.
Para José Luis era una pesadilla, intentó defenderse ¡cómo no!
Ya en manos de la policía, cuando fueron detenidos, los asesinos declararon que el forcejeo demoró unos cinco minutos, durante ese tiempo los tres delincuentes ya habían logrado atar de pies y manos al muchacho. Golpeado, maniatado y casi inconsciente, el cuerpo fue arrojado a un rincón de la habitación. Tuvieron la idea de dormirlo. Necesitaban pensar. Le dieron dos pastillas de Diazepam para sedarlo.
La adrenalina salía de los sudorosos cuerpos del trío criminal ese mediodía, ya no razonaban, actuaron instintivamente.
Los desalmados Wilson, Juan Jesús y Willy ataron piedras en la cabeza y pies de su víctima y lo arrojaron a un humedal que encontraron sobre la carretera a Arequipa. El cuerpo aún caliente de José Luis fue llevado en su propio vehículo.
El mototaxista no murió con la tortura, se ahogó en ese totoral mientras sus victimarios vigilaban aquella escena con sadismo. Fue el mismo Wilson Mamani Arque quien quiso hacerle difícil el trabajo a la policía, cuando el moribundo se movía aún, entró a la laguna y arrastró el cuerpo hacia la profundidad, se aseguró de que las piedras estén bien atadas, de que el chico ya no respire y salió campante.
Así nació la sanguinaria banda “Los malditos del costal”. Muerto José Luis, regresaron al grifo en la misma mototaxi, allí Wilson se cambió el pantalón calado y acompañó a sus socios a una casa de empeño. Los malditos lograron cuatro mil soles por la “Torito”, sonrieron y celebraron.
Pero dicen que la plata fácil se va como viene, pronto se terminaron los billetes y en la cabeza de los perversos rondó la idea de volver a matar. Su próxima víctima se llamaría Vily Mamani Paco(22). (Continuará...)

jueves, febrero 19, 2015

Las reformas de Urresti

Por: Hugo Supo

Para alguna gente que se hizo fanática del exministro Daniel Urresti y que incluso se atreve a vivarlo como precandidato del 2016, sería necesario que le echen una mirada a lo que ha significado sus reformas en provincias.
Para no ir lejos vamos a hablar de Juliaca, la ciudad comercial más importante del altiplano, pero por esa misma condición también la más insegura del sur del país, donde pulula el ladronzuelo y se ha instalado el crimen organizado. 
¿Qué hizo Urresti por Juliaca? Pues arribó presionado por una movilización de los mototaxistas que estaban siendo víctimas de unos psicópatas que han tenido que asesinar a ocho muchachos para que recién sean atrapados. Vino por ello y para dar su inútil consuelo a las familias de los policías que fueron asesinados en el enfrentamiento con pobladores de Ocuviri, a donde los jóvenes uniformados acudieron -por gracia del Urresti- sin el mínimo armamento.
Al llegar a Juliaca, el exministro prometió más de mil efectivos para reforzar el orden público, supervisó la destruida comisaría del jirón San Martín, se reunió con el alcalde, luego con el presidente regional y nada más.
Ahora que le han bajado el dedo pulgar, como verán sus promesas han caído en saco roto, la rotación policial que anunció a finales del 2014 para combatir la corrupción institucional ni se ha notado y el pueblo sobrevive acechado por la delincuencia. 
En otras palabras, aquí la solución no es Daniel Urresti ni ministro alguno que llegue de Lima, las reformas que ahora pregonan desde la capital simplemente no tienen efectos en estas tierras, lo que ratifica nuestro grito descentralizador, tema que por cierto debería ser el primer punto de agenda cuando de hablar del funcionamiento del Estado se trata. 
No se emocionen “Urresti boys”, su personaje no es el Mesías de nuestro Perú, a lo mucho habrá que reconocerle un par de cosas: su humor achorado y con eso recordarnos que los peruanos somos demasiado afectos al show. (Publicado en Correo Puno 19/02/15 Foto: Internet)

lunes, febrero 16, 2015

La religiosidad venida a menos


Por: Hugo Supo

Una corriente conservadora de la iglesia Católica persiste en decir que el 2 de febrero y en fechas colaterales existe una adoración a la Virgen María, madre de Jesús, y a razón de ello son los constantes choques con los organizadores de las actividades dancísticas.
La otra corriente católica, la que proviene de la Iglesia del Sur Andino, también con lo suyo, afirma que no es una adoración a María, sino a la Pachamama que se ha visto obligada a disfrazarse  para no perjudicar a sus fieles, quienes en los tiempos de colonia eran perseguidos acusados de idolatría.
Los menos radicales arguyen el famoso sincretismo entre lo andino y occidental expresado por las masas que bailan y beben licor en cada febrero.
En el plan de practicar el llamado “periodismo de inmersión”, este cronista tuvo la oportunidad de vivir parte del proceso preparatorio de un par de conjuntos que participaron en el primer concurso de danzas (autóctonas) del presente año, donde  hemos encontrado algunas sorpresas.
El testimonio que podemos dar producto de la observación participativa es que la religiosidad es un tema secundario en estos menesteres, no se puede negar que las creencias diversas acompañan a los danzarines, empero no es lo prioritario, así que eso de “bailo por fe a la Mamita” resulta ser un cuento con el que se tapa las motivaciones verdaderas.
No nos equivocábamos al decir que la Festividad de la Virgen de la Candelaria ha trascendido de lo meramente religioso para convertirse en la muestra palpable del proceso social que está ocurriendo aquí y ahora. Las poblaciones, las que vienen desde lejos en cada Candelaria a Puno, lo hacen para mostrarse como comunidad, como organización, es el orgullo de la identidad lo que aflora más que cualquier motivo religioso.
Un directivo decía lo siguiente en las previas a la festividad: “A la Virgen se le adora en el templo, a la Pachamama lo hacemos en nuestras casas, en lo íntimo del hogar cuando hacemos las ofrendas,  pero ahora venimos a Puno porque queremos mostrar nuestra cultura, lo que nuestros jóvenes practican cada vez más”. (Publicado en Correo Puno 16/02/15 Foto: Internet)

jueves, febrero 12, 2015

La validez de un patrimonio

Por: Hugo Supo

Lo dicho por el escritor Omar Aramayo en un diario local, aquello de que la declaratoria de Patrimonio Inmaterial es una estafa, es demasiado atrevido. No debe tener intención mala al preocuparse por la protección de las danzas altiplánicas del lado peruano, no obstante, sus opiniones están descontextualizando el sentido de la declaratoria de Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad lograda por nuestro país en el 2014.
Ni Oruro ni Puno, ambas con el reconocimiento de la Unesco, podrían transformar el título patrimonial en propiedad intelectual, la Unesco es clara al decir: “La Convención se centra en salvaguardar el patrimonio cultural e inmaterial y no en proteger legalmente manifestaciones concretas a través de derechos de propiedad intelectual, que a nivel internacional recae principalmente en el campo de la competencia de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual”.
Posiciones que intentan proteger o reconocer propiedad intelectual de las danzas no deberían argumentar con reconocimientos logrados ante la Unesco, es inoportuno, refleja desconocimiento, causa incertidumbre y crea distancia innecesaria entre los pueblos.
Los puneños ya sabemos del radicalismo de algunos bolivianos que buscan sentar su nacionalismo basado en las fronteras que la República de Bolívar ha creado, esa república que tanto cuestionan cuando de ganar elecciones se trata; y comprendemos que existen sus pares peruanos que sostienen la validez de una frontera cultural. Pero qué lejos están de las vivencias del pueblo, qué lejos andan de la realidad.
Curiosamente, los que ahora se presentan como defensores de las culturas son quienes menos parecen comprender que estos son asuntos transfronterizos, mucho más el altiplano, el pueblo que milenariamente ha convivido y que ahora es víctima del egocentrismo de quienes gustan hacerse llamar élite.
La declaratoria de patrimonio es de sentido religioso, eso se ha repetido hasta el cansancio, y Perú no ha cedido nada ante Bolivia, en todo caso ha sincerado solamente una verdad (declaración conjunta en Unesco 26/11/14): la Festividad de la Mamita ha trascendido y ahora aloja también lo de Bolivia si eso les hace sentir mejor. Nada más. (Publicado en Correo Puno 12/02/14 Foto: Internet)

jueves, febrero 05, 2015

¡Ay el hospital!

Por: Hugo Supo

Entre Candelaria y Candelaria estamos dejando pasar por agua tibia el delicado proyecto del hospital Materno Infantil de Juliaca que acaba de ser suspendido por enésima vez, obra y gracia de la gestión Luque al frente del Gobierno Regional.
Y ahora que al vicepresidente regional se le ocurrió darse de amnésico cuando se trata de hablar de promesas electorales, nos llega a la memoria que este hospital es uno de sus principales compromisos. Para refrescarle el cerebro a Don Héctor Estrada vamos a hablar de esa primera promesa para el bolsón electoral juliaqueño, gracias al cual está sentado en el ejecutivo regional junto a Juan Luque.
El hospital Materno Infantil es un proyecto que el expresidente regional Hernán Fuentes Guzmán ubicó políticamente en la ciudad de Juliaca durante el año 2010, para darle celeridad a la cosa –con o sin su consentimiento no se sabe- se plagió un expediente del norte peruano y se quiso ejecutar el nosocomio en el pequeño espacio del Puesto de Salud Cono Sur. Este intento fracasó pese a la persistencia de la nueva gestión que encabezaba Mauricio Rodríguez; obvio que lo iba a hacer, pues resultó una trafa y ahora se ventila en los fueros judiciales.
Después, Mauricio Rodríguez resultó ser pura boca a la hora de trabajar para concretar el hospital, con el cambio del terreno a Taparachi el asunto se complicó y la gestión se conformó con el triste episodio de haber puesto una ridícula primera piedra. Otra trafa.
En la presente gestión, el gerente general Juan Cayro (exasesor de Mauricio Rodríguez) solo ha explicado que se resolvió el contrato por incumplimiento de plazos y porque el Consorcio Hospital Sur estaba cuestionado ante la opinión pública.
No se ha dicho ante la población que esta resolución de contrato ya se tejía desde el ocaso de la gestión rodriguista, el gerente Cayro lo sabía y lo único que ahora ha hecho es ejecutar una decisión que a todas luces solo es ventajosa para la empresa. La Región tiene las de perder y algunos vivos las de ganar. ¿Qué se está ocultando señores? (Publicado en Correo Puno 05/02/15 Foto: Internet)