jueves, octubre 30, 2014

Antenas y cáncer

Por: Hugo Supo

Las últimas protestas vecinales contra la instalación de antenas de telefonía celular, revelan -otra vez- que los peruanos solemos actuar por instinto más que a partir de procesos reflexivos. Ni los vecinos tienen toda la razón ni las empresas podrían irrogarse la verdad completa.
El 2009 Osiptel publicó un informe que da cuenta de estudios científicos, concluyendo lo siguiente: “Los estudios señalan categóricamente que las antenas celulares de las estaciones bases no producen daños a la salud de las personas debido a que sus niveles de emisión están muy por debajo de los niveles máximos de radiación establecidos por la OMS y la ICNIRP, las cuales han sido recogidas en la norma técnica nacional publicada y fiscalizada periódicamente por el MTC”.
Para el Gobierno entonces, no se ha demostrado que la exposición a la radiación de las antenas causen daño a la salud. El MTC ha opinado de similar forma.
A ello se suma el compromiso asumido por Ollanta Humala para implementar la tecnología 4G en todo el territorio nacional, lo que hace suponer que las instalaciones seguirán, como política de Estado que es.
No obstante, esto se contrapone a la opinión de algunos ciudadanos que van mostrando estudios que concluyen que sí hay daños a la salud; eso nos deja en una situación de incertidumbre. ¿Qué hacer? No nos hagamos bolas. El TC ya ha dictado jurisprudencia en casos similares. Este organismo se ha basado en la experiencia alemana del Principio precautorio. “La idea de precaución surge como respuesta al problema derivado de la falta de certeza científica, incertidumbre, sobre los efectos en el ambiente generados por algunas actividades humanas”, dice Lorenzo de la Puente Brunk, abogado de la PUCP especializado en medioambiente. Empero, el TC ha dicho que no es necesaria la desinstalación de las antenas, toca más bien al Estado (municipalidad y MTC) regular y hacer cumplir los límites máximos permisibles para radiaciones no ionizantes en telecomunicaciones en el caso de Puno y Juliaca. Ahora bien, si los vecinos siguen con la idea de no permitir las instalaciones, que sean congruentes: a botar los celulares e internet. Asunto solucionado. (Publicado en Correo Puno 30/10/2014 Foto: Internet)