jueves, abril 21, 2016

Industria en el altiplano

Por: Hugo Supo

Aspirar a la industrialización del altiplano no es quimera alguna; por el contrario, se trata de una justa aspiración de esta región, que por décadas ha tenido que soportar el olvido, discriminación y limosnas de este centralismo republicano que está a punto de cumplir 200 años.
Y conocemos los puneños que la industria no es un milagro de las circunstancias, sino consecuencia del empuje de ciertas políticas gubernamentales en combinación con emprendimiento local, que aquí en el altiplano hay de sobra.
Que entiendan los aspirantes al Gobierno, que regiones como Puno piden solamente una oportunidad, esa misma que, por ejemplo, impulsó la industria arequipeña con la dación del Decreto Supremo 95H/del año 1964, que conllevó a crear el actual Parque Industrial inaugurado a finales de 1966.
Antes de que el Gobierno decrete las líneas de desgravación impositiva para radicación de industrias de preferente interés en el Parque Industrial de Arequipa, este departamento solo tenía industria incipiente, artesanal y productora de bienes de consumo.
Recordemos que la decisión política a favor de tierra characata, ejecutada en los sesenta por el regimen de Fernando Benaunde Terry, fue tras la ocurrencia del terremoto ocurrido en aquella tierra en 1960. Es decir, los gobernantes de turno sintieron que había una deuda que saldar con Arequipa, ahí se impulsó la actual industrialización.
Ejemplo similar es la Ley de la Amazonía que el Gobierno peruano ha decretado para los departamentos selváticos, dándoles grandes facilidades tributarias para desarrollar empresa por esos lares.
Otra vez, no han sido las circunstancias sino la voluntad política de los gobernantes que se comprometen con el pueblo.
¿Puno está equivocado al reclamar su propio norte de progreso mediante la industria? Claro que no.
El altiplano requiere urgentemente, energía barata, seguridad hídrica, una zona franca, etcétera, para empezar a trabajar hacia la industria.
No a la carta blanca. Esperemos que Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski alineen sus mensajes e intenciones hacia estos temas. (Correo Puno- Juliaca 21/04/16 Foto: Internet)


lunes, abril 18, 2016

No a la carta blanca II

Por: Hugo Supo

Entre los años 70 y 80 del siglo pasado, las generaciones de entonces lograron que la posición puneña –respecto a los requisitos para alzarse al progreso- se enmarquen en dos megaproyectos: hidroeléctrica de San Gabán y la carretera Transoceánica (hoy Interoceánica).
Alberto Fujimori encaminó la primera parte de San Gabán, aunque con una deuda que se ha cargado por muchos años. En el caso de la Interoceánica, Alejandro Toledo tomó la decisión política para hacerlo realidad.
Pero, ambos proyectos estuvieron –y están- cargados de ene problemas, ya que no han tenido aterrizaje para que podamos emprender un norte de desarrollo. De manera que aparte de foquitos en las casas y mejor oferta en transporte entre localidades de la sierra y selva, no hemos logrado mayor cosa.
El problema –según concluye este cronista tras consecutivas tertulias con periodistas y técnicos regionalistas- es que los puneños de final de siglo, no han sabido articular los proyectos que ambicionamos.
Al inicio del presente siglo, ha surgido la siguiente bandera de lucha: ¡zona franca! El Gobierno ha respondido con un proyecto a medias (ZeedePuno), pues nos ofrece industria sin otros requisitos esenciales como energía barata.
Agregado a ello, el tonto conflicto de los localismos puneño y juliaqueño, la ineptitud de los gobernantes para gestionar inversión y la ausencia de presión social, la zona franca resulta un ensarte.
Sin embargo, somos conscientes de la necesidad de industrializar el altiplano, así podríamos acceder a empleos dignos y emprendimiento regional que garanticen el desarrollo de nuestra gente, para no estirar la mano al populismo centralista que solo se acuerda de Puno en tiempos de elecciones.
Puneñas, puneños: retomemos, pues, nuestro norte. Exijamos la industrialización con sus previos requisitos de seguridad energética e hídrica en un solo margo legal -que según proponen- podría ser una Ley del Altiplano. La segunda vuelta es una oportunidad que no podemos perder. (Correo Puno-Juliaca 18/04/16 Foto: Internet)


jueves, abril 14, 2016

No a la carta blanca

Por: Hugo Supo

En 2015, este cronista escribió de la siguiente manera: “...es obligatorio insertar una buena dosis de regionalismo en la discusión electoral, lo que nos permitirá sacarle el máximo provecho al o la elegida. No con demagogia, sino con un par de acciones concretas que podrían resumirse en: activar una zona económica para el comercio e industria, y la dotación de energía mediante gas y electricidad en todo el altiplano...” (Correo Puno Juliaca 24/08/15).
En enero pasado insistimos de la siguiente forma: “...algunos candidatos han llegado hasta Puno pero nos han hablado solo de generalidades que nada aportan a solucionar los problemas estructurales que padecemos. No necesitamos de generalidades, queremos escuchar compromisos concretos en asuntos de economía, tierra, territorio, agua, ordenamiento territorial, educación, cultura, salud, etcétera...” (Correo Puno-Juliaca 18/01/16).
Ahora, a menos de dos meses de la segunda vuelta que definirá el Gobierno entre Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski, vamos a ser tercos: Puno debe definir un voto pragmático y regionalista.
Ya está dicho en las urnas que el modelo económico no cambiará en el próximo quinquenio, por los mismos resultados electorales intuimos que ninguno de los postulantes que quedan en competencia son los favoritos de las provincias altiplánicas, pero ¿vamos a dar carta blanca por eso?
En 2011, un mayoritario electorado -más del 70%- otorgó la carta blanca a Ollanta Humala, ¿a santo de qué? Hoy por hoy, esa misma mayoría lo está lamentando.
No estamos para otorgar cartas blancas a nadie, es urgente que quienes pretenden conquistar el voto puneño entiendan y se comprometan con la agenda local pendiente desde hace décadas.
Y no solo estamos hablando de los candidatos presidenciales de Fuerza Popular y PPK, sino de los congresistas electos y quienes quieran sumar.
Aquí es importante el concurso de todos, porque, damas y caballeros, nuestras diferencias se acaban cuando de Puno se habla. (Correo Puno-Juliaca 14/04/16 Foto: Internet)


jueves, abril 07, 2016

“Ni olvido ni perdón”

Por: Hugo Supo

“Ni olvido ni perdón”, expresaron en altoparlantes y cartelones los marchantes del 5 de abril en las calles de Puno y el resto de ciudades donde se hizo la protesta contra la candidatura de Keiko Fujimori. 
¡Tienen razón! Nunca debemos olvidar que el presidente que renunciara vía fax desde el extranjero ganó las elecciones de 1990 gracias al voto del Apra y eso que se hace llamar izquierdismo en nuestro país.
Por eso, para quienes hoy por hoy mutilan -convenientemente- la historia solamente desde el 5 de abril para adelante, vamos a darles memorex:
En los comicios del 90, Alberto Fujimori se abrió camino durante la primera vuelta sin gran cobertura mediática y sacando provecho a esa pelea que la izquierda y el aprismo le hacían al entonces candidato presidencial Mario Vargas Llosa, representante del modelo liberal.
Las cifras oficiales de la primera vuelta fueron: Fredemo 27.6%, Cambio 90 24.6%, APRA 19%, Izquierda Unida 7% e Izquierda Socialista 4%.
En segunda vuelta Alberto Fujimori, el candidato de la nada, sin partido, sin programa ni historia había alcanzado 57% de los votos y Mario Vargas Llosa el 33.5%. Adivinen de dónde salieron los votos fujimoristas.
Bien se puede sostener que la madre del hoy cuestionado fujimorato es, pues, ese odio visceral que se ha alimentado desde siempre en la diversidad de izquierdas que nos ha tocado vivir como país.
¡Traidor!, gritaron al líder de Cambio 90 tras el fujishock los que antes lo habían apoyado; hombres y mujeres similares, y quizás, los mismos que ahora vociferan calificativos de traición a Humala tras haberlo vivado en las elecciones de 2011, solo para evitar que el fujimorismo regresara.
Qué gracioso fuera que Verónika Mendoza, quien hoy se embandera la moralina peruana, ganara las elecciones del 10 de abril, porque seguramente sus entusiastas seguidores le organizarían marchitas a los pocos meses de su asunción.
No olvidemos la historia bien contextualizada, aunque sí, es necesario liberarnos del odio por medio del perdón para no caminar en círculos. (Correo Puno-Juliaca 07/04/16 Foto: Internet)


lunes, abril 04, 2016

Paladines de la democracia

Por: Hugo Supo

Hace exactamente 10 años, doña Carmela Sifuentes fue elegida presidenta de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), aquella vez, este columnista saludó la incursión de una mujer como principal dirigente de las organizaciones de empleados del país, aunque también había mostrado dudas sobre si esa elección implicaba soluciones reales -al menos- a la problemática gremial.
La semana que pasó, la señora Sifuentes reapareció en el espectro mediático, pues opinaba en su calidad de presidenta de la CGTP sobre los beneficios del próximo incremento de la Remuneración Mínima Vital (RMV). ¡Diez años!
El fin de semana, en la Casa del Maestro de Puno, se hizo una reunión de los dirigentes del denominado Frente de Organizaciones Populares (FOP) para agitar en vísperas de la movilización antifujimorista de mañana 5 de abril.
Quien presidía la asamblea fue el profesor César Hugo Tito Rojas, conocido sutepista, a quien francamente no lo hemos visto desarrollado en otros aspectos más que la agitación social. Son casi dos décadas ya en la misma cantaleta.
En la ciudad de Juliaca, la señora Jeanette Zea Romero, expresidente de la Central de Barrios, continúa ejerciendo dirigencia fáctica, incluso firma pronunciamientos (la semana anterior) atribuyéndose falazmente representaciones populares.
Parece que ella misma olvidó que su vida dirigencial dio un quiebre cuando decidió incursionar en la política partidaria y postular a la alcaldía provincial de San Román. Y claro, todo con la complicidad de un pueblo amnésico.
Curiosa sociedad la nuestra, con dirigentes acostumbrados a la comodidad de su caudillaje, que varias veces deciden en contra del país y una mayoría silenciosa e irresponsable, que por su lado, tampoco parece importarle estas cuestiones.
En gran parte, es esta gente que suele rasgarse las vestiduras contra las reelecciones, continuismos y dictaduras. ¿Paladines de la democracia? No se pasen. (Correo Puno Juliaca 04/04/16 Foto: Internet)