Por: Hugo Supo
Hace exactamente 10 años, doña
Carmela Sifuentes fue elegida presidenta de la Confederación
General de Trabajadores del Perú (CGTP), aquella vez, este
columnista saludó la incursión de una mujer como principal
dirigente de las organizaciones de empleados del país, aunque
también había mostrado dudas sobre si esa elección implicaba
soluciones reales -al menos- a la problemática gremial.
La semana que pasó, la señora
Sifuentes reapareció en el espectro mediático, pues opinaba en su
calidad de presidenta de la CGTP sobre los beneficios del próximo
incremento de la Remuneración Mínima Vital (RMV). ¡Diez años!
El fin de semana, en la Casa del
Maestro de Puno, se hizo una reunión de los dirigentes del
denominado Frente de Organizaciones Populares (FOP) para agitar en
vísperas de la movilización antifujimorista de mañana 5 de abril.
Quien presidía la asamblea fue el
profesor César Hugo Tito Rojas, conocido sutepista, a quien
francamente no lo hemos visto desarrollado en otros aspectos más que
la agitación social. Son casi dos décadas ya en la misma
cantaleta.
En la ciudad de Juliaca, la señora
Jeanette Zea Romero, expresidente de la Central de Barrios, continúa
ejerciendo dirigencia fáctica, incluso firma pronunciamientos (la
semana anterior) atribuyéndose falazmente representaciones
populares.
Parece que ella misma olvidó que su
vida dirigencial dio un quiebre cuando decidió incursionar en la
política partidaria y postular a la alcaldía provincial de San
Román. Y claro, todo con la complicidad de un pueblo amnésico.
Curiosa sociedad la nuestra, con
dirigentes acostumbrados a la comodidad de su caudillaje, que varias
veces deciden en contra del país y una mayoría silenciosa e
irresponsable, que por su lado, tampoco parece importarle estas
cuestiones.
En gran parte, es esta gente que suele
rasgarse las vestiduras contra las reelecciones, continuismos y
dictaduras. ¿Paladines de la democracia? No se pasen. (Correo Puno
Juliaca 04/04/16 Foto: Internet)
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