Por: Hugo Supo
Algo bueno tenia que suceder finalmente con la Congregación Maryknoll que trabajó en la región Puno por mas de cincuenta años, y que recientemente fueron echados del altiplano por el obispo de Juli José Maria Ortega Trinidad.
Este 10 de diciembre recibirán el premio Derechos Humanos que anualmente se entrega a personajes distintos que aportaron en ese aspecto en el país. Bien merecido se lo tienen.
Los Maryknoll son un grupo de religiosos católicos que se comprometieron con la lucha contra la pobreza del altiplano peruano, asumiendo lo que quizás representa el verdadero ejemplo de Jesús en la tierra.
Y es que para mi no tiene sentido ir a misa los domingos, escuchar el sermón de los que se visten de blanco, persignarme y arrepentirme de mis probables pecados. No le encuentro el sentido. Por eso pienso que los que verdaderamente están comprometidos con la causa de Jesús, son aquellos que no esperan a la gente en sus aposentos, sino los que salen, conviven, buscan a la gente.
Lo interesante de esta congregación es que nunca trataron de ir en contra de nuestras costumbres y tradiciones, como otros para los que se supone que somos sub humanos por no adecuarnos a sus formas de ver la fe.
Precisamente por eso el sector conservador de la Iglesia Católica que actualmente gobierna en las diócesis del altiplano están logrando el alejamiento del pueblo, ya que chocan a cada rato con lo nuestro.
Solo hay que recordar que en el año 2003 el actual obispo de Puno Jorge Carrión, se atrevió a llamar “actos diabólicos” a la Entrada de Khapos que siempre se ha hecho para rendir homenaje a la Virgen de la Candelaria que dicho sea de paso en el mundo andino representa a la Pachamama o Madre Tierra.
Aquí concebimos al mundo, a la fe y la religiosidad de manera distinta que en occidente, es un asunto tan sencillo que fue comprendido por congregaciones como los Maryknoll, sin embargo, no parece ser así por las otras que se quedan. Que pena por la Iglesia Católica.
En suma lo que estos curas hicieron fue respetarnos, por eso se ganaron el respeto aquí y en el mundo. Felicitaciones, se extrañará su presencia en Puno.
Algo bueno tenia que suceder finalmente con la Congregación Maryknoll que trabajó en la región Puno por mas de cincuenta años, y que recientemente fueron echados del altiplano por el obispo de Juli José Maria Ortega Trinidad.
Este 10 de diciembre recibirán el premio Derechos Humanos que anualmente se entrega a personajes distintos que aportaron en ese aspecto en el país. Bien merecido se lo tienen.
Los Maryknoll son un grupo de religiosos católicos que se comprometieron con la lucha contra la pobreza del altiplano peruano, asumiendo lo que quizás representa el verdadero ejemplo de Jesús en la tierra.
Y es que para mi no tiene sentido ir a misa los domingos, escuchar el sermón de los que se visten de blanco, persignarme y arrepentirme de mis probables pecados. No le encuentro el sentido. Por eso pienso que los que verdaderamente están comprometidos con la causa de Jesús, son aquellos que no esperan a la gente en sus aposentos, sino los que salen, conviven, buscan a la gente.
Lo interesante de esta congregación es que nunca trataron de ir en contra de nuestras costumbres y tradiciones, como otros para los que se supone que somos sub humanos por no adecuarnos a sus formas de ver la fe.
Precisamente por eso el sector conservador de la Iglesia Católica que actualmente gobierna en las diócesis del altiplano están logrando el alejamiento del pueblo, ya que chocan a cada rato con lo nuestro.
Solo hay que recordar que en el año 2003 el actual obispo de Puno Jorge Carrión, se atrevió a llamar “actos diabólicos” a la Entrada de Khapos que siempre se ha hecho para rendir homenaje a la Virgen de la Candelaria que dicho sea de paso en el mundo andino representa a la Pachamama o Madre Tierra.
Aquí concebimos al mundo, a la fe y la religiosidad de manera distinta que en occidente, es un asunto tan sencillo que fue comprendido por congregaciones como los Maryknoll, sin embargo, no parece ser así por las otras que se quedan. Que pena por la Iglesia Católica.
En suma lo que estos curas hicieron fue respetarnos, por eso se ganaron el respeto aquí y en el mundo. Felicitaciones, se extrañará su presencia en Puno.
