Por: Hugo Supo
La pandemia por
el coronavirus ha develado varios puntos críticos de la sociedad
peruana. Desde la educación, salud y producción (de lo que hemos
escrito en anterior entrega) hasta el escaso personal en las Fuerzas
Armadas, sobre todo para una población a la que parece gustarle la
“mano dura” para disciplinarse en tiempos de emergencia nacional.
El Gobierno se ha visto en la necesidad
de hacer un llamamiento excepcional a los reservistas para cubrir la
falta del personal militar.
Alertados por la coyuntura, los
congresistas afines a Antauro Humala (R. Ramos, J. Mamani y M.
Bartolo) presentaron el proyecto de Ley N° 4959/2020-CR, donde se
propone modificar la Constitución Política e incorporar a las FF.
AA. en tareas de seguridad ciudadana en apoyo a la PNP (merece debate
aparte).
Asimismo, proyectan la obligatoriedad
del servicio militar para todo peruano a partir de los 18 años, como
lo fue hasta antes del fujimorato.
No habría que dejarse llevar por las
emociones, es verdad que las FF. AA. necesitan refuerzo, pero también
requieren ser atractivas para el joven peruano, una oportunidad y no
una molesta valla para sus propósitos.
El Estado debe velar por la
profesionalización de las FF.AA. y crear espacios únicos para la
formación de nuestros jóvenes. Hay que dejar de lado la idea de que
al Ejército se va para ranear y hacer planchas.
Además, los congresistas podrían
mejorar su propuesta. El servicio no tiene por qué ser
necesariamente militar, en otros países existe el servicio social,
mediante el cual, la juventud hace méritos para acceder a becas y
oportunidades profesionales.
Repensemos la idea del “servicio a la
Patria”, hay mil maneras de prestar dicho servicio al país,
abramos las puertas también para los que quieren asistir en
orfanatos, albergues, cárceles, escuelas y todo tipo de
organizaciones humanitarias. (Correo Puno Juliaca 02/04/20 Foto:
Difusión)