jueves, noviembre 13, 2014

De la justicia estudiantil

Por: Hugo Supo

Mientras la Policía Nacional del Perú (PNP), el Ministerio Público y el Poder Judicial no se fajen bien para recuperar la tranquilidad pública y confianza ciudadana, seguiremos siendo testigos de hechos como el ocurrido esta semana en la Universidad Nacional del Altiplano.
No es cosa de todos los días ver a universitarios ajusticiando a ladrones, al menos no lo es cuando ocurre al interior del campus universitario.
Decíamos entonces que si el colectivo de profesionales en formación reacciona como cualquier masa enfurecida ante la impotencia de no lograr aleccionar a los delincuentes, no podemos pedir mucho al resto de la sociedad.
Esta paliza popular nos prueba que la universidad ha dejado de ser una isla para convertirse en un reflejo de la sociedad, un espejo donde podemos observar en micro lo grande que queremos solucionar los peruanos.
Aquí el pedido es que las instituciones del Estado deberían hacer esfuerzos mayores para asegurar la tranquilidad pública.
Y eso no se logra con operativos policiales solamente, sino con todo un sistema articulado de lucha contra la delincuencia, donde se involucre participación vecinal, rapidez policial, pronta judicialización, sanción efectiva y educación.
No obstante, el régimen de Ollanta Humala ha puesto al frente de la lucha anticriminal a un buen policía que gusta de asistir a los operativos contra pirañitas y a conferencias de prensa, pero no lo que el país necesita.
La delincuencia avanza a pasos agigantados en el altiplano, todos los días estamos informando sobre asesinatos, violaciones y todo tipo de ilegalidades que asechan al poblador de a pie.
La respuesta estatal es un simple silencio, silencio que podría considerarse hasta cómplice.
Y entonces seguimos sembrando desconfianza, mucha desconfianza. (Publicado en Correo Puno 13/11/14 Foto: Internet)