domingo, diciembre 25, 2011

El enemigo está dentro Señor Presidente

Por: Hugo Supo

Señor presidente Mauricio Rodríguez, su primer año de la administración del Gobierno Regional de Puno ha reflejado el impresionante nivel de improvisación con que los promotores del Proyecto Político AQUI han asumido el gobierno desde enero del 2011.

Los puneños no podríamos sentirnos orgullosos pues nos han catapultado –hablando en el argot futbolístico- en el sótano de la tabla de ejecución presupuestal, ni siquiera pudiendo superar el 25% de gasto, pese a las promesas del gerente Alcides Huamani de llegar al 60%.

Eso supone Don Mauricio, que usted anunciará cambios desde enero próximo, este asunto no debería ser motivo de discusión, es simplemente tener sentido común; su equipo técnico ha resultado ser ineficiente y ha llegado el momento de decirles gracias.

Significa ello asumir ciertos riesgos, como la discontinuidad que podría darse en los proyectos regionales, lo que necesariamente nos hace pensar señor Presidente que ratificará la confianza a algunos sub gerentes, asesores, personal estratégico y hasta quizás al mejor gerente, con el fin de no tener un hueco en la gestión que luego podría ser utilizada como excusa para decir “recién estamos aprendiendo” o ya el famoso “los que pasaron tienen la culpa”.

Como usted sabe, este aspecto no tiene nada de novedoso, quizás lo sea cuando anuncie a los nuevos gerentes, que a mi entender deben ser seleccionados sin regionalismos de por medio ni militancias políticas; si por mejorar la gestión es necesario contratar profesionales que no sean puneños ni sus partidarios, hay que hacerlo; ojala que también el presupuesto lo permita, pero en todo caso es su decisión.

En realidad eso es lo más fácil que le toca hacer antes de fin de año señor Presidente, lo verdaderamente difícil sigue siendo su capacidad para afrontar políticamente asuntos vitales dentro de su propia organización, pues como se habrá dado cuenta en la audiencia pública del miércoles 21 de diciembre, no hay oposición en el Consejo Regional, ni en la sociedad civil y mucho menos en las otras organizaciones políticas. No podríamos decir lo mismo de la agrupación AQUI, cuyos integrantes han montado espectáculos que al final lo han perjudicado, ¿se ha dado cuenta no?

Quizás a la única críticaque ha sentido es a un sector de la prensa que se ha mantenido vigilante; pero eso ha molestado siempre a los políticos y usted no es la excepción, de cierta manera a un político –mucho más, si antes fue periodista- le duele que sus excolegas se conviertan en críticos cuestionadores de su trabajo, allí nacen los chistosísimos personajes que estando en política pretenden darnos lecciones de periodismo a los periodistas.

Esto no es novedoso pues señor Presidente, usted ya sabe que la política se ha trasladado a los medios de comunicación, no porque los periodistas lo queramos así sino por la inexistencia de partidos. Por ahora usted cree tener el dominio de la opinión pública y que sus verdades son las únicas que valen, y así también le han hecho creer sus serviles;le confieso que en más de una ocasión le he visto sulfurarse por alguna portada, opinión o nota periodística, cuando en realidad lo que debería molestarlo es la incapacidad de su propia gente.

El enemigo no es la prensa señor Presidente, el enemigo está dentro, es fácil de reconocerlo, es aquel que le susurra al oído que usted es todopoderoso, que lo adula, que nunca lo cuestiona, que jamás le critica aunque sea el peinado y sobre todo aquellos que le telefonean para chismearle lo que sus supuestos enemigos hicieron, esos son los peores, le enceguecen y se convierten en una verdadera amenaza.

No es secreto aquello de la disputa por el poder al interior de AQUI, tampoco lo que sucede en la emisora radial que dirigió y mucho menos lo que pasa en los corrillos del edificio regional. Usted tiene la palabra, puede molestarse con este columnista o puede sacudirse de una vez de esa gentuza. (Publicado en Correo 25/12/2011)

jueves, diciembre 15, 2011

Al que le caiga el guante que se lo chante

Por: Hugo Supo

Cuántas veces hemos terminado indignados por las conductas de algunos políticos que han gobernado nuestros pueblos y que aprovechándose del poder han tratado de perennizarse en los cargos públicos. Ejemplos de estos especímenes y sus actos sobran.

Pero vamos a ser sinceros, muchas veces nos fijamos solamente en un lado del mal, mientras que con otros sectores (porque se supone que son más cercanos a la defensa del pueblo) nos hacemos de la vista gorda, a sabiendas que el juicio es injusto.

¿Quién se ha escandalizado por ejemplo con la reciente noticia de la re-reelección de Alberto Pizango, Daysi Zapata y el resto de directivos de la hoy famosa ONG denominada Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP)? ¿Pocos no?

Podrían alegar que no corresponde hacer cuestionamientos ni fiscalización social en este caso, soslayando que se trata de una institución privada, ciertamente; a lo que yo replicaría que las ONG reciben financiamiento –la mayor parte de entidades gubernamentales extranjeras- precisamente gracias al rol social y promotor del desarrollo que deberían cumplir en el país, y que en muchísimos casos no lo hacen. Es decir, que la plata les llega porque hay pobreza, conflictos, VIH, etcétera, y mientras más de estos males haya, más platita llegará a sus cuentas bancarias.

La tercera elección consecutiva de Pizango como presidente de AIDESEP en complicidad con los que la dirigen (tendrán que forzar la re-reelección en sus estatutos), es tan solo la punta del iceberg de lo que pasa con este tipo de organizaciones, generalmente presentadas como asociaciones sin fines de lucro, aunque eso no pasa de ser cortina para acceder a beneficios tributarios y financiamiento, cuando en la realidad operan cual si fueran empresas y peor, hacen una competencia desleal a los emprendimientos privados locales.

La fundación española FRIDE publicó en el 2008 el informe titulado “Perú: ¿El reino de las ONG?” en el que precisa que “las ONG se han multiplicado en Perú en los últimos años. Los resultados de su accionar son disímiles, aunque poseen una evaluación favorable en su papel dentro del desarrollo, sobre todo en las zonas rurales. Algunos sectores, asimismo, son muy criticados por no cumplir sus fines y desvirtuar la finalidad de la institución democrática” (Pág. 19).

Agrega además, respecto a la opinión pública que “últimamente existe una corriente muy contestataria con la cooperación, que critica los privilegios de sus funcionarios y los intereses que motivan su accionar. Asimismo, se critica la conducta de los actores privados financiados por la cooperación, alegando falta de controles sobre su accionar y su excesiva participación en los procesos políticos” (Pág. 21).

En el Perú de hoy también se han conferido la representación de “sociedad civil” en desmedro de la verdadera sociedad civil, que se supone está personificada por los colegios profesionales, empresarios agremiados en sus cámaras de comercio, universidades, gremios, entre otros sectores; pero de ninguna manera solamente las ONG.

Aparte, nadie sabe a ciencia cierta cuánto de presupuesto manejan, sus auditorías son secretísimas, malpagan a sus empleados, no practican la democracia interna, siempre están en la teoría, agudizan los conflictos y lo peor de todo: sus niveles de incidencia se limitan a publicar boletines, revistas, informes y en el mejor de los casos alguno que otro libro.

Diría que salvo contadas excepciones, es necesario reflexionar hacia dónde nos quieren llevar los que manejan las ONG y cuáles son las intenciones de sus financistas.

En todo caso, esta es una característica recurrente en el comportamiento de la sociedad, se mira a un lado y al otro no. Lo mismo pasa con la mega minería en contraposición a la informal, a las cadenas de supermercados versus el contrabando, los partidos políticos y las organizaciones populares, etcétera. (Publicado en Correo 15/12/2011)

jueves, diciembre 08, 2011

Para que no nos metan cuentos

Por: Hugo Supo

Hay ciertas cosas de la realidad peruana que conviene aclarar para entender mejor lo que está pasando con el gobierno del presidente Ollanta Humala Tasso, sus opositores, Cajamarca, Gregorio Santos, inversionistas, los frentes de defensa, las mineras, el Estado de Emergencia, etcétera.

En principio, ciertamente hay mucho descontento del pueblo para con este Estado, contra los empresarios, los políticos, las dirigencias y todo tipo de institucionalidad; la desconfianza es generalizada y no solamente contra autoridades, pues la situación actual –por más que nos cueste admitirlo- es a causa de un proceso histórico del que todos tenemos responsabilidad y que se curará en otro proceso, no pidamos resultados de noche a la mañana.

Luego, no se trata de izquierdas ni de derechas, la totalidad de partidos políticos han decepcionado por su inconsecuencia, por no ser capaces de organizarse y menos canalizar las necesidades de la gente; por el contrario se han convertido en bandas cuasi delincuenciales y funcionan sin ninguna línea ni ideológica política, buscando el usufructo y la ganancia fácil en las instituciones del Estado. Eso ha ocurrido con toda la clase política y quizás por eso la aplicación de la senda pragmática por el que anda Humala.

Además, los liberales no son los cucos de la sociedad, no todo aquel empresario o adinerado –en muchísimos casos ganado a sudor de frente- es vendepatria, mercantilista, imperialista o derechista. Créanlo, hay muchos que manejando el discurso izquierdista viven como aburguesados y otros que se declaran liberales están en condiciones contrarias; es decir que la cantidad de dinero que tienes no te define la ideología política.

Tampoco todos los que manejan discursos izquierdistas son los buenos de la película, o sino revisemos un poco la reciente historia regional; los expresidentes David Jiménez y Hernán Fuentes que tanto pregonaban su línea zurda son ahora prominentes empresarios, peor aún, todos conocemos algún vivaracho que funge de dirigente popular y vive a costa de ello una eternidad.

Dejemos también de pensar que todas las empresas son malas, no todo inversionista es extranjero; tampoco el Estado es lo peor; ahora está muy de moda las asociaciones “público-privadas”, y hay oportunidades interesantísimas que pueden revisar en la página web de ProInversión. Más allá de que Conga vaya o no, realmente es preocupante cómo hay una suerte de lucha política contra todo lo que es inversión privada, y eso es peligroso.

Y ahora que está de moda reclamarle a Ollanta Humala por su cambio de discurso, durante las últimas elecciones (en realidad en casi toda la historia política del Perú republicano) no es que los llamados líderes izquierdistas hayan apoyado voluntariosamente al militar en su carrera a la Presidencia de la República; las cosas claras pues: lo único que ha hecho esta gente es acomodarse a la corriente ganadora, como lo hubieran hecho con cualquier otro que apuntaba tener la victoria electoral y que más o menos respondiera a sus apetitos, ese ha sido su comportamiento de siempre, pues casi nunca han asumido liderazgos verdaderos, y por ejemplo, cada vez que hay pre elecciones para candidatos en sus organizaciones se pelean como perros hambrientos por el último trozo de carroña.

Por tanto, mal hacen muchos de estos “socialistas”, “comunistas”, “etnocaceristas”, “proambientalistas” “Movadef” o como quieran llamarse, en reclamar al Presidente de la República para que responda a sus agendas grupales, ya se ha demostrado que carecen de representatividad, son minoría; y bien hace el gobierno en no hacer caso de todo lo que estos elementos quieren imponer. Recuerden los resultados electorales de la segunda vuelta 2011 (OH=50.08%, KF= 49.91), hasta hace poco todos decíamos que el reto del líder nacionalista era reconciliar al país.

Finalmente, como ciudadanía estamos obligados a diferenciar esto que hemos aprendido a costa de muchas decepciones: no hay candidato que cuando asuma el poder se comporte tal cual pensó o prometió en sus discursos de campaña, lamentablemente eso es una utopía ¿por qué?, pues porque cuando alguien gobierna, no lo hace para su grupo electoral, sino para todos, incluso para aquellos que no votaron por éste. (Publicado en Correo 08/12/2011)