jueves, marzo 02, 2017

Este momento de la historia

Por: Hugo Supo

Cuando el ilaveño Gregorio TiconaGómez llegó a gobernar la capital regional, a finales del siglo pasado e inicios del presente, marcó un hito trascendental para la historia política del Altiplano peruano.
Por primera vez, un hijo de campesinos, cobrizo como la mayoría de nosotros, había llegado al poder y hecho lo que el “misti” no hacía desde hace tiempo: encender la política local para pasar de elecciones exitosas en una provincia periférica (El Collao), para asentarse en el conservador pueblo de Puno y, luego, representar al departamento en el Congreso de la República.
Más allá del triste final que le tocó a Ticona por ceder ante la red corrupta del fujimorato, en definitiva su despertar político ha sido el punto de quiebre visible para el viraje de la región.
Después de esa experiencia, los días de los políticos tradicionales (herederos de apellidos, linaje y haciendas) estuvieron contados. Quizás David Jiménez Sardón fue el último de dicha casta que tuvo el honor de gobernar esta parte del Ande.
Y las actuales autoridades son producto de dicho proceso. Juan Luque es el más típico representante del progresismo juliaqueño, pasa lo mismo con el hoy vapuleado Oswaldo Marín o con el profesor acoreño Iván Flores en la capital puneña.
Echemos una mirada a nuestro alrededor y comprobaremos que los hijos de campesinos finalmente han tomado y compiten por el poder local.
¿Que no saben gobernar?, ¿que lo están haciendo peor?, ¿que están para llorar? Pueder ser. Pero ¿estamos comprendiendo realmente el momento histórico que vivimos?
Puede que esta punta de lanza tenga muchos errores, por eso rogamos para que los próximos políticos en acción -también hijos de campesinos- se preparen, estudien, triunfen en lo suyo, que entiendan que la política es para servir y no para servirse, que sepan es posible ser mejores. (Correo Puno Juliaca 02/03/17 Foto: Difusión)