Por: Hugo Supo
Un nuevo proyecto pretende modificar la
Ley del Canon (Ley N° 27506) que rige actualmente en el Perú, la
iniciativa se concentra específicamente en el numeral 5.2 del
artículo 5, referido al sistema de distribución del canon.
¿Qué arguye? Que el actual modelo
produce injusticia y exclusión, pues el “regreso del 50% del
Impuesto a la Renta” favorece a zonas donde se explota el recurso
natural, mientras que otras sobreviven abandonadas a merced de los
humores del MEF. Tiene razón.
En el 2014 se cumple el décimo
aniversario de la instauración del canon en nuestro país. El
Toledato quiso de esta manera solucionar los problemas urgentes de
las poblaciones vecinas a las explotaciones mineras, no obstante el
objetivo está lejos de cumplirse.
Entonces, tras una década, nos damos
cuenta que el desarrollo no es cuestión de recursos económicos
solamente. Pocas esperanzas nos deja la experiencia del actual modelo
de redistribución, pero no porque sea injusto, más allá de si
realmente lo es, sino porque está diseñado para un sistema
acumulativo sin supervisión alguna.
Sabrán ustedes amigas y amigos
lectores que el canon no es reversible, por eso importa poco si es
gastado o no en el año fiscal, mucho menos interesa en qué se están
ejecutando esos fondos. He ahí el gran problema.
El oficialista Agustín Molina propone
ahora que el “canon será distribuido entre los gobiernos
regionales y locales en forma equitativa a todas las provincias y
distritos al interior de la región donde se desarrollan actividades
que generen canon”.
A nuestro parecer, no se trata de
distribuciones más o menos equitativas, sino de acompañamiento y
evaluación, algo de lo que carece la actual legislación y esta
nueva propuesta del Nacionalismo.
Quien necesita el dinero lo gasta y lo
hace bien, quien no, lo pierde, debería ser simple.
Nota: No es mucho pedir a los
candidatos 2014 sentar posición sobre estos asuntos, ¿no?