sábado, abril 17, 2010

Aymaras-quechuas ¿qué estamos buscando?

Por: Hugo Supo

He tenido el honor de ser invitado a participar del Primer Conversatorio Local “de Lengua y Cultura Aymara - Quechua” que fue organizado por la Academia Peruana de Lengua Aymara (APLA) durante los días 16 y 17 de abril del 2010 en la ciudad de Puno. Personalidades conocidas en este ámbito, entre maestros, periodistas y líderes aymaras estuvieron presentes para exponer –cada uno con su propia experiencia- acerca de los avances que está teniendo la cultura andina en su proceso de reivindicación y fortalecimiento.

Resulta importante reflexionar respecto al camino que estamos siguiendo los que nos preciamos ser parte de la cultura aymara-quechua, es importante pensar y tener espacios de intercambio de ideas, como bien fue este conversatorio. No obstante, es más importante creo yo, que después de décadas de discusión, actuemos de una buena vez para tener logros y mostrar verdaderos avances.

Digo esto porque una vez más he escuchado argumentos repetitivos de la historia, quejas y rencores que nuestra sociedad tiene como herencia de un largo proceso de colonización excluyente y discriminante. Otra vez he sido testigo de que la llamada “cultura andina” se viene estancando en medio de sus traumas, miedos y resentimientos; sin tener un horizonte claro de su futuro.

Por ejemplo no faltó quien propusiera el retorno al sistema de administración andina -que dicen fue casi perfecto-, también estuvieron aquellos que tienen la solución en destruir completamente el actual sistema de organización de la humanidad para en su lugar poner otro, hubieron algunos que simplemente alcanzaron a quejarse del fatal destino, mientras otros más optimistas mencionaron ideas interesantes asumiendo el reto de llevarlas a la práctica.

No comparto la idea de restaurar un sistema de organización incaico o anterior, pues los tiempos cambian y tendríamos que ver cuán dispuesta está la sociedad actual para ser parte de ese proceso, tampoco el de destruir el sistema actual “occidentalizado”, eso implicaría un cambio radical que estoy seguro pocos están dispuestos a seguir.

Antes de todo necesitamos comprendernos a nosotros mismos, saber quiénes somos y cuántos somos en realidad, además de cuánto estamos dispuestos hacer. He ahí el punto de inicio de nuestra reivindicación: sincerar nuestra cultura.

Mucho se nos ha pintado en la historia la denominada “utopía andina”, aquello de que nuestra cultura fue perfecta, de que en tiempos de los Incas nuestro territorio se asemejó al paraíso terrenal. Falso. La violencia, la exclusión, el imperio y otros males estuvieron desde antes entre nuestros antepasados.

En caso contrario cómo explicar que una cultura perfecta haya caído tan fácilmente ante los españoles; no fue por otra razón, entre nosotros ya existía la traición, una clase dominante incaica fue la corresponsable de lo que por más de 500 años nos hemos quejado.

El imperio incaico estuvo plagado de guerras, de negociaciones, de conquistas; no fue la maravilla que la historia de Garcilazo nos ha contado. Seamos más sinceros con nosotros mismos, ese es el punto de partida para seguir construyendo.

En el conversatorio de la APLA la idea fue clara. Requerimos hacer una alianza social fuerte para lograr una mejor educación, consecuentemente una mejor sociedad basada en una reingeniería de pensamiento que construya; para ello es necesario tener en cuenta que la educación se da en varios ámbitos, por ejemplo la escuela y los medios de comunicación podrían ser puntos de inicio de esta alianza social en pro de la cultura andina fortalecida y con un panorama claro de nuestro destino.

En el aspecto de escuela o sistema educativo, el descontento en Puno se ha convertido – felizmente- en propuesta, la que se manifiesta a través del Proyecto Educativo Regional (PER), pero que nadie –menos aún los políticos que tanta autonomía reclaman y embanderan- han querido comprometerse con este documento.

La cosa es simple aquí, para implementar el PER se necesita dinero, ¿de dónde lo vamos a sacar? ¿Quién no los dará? ¿Acaso el centralismo limeño? ¿O serán las ONGs que tanta lucha contra la pobreza dicen hacer?

Las respuestas deben estar también –como dije en el evento- en aquellos que quieren ser nuestros próximos gobernantes; precisamente ahí va la alianza con los medios de comunicación, la otra gran escuela, la masiva, la que día a día nos mueve con sus noticias y modos de enfocar la realidad; la prensa debe buscar esas respuestas en la actual coyuntura.

Ya no se trata de lamentarnos, quejarnos o maldecir al tirano; es tiempo de fijar estrategias para lograr acciones concretas. Y tengan por seguro que en este proceso electoral vamos a lograr un gran avance para implementar la propuesta del PER, tengan la seguridad que muchos estamos apostando por una sociedad y cultura más fortalecida, con mejores oportunidades, con equilibrio, es un reto que ya lo estamos asumiendo.