Por: Hugo Supo
Es miércoles por la tarde y acaban de informarme que los campesinos de Cusco han decido ir a la tregua y suspender -a mas tardar el viernes- el Levantamiento de los Pueblos. Ya empezó la desunión.
Mientras tanto, en el altiplano la cosa parecía ser, cada día más contundente, sobre todo después del inicio de una marcha de sacrificio a la ciudad de Puno, promovido desde las provincias del sur. Empero aún se desconoce la reacción de los puneños ante la respuesta del Cusco.
¿Qué ha pasado?. ¿Acaso después del rompimiento del Cusco el Levantamiento de los Pueblos ha fracasado?. Se supone que ambas regiones (Puno-Cusco) fueron las que más coordinaron para esta medida.
Para ser sinceros creo que este “levantamiento” no irá para más, y si alguna otra protesta se registra en el país, será con alguna agenda específica y concreta para sus respectivas jurisdicciones, y sin mayor relación con el pedido de renuncia del presidente Alan García, o Asamblea Constituyente.
Entonces vuelvo a preguntar ¿Qué está pasando?. No es que la ciudadanía no comprenda la necesidad de un cambio en las políticas económicas y hasta el mismo gobierno; lo que pasa es algo simple: Desconfianza.
Si, en el Perú nadie cree en nadie, y en el caso de los dirigentes es igual. Eso es lo que pasa con aquellos que convocaron a este “levantamiento”, no tienen credibilidad y no han sabido convocar a la confianza del pueblo.
Como lo advertí en un anterior post, nadie conoce las verdaderas intenciones de los que hoy embanderan el indigenismo, muchos de los cuales ni siquiera representan a poblaciones o grupos sociales. No tienen reconocimiento.
La responsabilidad aquí es –debemos admitirlo- de los medios de comunicación, los cuales muchas veces magnifican a los que se llaman dirigentes y les dan “bases y poder de convocatoria”. Entonces, cuando éstos amenazan con iniciar una huelga, la advertencia se hace por medio de los periodistas, y el resto cree que en realidad podría ser cierto. Sin embargo, a la hora de los hechos no es así.
Lo que pasa es que tenemos dirigentes mediáticos y no dirigentes con verdadero poder de convocatoria. He ahí la explicación de “des-levantamiento de los pueblos”.
Es miércoles por la tarde y acaban de informarme que los campesinos de Cusco han decido ir a la tregua y suspender -a mas tardar el viernes- el Levantamiento de los Pueblos. Ya empezó la desunión.
Mientras tanto, en el altiplano la cosa parecía ser, cada día más contundente, sobre todo después del inicio de una marcha de sacrificio a la ciudad de Puno, promovido desde las provincias del sur. Empero aún se desconoce la reacción de los puneños ante la respuesta del Cusco.
¿Qué ha pasado?. ¿Acaso después del rompimiento del Cusco el Levantamiento de los Pueblos ha fracasado?. Se supone que ambas regiones (Puno-Cusco) fueron las que más coordinaron para esta medida.
Para ser sinceros creo que este “levantamiento” no irá para más, y si alguna otra protesta se registra en el país, será con alguna agenda específica y concreta para sus respectivas jurisdicciones, y sin mayor relación con el pedido de renuncia del presidente Alan García, o Asamblea Constituyente.
Entonces vuelvo a preguntar ¿Qué está pasando?. No es que la ciudadanía no comprenda la necesidad de un cambio en las políticas económicas y hasta el mismo gobierno; lo que pasa es algo simple: Desconfianza.
Si, en el Perú nadie cree en nadie, y en el caso de los dirigentes es igual. Eso es lo que pasa con aquellos que convocaron a este “levantamiento”, no tienen credibilidad y no han sabido convocar a la confianza del pueblo.
Como lo advertí en un anterior post, nadie conoce las verdaderas intenciones de los que hoy embanderan el indigenismo, muchos de los cuales ni siquiera representan a poblaciones o grupos sociales. No tienen reconocimiento.
La responsabilidad aquí es –debemos admitirlo- de los medios de comunicación, los cuales muchas veces magnifican a los que se llaman dirigentes y les dan “bases y poder de convocatoria”. Entonces, cuando éstos amenazan con iniciar una huelga, la advertencia se hace por medio de los periodistas, y el resto cree que en realidad podría ser cierto. Sin embargo, a la hora de los hechos no es así.
Lo que pasa es que tenemos dirigentes mediáticos y no dirigentes con verdadero poder de convocatoria. He ahí la explicación de “des-levantamiento de los pueblos”.
