miércoles, febrero 05, 2014

De fariseos y fariseos

Por: Hugo Supo

Qué fácil resulta en estos tiempos acomodarse dentro de los batallones de una “reserva moral” de la “civilización del espectáculo” como ha catalogado a nuestra época Mario Vargas Llosa. Qué cómodo resulta levantar el dedo acusador, buscar, encontrar y exiliar de nuestra élite moralista a los hipócritas, a los fariseos diría el obispo Jorge Carrión Pavlich.
El término fariseo fue muy utilizado en el Nuevo Testamento, sobre todo cuando Jesús puso a esta secta judía como paradigma de hipocresía. Aunque claro, una persona sensata no puede concebir la vulgarización del prejuicio para abstraerse del problema. Nos cuesta aceptarlo, pero esto de mirar la viga en el ojo ajeno y no en el nuestro, es una práctica constante en buena parte de nosotros.
En la fiesta de la Candelaria, por ejemplo, no hay año que no se arme el “tole tole”. Está por un lado la Federación de Folklore, por el otro la iglesia, más allá los políticos, el municipio, el Gobierno Regional, las cervecerías, los danzarines, los devotos, laicos, la prensa y hasta los pordioseros. Todos mirándonos unos a otros, echándonos culpas, sin encontrar soluciones a nuestros problemas. Pamplinas.
¿Qué hace el representante de la iglesia quejándose de los fariseos?, ¿qué hizo en todo este tiempo por ganar, o no perder, devotos?, ¿qué, por mantener una devoción intacta a la Virgen? Lo que hemos visto son mínimas apariciones mediáticas en coyunturas como la presente para gritarnos que nos portamos como sajras.
No hemos visto a la iglesia enseñar con el ejemplo, al contrario, su desprestigio va al compás de la banalización de la misma sociedad. ¿Cuándo veremos en realidad esa prédica del Papa Francisco que alguna vez dijo: “Me gustaría una iglesia pobre, y para los pobres”? No es la iglesia -si eso ha querido decir el obispo de Puno- la reserva moral de la sociedad.
¿Y dónde está esa reserva? Es difícil hallarlo, no son las instituciones definitivamente, tampoco lo son las masas pobres, ni siquiera los colectivos progresistas. Sospechamos que esta reserva está en los individuos, en los héroes anónimos que no buscan tribunas, en los que están cumpliendo sus funciones cabalmente, en el que no se engaña a si mismo. Empecemos por ahí ¿ok? (Publicado en Correo Puno 06/02/14) FOTO: Correo. Versión editada.