domingo, enero 05, 2014

Un 6 de enero

Por: Hugo Supo

El 6 de enero de 1535 el español Francisco Pizarro eligió Lima para establecer la capital del Perú y fue ese hito que marcó un rumbo distinto para nuestro país.
Poner de capital a una ciudad costera en el virreinato más importante de Sudamérica le arrebató a la zona andina el centralismo que antes manejó Cusco, fue en ese momento de la historia en el que se sembraron varios de los problemas que hoy arrastramos como el débil Estado-Nación que somos.
Otro sería el cantar si Cusco hubiera retenido el poder político. Para empezar ese racismo enfermizo que considera una carga al serrano y al amazónico no habría “desarrollado” con la sinvergüenzura de los tiempos actuales.
Si la sierra no hubiera sido despojada del protagonismo en el desarrollo del Perú, hoy no estaríamos hablando de la exclusión del andino como tema primordial a solucionar en la lucha contra la pobreza.
Y es que la mirada de nuestra historia sería distinta, con un ciudadano serrano empoderado, capaz y con experiencia para replicar la herencia de los antepasados en implantar un modelo económico-social basado en la productividad agropecuaria. Esto sumado a la hoy pujante minería primaria tendría que haber solucionado gran parte de nuestros males.
Lima ha olvidado al campo, especialmente al campo serrano, y con esa amnesia la ha condenado al subdesarrollo, a aparecer siempre en los mapas de pobreza y nunca en los de riqueza.
Con un centralismo serrano, el Perú ya hubiera consolidado -hace rato- un Estado-Nación basado en su historia natural, no como hoy que andamos divorciados de nuestras raíces, añorando ser como el foráneo y considerando lo que nuestros padres hicieron como simples “joyas irrepetibles de la historia”.
El nuevo diseño del Estado-Nación hecho desde Lima ha significado el encumbramiento de una elite burguesa foránea, cuya economía fue mercantilista y se basó en el comercio marítimo, olvidando que la productividad es el único camino para generar riqueza en los nuestros. Podrían calificar a este cronista de renegado, pero esa, señores, es la verdad de la milanesa. (Publicado en Correo Puno 06/01/14)