jueves, octubre 20, 2016

Muerte civil para corruptos

Por: Hugo Supo

Genial que el presidente Kuczynski se haya animado por la denominada “muerte civil” para los corruptos. Aunque hubiera sido mejor que la iniciativa naciera en aguas tranquilas, no como ahora, que es hija de la tempestad dejada por la revelación del “negociazo” del exasesor presidencial Carlos Moreno.
De todos modos, es buena noticia saber que los corruptos pasarán a peor vida en cuanto se empiece a aplicar este reciclado remedio.
Pero no nos emocionemos tan pronto, cavilemos; vamos por partes y a cucharadas.
Supongamos que esta semana sale el Decreto Legislativo que pone en vigencia la muerte civil, ¿en cuánto tiempo podremos decir los peruanos: que en paz descanse y de Dios goce señor Moreno?
Es decir, más allá de la opinión pública y para efectos legales, ¿cuándo se le puede llamar corrupto a un corrupto en el Perú?
Según una publicación de RPP, en 2015, el Poder Judicial impuso más de 13 mil sentencias por corrupción en nuestro país.
Los delitos más se cometieron fueron: cohecho (una de sus modalidades es el soborno) con 7272 sentencias condenatorias; colusión con 3791 sentencias; malversación de fondos con 2745; peculado con 2658; y concusión con 959 sentencias.
No obstante, los procesos por corrupción recién investigados en el Ministerio Público y el Poder Judicial se multiplican una barbaridad.
Muchos casos no llegan a sentencia y otros, en el colmo de la situación, simplemente juegan al cansancio hasta que el delito desaparece como arte de magia; esto último pasó con la malversación de los 20 millones de soles de fondos de emergencia destinados a Puno en 2003 (caso David Jiménez).
Sin el ánimo de fregar la entusiasta lucha anticorrupción de coyuntura, en nuestro país habría que apuntar más bien a que el Poder Judicial, ahora manejado por abogados cuadriculados, sentencie con rapidez, haga cumplir sus penas y no nos pasemos la vida llamando “presunto corrupto” a los corruptos. (Correo Puno Juliaca 20/10/16 Foto: Difusión)