sábado, mayo 15, 2010

7 habilidades para hacerse indispensable en el trabajo


Por: Robert b. Tucker, Presidente de The Innovation Resource Consulting Group

En una época de dificultades económicas, reducciones de personal sin precedentes, recortes presupuestales y producción constante, los consejos sobre supervivencia profesional siempre parecen transmitir el mismo agotado mensaje: sea visible; no se busque enemigos; adule al jefe; y trabaje más arduamente aún.

En realidad, usted ya trabaja arduamente, y el simple hecho de trabajar más duro probablemente no sea suficiente para que usted sea alguien invalorable para su empleador, como tampoco lo será confiar únicamente en sus habilidades funcionales, conocimientos especializados y experiencia en el puesto.

La buena noticia es que hay algo que usted puede hacer para tomar las riendas de su carrera, si es que está dispuesto a considerarlo. Basándome en investigaciones y entrevistas con 43 empleados sobresalientes a quienes sus pares, jefes y colegas identificaron como indispensables, creo que la única manera de volverse más valioso para su organización, y estar increíblemente satisfecho con su trabajo durante el proceso, es enfocarse en dominar un nuevo conjunto de habilidades estratégicas.

Solicito personal. Requisito indispensable: tener habilidades de innovación (I-Skills)

Para sobrevivir y tener éxito, todos los empleados necesitan construir y dar rienda suelta a un nuevo conjunto de habilidades en su trabajo y en su vida: las habilidades de innovación o I-Skills, para abreviar. Aunque las organizaciones de todo el mundo están recortando empleos, al mismo tiempo se ven en la repentina y urgente necesidad de contar con profesionales que tengan las habilidades y capacidades necesarias para obtener resultados no convencionales. Existe una gran demanda por aquellos empleados que son capaces de idear maneras de recortar costos sin sacrificar servicio y de añadir un valor distintivo que fomente la lealtad de los clientes actuales, además de saber aprovechar las oportunidades.

En la economía mundial actual, la innovación es más que inventar nuevos productos y servicios. Hoy en día, innovar significa determinar cómo y dónde añadir valor dondequiera que estés y dondequiera que trabajes. La innovación es el acto de generar ideas y de hacerlas realidad exitosamente para resolver problemas y crear oportunidades. También es involucrarte completamente en el trabajo que estás haciendo, y salir adelante en medio del caos de una época de cambios. Como lo expresó un gerente que entrevistamos durante nuestra investigación: “Nunca he sentido tanta satisfacción al hacer mi trabajo como ahora: tengo la oportunidad de trabajar con un equipo verdaderamente extraordinario, y me estoy divirtiendo como nunca”.

La innovación no es algo que haces cuando terminas de trabajar. Es cómo enfocas tu trabajo. El pensamiento innovador tiene que ver con cómo uno descubre y se abalanza sobre las oportunidades, y cómo incentiva la iniciativa del equipo para concretar proyectos nuevos.

La transición de ser alguien de quien se pueda prescindir a alguien indispensable comienza con pasos pequeños: ofrecerse como voluntario en el trabajo para encabezar las actividades a beneficio de una organización de caridad; sugerir un programa de reciclaje o participar en un equipo que trabaja en un proyecto especial para implementar un cambio necesario. Lo que desarrolla sus I-Skills es la recompensa que usted obtiene por hacer cosas que están fuera de su carga de trabajo normal. Ser simplemente “competente” no es suficiente, pero poseer la capacidad de “concretar nuevos proyectos” hará que, con el tiempo, usted sea un elemento clave y buscado, muy solicitado, difícil de reemplazar, a quienes sus colegas intenten seguir.

Existen siete I-Skills que usted necesita dominar para hacerse indispensable en el hipercompetitivo mundo de hoy.

1. Adoptar la mentalidad de las oportunidades.

Donde otros ven problemas, usted ve potencial. Cuando otros se hunden en detalles interminables, usted se sube al techo para ver la perspectiva completa. En otras palabras, usted se da cuenta de que la perspectiva lo determina todo.

Mi amigo Mark Sanborn, orador motivacional y autor de The Fred Factor (El Factor Fred), se dio cuenta de que cada vez sentía más aversión cuando sonaba el teléfono, así que escribió “¿obligación u oportunidad?” en una nota adhesiva Post-It que dejó al lado de su teléfono. Ahora, cada vez que contesta el teléfono, lo hace con una actitud de servicio, gratitud y expectativas positivas.

Para cambiar de perspectiva, desafíese a idear soluciones, a ver la perspectiva completa y a dar rienda suelta a su creatividad. Plantéese diez formas de abordar el problema, o haga una lista de diez aspectos que estén funcionando bien en el departamento en el que trabaja actualmente.

2. Ser experto en tomar por asalto sus presuposiciones.

¿Alguna vez se oyó a sí mismo murmurar las palabras: “debe haber una mejor manera de hacer esto”? En ese instante, usted desafió la creencia de que el status quo es la mejor o la única manera de hacer algo, y le abrió la puerta a nuevos pensamientos. Ésa es la chispa del pensamiento innovador, porque la innovación comienza donde terminan las presuposiciones.

Los innovadores desafían las presuposiciones personales, profesionales y de la industria, con el fin de desarrollar pensamientos nuevos y sin limitaciones.

Tener años de experiencia en una industria determinada puede ser un obstáculo para tomar por asalto las presuposiciones. “Las cosas siempre se han hecho así” o “ya lo intentamos (refiriéndose a un nuevo enfoque) y no resultó”, a menudo constituyen bloqueos. Sin embargo, plantear dichas preguntas teniendo un propósito, como “me pregunto qué pasaría si…”, o “¿cuál sería una forma completamente distinta de lidiar con esta situación?”, es donde entra a tallar la disciplina de la innovación. Presione su botón de “reinicio” mental, y deje que comiencen a fluir las preguntas.

3. Tener pasión por el cliente final.

Steve Jobs diseña productos que estremecen el mundo de las personas. ¿Cómo? Haciendo que grandes equipos de especialistas colaboren y comprendan que los esfuerzos cuyo resultado es casi perfecto nunca serán suficientes. Jobs no se va a conformar con nada que no deje anonadado al cliente final, y usted tampoco debería hacerlo.

Al igual que Steve Jobs, usted también crea “productos” para sus clientes, ya sean internos o externos. Ese evento de la empresa que usted está planificando por encargo de su jefe es un producto; esa iniciativa para recortar costos con la que está contribuyendo es un producto; incluso ese memorándum que acaba de enviar por correo electrónico hace cinco minutos es un producto. Todo lo que usted crea es producto suyo, y todo producto tiene un cliente.

Los mejores productos son aquellos que se anticipan a las necesidades de los clientes y ofrecen una solución superior.

Para convertir sus productos en íconos que reflejen cuán indispensable es usted, esfuércese por establecer empatía con el cliente final. Fuércese a escuchar profundamente lo que ese cliente quiere lograr. Salga de la burbuja de su cultura, interactúe con un número suficiente de clientes y permítase quedar fascinado con lo que dicen. Esto le dará una impresión de lo que el mundo exterior piensa, siente y percibe con respecto a su organización, en contraposición con lo que presuponen las personas dentro de la empresa.

4. Anticiparse a los hechos.

¿Alguna vez ha intentado caminar en la oscuridad sin una linterna? Es una sensación inquietante, y a menudo puede traer como consecuencia golpes y moretones si choca con algo que no vio. En el mundo hipercompetitivo de hoy, su linterna es su capacidad de hacer seguimiento a las tendencias emergentes, lo que significa que usted se transforma en un lector voraz de noticias del mundo de los negocios, acontecimientos actuales y últimas tecnologías. También significa que se toma el tiempo para evaluar e interpretar los cambios según éstos se relacionan con su organización, y cómo ésta podría necesitar adaptarse y encabezar el cambio.

5. Fortalecer continuamente su “fábrica de ideas”.

Todas las personas tienen ideas, pero sólo unas cuántas saben cómo mantener fortalecidas sus “fábricas de ideas”, y producir una gran cantidad de ellas constantemente, cuando y donde sea necesario. He aquí algunas sugerencias:

Refuerce su ambiente creativo. Convierta su oficina en un lugar creativo para inspirar la lluvia de ideas, o encuentre su inspiración fuera de la oficina.

Sepa cuándo dedicarse a una sola tarea. Las personas creen que son más productivas cuando trabajan en varias tareas al mismo tiempo, pero las investigaciones demuestran lo contrario. Miguel Ángel no hacía varias cosas a la vez cuando entraba de lleno en el modo creativo; usted tampoco debería hacerlo.

Practique la creatividad; no es un don de los dioses, sino el resultado de la preparación, la rutina y la disciplina.

Adquiera el hábito de descargar sus ideas. Si no las captura en el minuto en que se le ocurren, es poco probable que actúe más tarde tomándolas como base. La mente es excelente a la hora de tener ideas nuevas, pero a la vez constituye un terrible dispositivo de almacenamiento.

6. Ser considerado un colaborador sobresaliente.

Si usted es un genio en su área de especialización, pero carece de habilidades de colaboración, nunca se volverá indispensable. Dado que en la mayoría de organizaciones los grandes proyectos se llevan a cabo a través de equipos enfocados en proyectos especiales, su capacidad de ser un buen “seguidor”, y eventualmente un buen líder de equipo, determinarán su valía como innovador.

Cuando usted contribuye exitosamente con los equipos y grupos de trabajo, se le recompensa de tres formas a las que he llamado las tres Rs de la colaboración efectiva:

Resultado: usted comparte la gloria de la misión cumplida, tiene una historia que contar y una trayectoria que lo respalda.

Reputación: su exitosa contribución lo lleva a recibir invitaciones para trabajar en proyectos futuros.

Réditos: la recompensa duradera por participar en una colaboración exitosa es que usted ve cómo los clientes, tanto internos como externos, utilizan su “producto”. Usted sabe que ha marcado la diferencia, solucionado un problema o creado una oportunidad para la organización, su equipo o el departamento en el que trabaja.

7. Ser experto en vender su idea.

Vender nuevas ideas siempre ha significado superar obstáculos, sobreponerse a las objeciones y lograr el compromiso por el cambio. ¿Cómo se logra esto? Aísle los beneficios y solicite feedback de sus amigos, mentores y personas en las que usted confía. Luego, piense en el estilo de innovación de la persona o personas a quienes presentará su idea. Por ejemplo, si su público está más orientado a “la perspectiva completa”, no los abrume con detalles. Use las palabras que los hacen prestar atención; los innovadores usan un lenguaje conocido.

Comience a desarrollar sus habilidades hoy

En una época en que la mayoría de industrias y organizaciones están pasando por un proceso de cambio constante, no hay tiempo que perder. Comience a pensar cómo puede desarrollar estas habilidades según se relacionen con su trabajo, los proyectos que esté llevando a cabo en este momento y las iniciativas que quiera sugerir en el futuro. Domine la mentalidad, conjunto de habilidades y herramientas del innovador, y pronto su reputación por los resultados que obtiene lo precederá adondequiera que vaya.

Publicado en Semana Económica