miércoles, agosto 29, 2007

Quejas a mi universidad

Por: Hugo Supo

Cuando estudié comunicación en la universidad estatal de Puno, fui uno de los más críticos de la calidad de catedráticos que me tocó en la instrucción profesional. No me cansé de repetir el deseo extensivo de mi generación, el cual exigía a gritos que mis docentes no fueran meros teóricos de la comunicación, y en cambio, nos guíen con el ejemplo del ejercicio profesional, sustentado que mejor en teorías investigadas por ellos mismos.

No obstante, con contadas excepciones, mis docentes – menos mal ya no estoy sujeto a “desquites”- nunca respondieron a esa petición estudiantil, siendo en cambio, portavoces de algún autor foráneo que plasmó conocimientos de la práctica comunicacional en textos, que en muchos casos no eran adaptables a esta realidad.

El sueño de ver a mis docentes en la televisión, escucharlos en radio, o leerlos en un artículo de algún eventurio escrito, sólo se concretó luego de mi ida de la vida universitaria. Y como dicen por ahí, el CECUNA (Centro de Comunicaciones de la UNA Puno), es uno de los proyectos que ha permitido plasmar esas añoranzas, en beneficio- seguro estoy- para las nuevas generaciones de comunicadores sociales. (El CECUNA produce programas de Tv y radio).

De un tiempo a esta parte, la calidad de los docentes de nuestra universidad ha mejorado. Y no lo digo porqué están más actualizados en teoría comunicacional, sino, por que ahora pueden levantar el pecho ante sus estudiantes, y decirles con criterio de verdad, lo que se hace y debe hacerse en los medios de comunicación, pues ellos mismos lo hacen.

Empero, existe aún algunas incongruencias en los pensamientos de los docentes universitarios. Por citar un ejemplo, resulta que ahora los practicantes de periodismo salen de las aulas con una agenda específica de actividades para el tiempo que se mantengan en práctica, pero, también les exigen realizar un diagnostico situacional del medio, para -se supone en base a esos resultados- fijar recién las actividades del practicante. En la situación actual, no veo la utilidad del diagnostico.

Asimismo, he podido observar que existe una intención de impedir a los estudiantes elegir sus medios de práctica, quizás por el urgente requerimiento de personal que tiene el CECUNA (a donde destinan la mayor cantidad de practicantes), obviando las necesidades del estudiante, que en esas circunstancias requiere desligarse de universidad, e iniciar el proceso de consolidación de sus conocimientos. Pienso yo, que el periodo de prácticas profesionales, debe ser un paso previo a ligar un puesto de trabajo en un medio tan competitivo como en el que nos desenvolvemos.

Lo que al parecer no comprenden los catedráticos, son los requerimientos de las empresas. No se pide profesionales mediocres, sin experiencia y adaptados a realidades distintas. El país necesita de hombres competitivos.

Entonces, la reflexión va por el siguiente sentido: Si mis ex docentes universitarios ejercen la misma profesión que sus estudiantes pretenden hacerlo, porqué no hay empatia en las necesidades con sus pupilos. Es hora de plasmar en la teoría, lo que aprendemos en la práctica. Y seria conveniente que la curricula de estudios sea adaptada a reforzar las debilidades de nuestros profesionales en comunicación. Será un trabajo consensuado y posterior que permita alcanzar ese otro paso, pues, estamos en camino.