miércoles, febrero 26, 2014

Disolver II

Por: Hugo Supo

Todavía hay quien, como la congresista Claudia Coari, se hace de la vista gorda cuando de hablar del Proyecto Especial Lago Titicaca (PELT) se trata. Queda entre nuestra gente quienes no están convencidos que la disolución de esta entidad es remedio para el embrollo en el que anda. ¿Quieren más argumentos? Veamos un solo caso.
En el año 2012 se inició la construcción de la “Defensa Ribereña de Yapuscachi” del distrito sanromino de Cabana, el expediente técnico ponía tres meses como plazo de ejecución y su presupuesto era de un millón 950 mil nuevos soles.
Estamos terminando febrero del 2014 y la obra no ha sido concluida, no se han hecho las ampliaciones legales, se han gastado casi todo el dinero, hay indicios de graves irregularidades por la transgresión del expediente técnico y, lo peor, están endeudados hasta el tuétano.
De buena fuente sabemos que el exdirector de obras, Wilson Callo, está involucrado en todo el irregular manejo, presumimos que con auspicio de los directores ejecutivos que desfilaron hasta ahora.
El caso de la señora Julia Elsa Valencia Layme es increíble, a ella, que es dueña de un grifo en Juliaca, se le debe por 11,250 galones de combustible que supuestamente utilizaron para la aletargada construcción. El galón de petróleo está en S/. 14,70; hagan números para tener idea del déficit.
Lo peor es que los proveedores, como la señora Valencia, están siendo literalmente paseados por más de un año con la promesa de que en algún momento se les pagará, aunque en el PELT todos saben que no hay plata, o más bien, ya se lo gastaron quién sabe cómo y dónde.
Unidades ejecutoras así no sirven, están lejos de lograr las inclusiones sociales que alega Ollanta Humala, pues lo único que se consigue es desprestigiar al Estado.
Todo este diagnóstico no hace otra cosa que reforzar la idea de disolver el PELT, transferir lo que ahora tiene al Gobierno Regional y cortar de raíz la mala hierba. (Publicado en Correo Puno 27/02/14) Foto: Los Andes